Hoy día, por una amplia gama de razones, cada vez más parejas sufren el dolor de la infertilidad. Es muy entendible que muchos deseen profundamente tener hijos biológicos y recurran a tecnologías biomédicas como la fecundación in vitro (FIV) para tratar de cumplir sus sueños.
Para los católicos, sin embargo, la fe enseña que estos procedimientos populares no son la respuesta. De hecho, son dañinos y equivocados, e incluso trágicamente resultan en la muerte de muchos niños inocentes mientras son embriones jóvenes. Es importante tener en cuenta estas realidades a la hora de pensar en tratamientos de infertilidad.
¿Qué es la FIV?
La fecundación in vitro es el tipo más popular de tecnología de reproducción asistida, un procedimiento médico al que se someten las mujeres para quedar embarazadas. In vitro significa “en vidrio”. En el proceso de fecundación in vitro, los ovarios de una mujer suelen ser hiperestimulados para producir múltiples óvulos, que luego se cosechan y fertilizan con esperma en un laboratorio.
Algunos de los embriones creados se transfieren a su útero con la intención de que al menos uno de los embriones crezca a término. Sin embargo, muchos de los embriones que se transfieren no sobreviven, y la mayoría de los embriones restantes mueren en el proceso (algunos intencionalmente, otros no) o se congelan en criopreservación. A menudo, el proceso…