í‰xito en el uso de óvulos congelados para la procreación asistida Una noticia científica ha venido a abrir nuevas posibilidades científicas para la procreación asistida. El pasado 3 de mayo el Hospital de Hadasa de Jerusalem anunció el nacimiento de un par de gemelos obtenidos a partir …
í‰xito en el uso de óvulos congelados para la procreación asistida
Una noticia científica ha venido a abrir nuevas posibilidades científicas para la procreación asistida. El pasado 3 de mayo el Hospital de Hadasa de Jerusalem anunció el nacimiento de un par de gemelos obtenidos a partir de óvulos y esperma congelados. Hasta ahora se habían conseguido nacimientos obtenidos utilizando esperma o embriones congelados, pero es la primera vez que se consigue a partir de óvulos congelados. Ciertamente es muy difícil mantener los óvulos congelados, por su gran tamaño celular, y sobre todo mantenerlos en buen estado después de la descongelación, para conseguir un embrión sin problemas físicos. Esto es lo que han logrado los ginecólogos israelíes. Esta técnica abre la puerta para poder retrasar la maternidad en aquellas mujeres que así quieran hacerlo, obteniendo sus óvulos en un momento determinado, para después congelarlos y fertilizarlos más tarde. Si se tiene en cuenta que solamente en nuestro país existen unas 600.000 parejas estériles, un 15% aproximadamente del total de parejas con edad de reproducirse, y que cada año se añaden unas 16.000 nuevas parejas a este colectivo, se puede deducir la importancia de los avances que se puedan dar en este campo ginecológico. Sin embargo, paralelamente a los avances técnicos, se plantean nuevas cuestiones éticas que vienen a diseñar el cuadro de claro-oscuros tan peculiar de la procreación asistida. Por ello, nos parece de gran interés el reproducir aquí los comentarios sobre esta materia publicados estos días (DM 11 de mayo 2001) por Isabel Viladomiu, presidenta de la Asociación Catalana de Estudios Biomédicos. Escribe la doctora Viladomiu: ” Desde hace más de un año, las universidades de Barcelona están empapeladas con carteles publicitarios de fundaciones a favor de la donación de óvulos, con mensajes como Buscamos estudiantes que quieran ser donantes o los óvulos se destinarán exclusivamente a ayudar a parejas estériles. Otra institución catalana, el Hospital Clínico de Barcelona, anunció, ante el silencio administrativo por la retribución de gametos, una ayuda económica de 100.000 pesetas a las jóvenes que donaran sus óvulos “por las molestias producidas por pinchar los ovarios y el tratamiento para estimular la ovulación”. Las técnicas de reproducción asistida nos están llevando muy lejos en el afán de donar hijos a las parejas con problemas de fertilidad. Por un lado, existen 30.000 embriones congelados que no son utilizados por sus titulares, pero por otro, se hace necesario llevar a cabo campañas para obtener óvulos de jóvenes con el fin de generar hijos destinados a parejas con problemas de infertilidad. ¿No estamos ante una contradicción? Lo que quieren garantizar las clínicas de reproducción asistida son embriones de “primera”, procedentes de mujeres entre 18 y 25 años, y el esperma del que quiere ser padre, frente a los embriones de “segunda”, sometidos a crioconservación. ¿No es acaso otro tipo de eugenesia?.
Se quiere iniciar, desde el Ministerio de Sanidad, una campaña para promover la donación de óvulos para hospitales públicos. Con los gametos generamos hijos, y todo donante de gameto se convierte en padre y madre genético del nuevo niño. Equiparar la donación de gametos a la donación de órganos es una falsedad. La donación de lo que serán hijos genéticos no puede ser incluida en el mismo saco que la donación de un órgano de una persona fallecida o de un órgano par, pués plantea problemas éticos distintos cuando se analiza desde el lado de los derechos del engendrado. Suecia ha eliminado ya el secretismo de las donaciones anónimas de gametos, y la administración Blair se propone convertir en ley el que los niños y niñas engendrados por inseminación artificial o reproducción asistida tengan derecho a saber quien es su progenitor, con la obligación de informar por parte de las familias. Este cambio de tendencia en el derecho a la información de los hijos si fuera modificado en España, ¿no disminuiría las donaciones anónimas? Por último, la compensación económica ofrecida por las molestias de la hiperestimulación y extracción de sus óvulos tiene bastante de confuso. Lo que se quiere compensar son las molestias, pero, ¿cómo se pone precio a las molestias? Lo que en realidad se compensan son los óvulos. Sin la compensación económica, que tiene bastante en común con la retribución, no habría donantes. La dificultades a la hora de obtener los óvulos que la naturaleza guarda celosamente en la mujer hace necesario ofrecer dinero a cambio de la prestación. El artículo 21 del Convenio de Bioética del Consejo de Europa afirma que “El cuerpo humano y sus partes, como tales, no deberán ser objeto de lucro”… Las personas no somos mercancías, y en el tema que nos ocupa, la libertad y el consentimiento de la persona que hace la entrega vulnera la dignidad del niño.
Sin duda, estos comentarios de la doctora Viladomiu adquieren particular relieve, en un momento como éste en que se anuncia que los óvulos obtenidos se pueden congelar, para ser posteriormente utilizados con fines de reproducción asistida.