QUITO – Aunque todavía no se vende en el país, la futura comercialización de la píldora anticonceptiva del día después, ha desatado en Ecuador la controversia entre la Iglesia católica y los defensores del producto. “Lo que se busca con la venta de estos productos es introducir en la sociedad ecuatoriana …
QUITO – Aunque todavía no se vende en el país, la futura comercialización de la píldora anticonceptiva del día después, ha desatado en Ecuador la controversia entre la Iglesia católica y los defensores del producto.
“Lo que se busca con la venta de estos productos es introducir en la sociedad ecuatoriana una cierta insensibilidad ante lo que es un atentado contra la vida humana”, afirmó Monseñor Antonio Arregui, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
El obispo dijo en una entrevista radial que la Iglesia Católica “alertará a las conciencias para no tolerar un crimen en contra de un ser que está en la primera fase de su existencia”.
Monseñor Arregui se refirió así a la pastilla Postinor 2, llamada “del día después”, y que tiene permiso para comercializarse en Ecuador desde el lunes.
Reiteró que la iglesia ha demandado del ministerio de Salud el retiro de la píldora del mercado ecuatoriano, por considerarla abortiva.
“La iglesia espera una respuesta positiva del ministerio de Salud para que se retire del mercado este medicamento y, de no ser así, recurriremos a otras instancias”, expresó.
El ministro de Salud, Teófilo Lama, dijo a la prensa que “no ha recibido una petición formal de la Iglesia” en cuanto al retiro de la pastilla, pero afirmó que, de recibirla, se reunirá con sus asesores y gremios médicos para analizar “las consecuencias éticas del uso del producto”.
Apenas fue difundida su venta, se inició otra controversia entre gremios de doctores, unos defendiendo el producto al considerar a la píldora como un método más de anticoncepción, y otros oponiéndose a su uso, calificándola de abortiva, e incluso riesgosa.
“La píldora no puede considerarse abortiva, porque tiene funciones definidas: impedir la ovulación, la llegada del espermatozoide, y la implantación de un óvulo fecundado”, explicó al diario El Universo, Paolo Marangoni, director de Aprofe, organismo dedicado a la planificación familiar y salud sexual en el país, que tiene una población mayoritariamente católica.
Sin embargo, para Luis Sánchez, presidente de la Federación Médica del Ecuador, “impedir que el óvulo fecundado se implante en el útero es un microaborto, pues desde ese momento ya existe vida”.
También citado por el mismo periódico, aseguró que “no puede calificarse a la píldora del día después como un método anticonceptivo porque va en contra de algo que ya está concebido por la naturaleza”.