Resumen
Ensayo que busca profundizar en conceptos claves de la ética y la moral para dar cuenta de la deformidad en la utilización del principio de autonomía para avalar actos éticamente ilícitos como el aborto.
El origen de la reflexión está en la experiencia de la autora en las aulas de clase donde captó el fracaso dialéctico en la enseñanza de la ética médica: muchos conceptos fueron impartidos desde una ideología global que lleva a una práctica clínica basada en convicciones individuales, que distan de la verdad ética y de lo filosóficamente demostrable y obedece a las necesidades «poco éticas» del mundo actual.
Se hace una aproximación a lo que es la autonomía; se examina si el aborto puede calificarse como un acto moral, partiendo de la realidad biológica de lo que es un embrión humano.
Se concluye que el aborto es una práctica en la que no puede primar el principio de autonomía porque no contiene una acción que sea puramente moral: no es posible afirmar que el aborto sea éticamente lícito. La sociedad actual pretende fundamentar legalmente los actos ilícitos antes de revisar los conceptos que conciernen a la ética y a la filosofía; parte del problema es que no se enseñan adecuadamente esos contenidos en las aulas de clase.
Publicado en Persona Y Bioética, 26(1), e2615. https://doi.org/10.5294/pebi.2022.26.1.5
Comments 1
Respetados todos, doctora Ana Valentina, muy interesante el planteamiento, sin embargo, queda en el aire un principio que se relaciona con la moral y la autonomía este es la dignidad humana, reconocida sobre cualquier derecho por la Declaración Universal de los Derecho Humanos, este concepto de dignidad es intrínseco en cada persona y la dignidad que me autorregula a mi no puede ser la misma dignidad de otros congéneres, es a partir de allí que se debe hacer la valoración lícita de la IVE, pues las condiciones de dignidad son particulares de cada madre, claramente ligadas a situaciones culturales, morales, económicas sociales y demás determinantes pero considero que aquí, como en la eutanasia y en general el derecho a morir dignamente, es lo que debe primar. Cordial saludo.