Craig Venter y el Nobel Hamilton Smith proyectan crear vida en el laboratorio (22-nov-02)

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Craig Venter y el Nobel Hamilton Smith proyectan crear vida en el laboratorio   El propósito es generar un organismo con el número minimo de genes necesarios para vivir Craig Venter y el premio Nobel Hamilton Smith, dos de los cientí­ficos que más contribuyeron a la elaboración del mapa del genoma humano, anunciaron …

Craig Venter y el Nobel Hamilton Smith proyectan crear vida en el laboratorio  

El propósito es generar un organismo con el número minimo de genes necesarios para vivir

Craig Venter y el premio Nobel Hamilton Smith, dos de los cientí­ficos que más contribuyeron a la elaboración del mapa del genoma humano, anunciaron ayer su intención de crear vida en el laboratorio. En concreto pretenden crear un organismo con tan sólo aquellos genes que son absolutamente necesarios para la vida, a partir del ser vivo que funciona con menos genes, el Mycoplasma genitalium. El experimento permitirá estudiar los fundamentos moleculares de los organismos vivos e idealmente crear un modelo informático biológico básico.

Craig Venter ya presentó en 1999 una investigación que probaba que el organismo con menos genes que se conoce puede llegar a funcionar, en las condiciones ideales de laboratorio, con un número que puede oscilar entre 265 y 350. Ahora, Venter y Smith han revelado a The Washington Post que van a intentar determinar con exactitud cuáles son los genes estrictamente necesario para vivir y crear artificialmente una célula que los contenga y sea capaz de mantener la vida y duplicarse, crecer y reproducirse.

La bacteria de partida será Mycoplasma genitalium, que parasita el tracto urinario humano. Ya utilizada para el experimento que concluyó hace tres años, cuando Venter procedió a quitarle de uno en uno sus 517 genes: si morí­a el gen se consideraba necesario; si sobreviví­a, no. Haciendo eso dedujo que lo mí­nimo para sobrevivir podí­an ser 265 genes, pero esa cifra puede ser algo mayor.

El plan ahora es determinar con precisión cuáles son los genes estrictamente necesarios, crear con ellos un cromosoma artificial y luego introducir éste en una célula de Mycoplasma de la que se haya previamente extraí­do su material genético. Si logra mantener la vida, será un éxito. Si además, logra dividirse en dos nuevos organismos también capaces de sobrevivir se habrá llegado a la esencia de la vida.

Si tienen éxito en esta fase crucial del proyecto, los investigadores planean para más adelante introducir en el microscópico organismo genes de proteí­nas capaces de desarrollar distintas funciones especí­ficas. Empezarán con aquellas relacionadas con los intereses del patrocinador del proyecto, el Departamento de Energí­a de Estados Unidos, que subvenciona la experiencia con un millón de dólares anual durante tres años. Tratarán de introducir el gen de una proteí­na que sea capaz de descomponer el dióxido de carbono, que contribuye al afecto invernadero, u otra que puede catalizar la producción hidrógeno, uno de los combustibles limpios del futuro.

“Potencialmente podrí­amos crear un organismo con las cualidades ideales para empezar a abordar nuestros problemas energéticos”, señala Venter en un comunicado.

“Intentamos saber si podemos llegar a la definición molecular de la vida”, ha declarado el cientí­fico al rotativo de Washington. “El objetivo fundamental es entender los componentes de la célula viva más básicos”, algo así­ como el mí­nimo común denominador de cualquier forma de vida tal y como la conocemos en la Tierra. Un objetivo paralelo es recoger en un modelo informático las funciones básicas del proceso vital, lo que permitirá simular que pasarí­a al agregar nuevos genes.

El trabajo se va a desarrollar en los laboratorios del Instituto de Alternativas Energéticas Biológicas creado este año por Venter tras abandonar en enero Celera Genomics, donde él y Smith, premio Nobel de Medicina en 1978, trazaron uno de los dos borradores del mapa del genoma humano. Venter, que gusta de airear en público sus planes (llegó a revelar hace unos meses a The New York Times que el mapa del genoma humano estaba basado en buena parte en su propio material genético), dice que ha adelantado la noticia de su nueva lí­nea de investigación en la prensa para alertar al Congreso sobre algunos de los riesgos inherentes a este tipo de experimentos, entre los que destaca el potencial aprovechamiento en guerra biológica por entidades hostiles.

Información controlada
“Vamos a tener que discutir qué publicar y qué no publicar”, dice. “Podrí­amos no revelar todos los detalles que enseñen a otros cómo hacer esto”, agregó. En julio, un grupo de cientí­ficos financiados por el Pentágono anunció que habí­a sintetizado el virus de la polio a partir de compuestos aislados.

Para evitar riesgos con las células de nueva creación, Venter y Smith, al frente de un equipo de 25 investigadores, van a privar al microrganismo de los genes que le permitan adherirse a las células humanas y de los que le dotan de la capacidad de sobrevivir en un ambiente natural, de modo que la célula sólo pueda existir en el ambiente ideal, y debidamente asegurado, del laboratorio.

(Publicado en El Paí­s, 22-nov-02)

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