ABC Sevilla 15.X.2006. P. G. «Bioderecho. Entre la vida y la muerte» (Aranzadi) es el título del libro que acaba de publicar el catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, Andrés Ollero, en el que recopila nueve trabajos en los que aborda desde …
«Bioderecho. Entre la vida y la muerte» (Aranzadi) es el título del libro que acaba de publicar el catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, Andrés Ollero, en el que recopila nueve trabajos en los que aborda desde el estatuto jurídico del embrión hasta la eutanasia. Se trata de una serie de artículos, algunos de carácter académico, presentados en congresos, y otros surgidos a raíz de intervenciones en el marco del debate parlamentario, habida cuenta de que Ollero ha sido diputado popular durante cinco legislaturas. En este libro, presta especial atención a la jurisprudencia constitucional española en cuestiones relativas al aborto, la fecundación in vitro o la huelga de hambre de los terroristas del Grapo.
Para empezar, el catedrático precisa que el término Bioderecho no es tan común como el de Bioética ni son tampoco lo mismo, pues el primero aborda «problemas relacionados con la vida humana desde una perspectiva jurídica. Los problemas de la Bioética terminan siendo de Bioderecho porque la solución se acaba estableciendo a través de las normas jurídicas; a veces, nos quedamos en el debate moral sin percibir que el Derecho tiene su peculiaridad».
Ollero considera que, «aunque se piense que la moral suele ser más exigente que el Derecho, hay aspectos del Bioderecho, sin embargo, a los que es más fácil encontrarle un fundamento convincente desde el punto de vista jurídico que desde el moral, pues ésta tiende a atender a casos concretos, aislados, que pueden generar una reacción de compasión y un afán de hallar una solución a ese caso particular, mientras que el Derecho está obligado a ocuparse de normas generales, actúa a modo de «brocha gorda» y no es útil -añade- para resolver un caso concreto sino en su generalidad».
El libro se inicia con un primer capítulo dedicado a Bioética, Bioderecho y Biopolítica, términos que se entrecruzan a la hora de tratar diversos aspectos relacionados con el origen y el final de la vida humana. En el caso relativo a la utilización de células embrionarias, todo ello ha cobrado, a juicio del autor, «una dimensión industrial y existen unos intereses económicos espectaculares basados en expectativas».
Advierte en este ámbito, además, una importante «presión, porque el que invierte mucho dinero en esas cuestiones necesita tener la tranquilidad de que el marco jurídico no le va a condicionar». En este sentido, concluye que «la bioética puede terminar convirtiéndose en un arte para legitimar lo que la industria necesita».
Ollero opina que en España domina «el interés y la frivolidad» a la hora de abordar estos asuntos. «En Andalucía -prosigue- la argumentación que se hace me produce vergüenza ajena; existe frivolidad e intentos de aparecer como vanguardia de la Ciencia, cuando eso se demuestra con resultados científicos concretos y no con un desmantelamiento jurídico».
La «resaca» del nacional catolicismo es algo que, a su juicio, pesa mucho en nuestro país, ya que los temas específicos del Bioderecho se debaten «poco, pues se piensa que tienen que ver con aspectos religiosos cuando, en realidad, tienen que ver con los derechos de las personas».
La protección jurídica de la vida
Ollero también atiende al tema del aborto y analiza cómo «la protección jurídica de la vida humana se vio ante una situación de tensión cuando se la contrapuso a los derechos de la mujer». A este respecto, señala que «el Tribunal Constitucional buscó una fórmula de ponderación rechazando que se pudiera establecer la prioridad, bien del valor de la vida del no nacido, bien del derecho de autodeterminación de la mujer. Lo siguiente es que ahora la vida humana se ve contrapuesta no a los derechos de la mujer -debate que ha pasado a un segundo plano- sino a los derechos de la libertad de investigación científica. Curiosamente parece no haber ponderación alguna; las expectativas abiertas por la Ciencia, con más o menos fundamento, no parecen admitir límite alguno y la vida acaba siendo arrasada. Los derechos de la Ciencia terminan siendomás importantes que los de las mujeres».
Entre otros títulos, Andrés Ollero es autor de «España, ¿un estado laico?» y de «¿Tiene razón el derecho?».