El ser humano experimenta en lo más profundo de su ser un anhelo de plenitud. Sin embargo, el dolor, la enfermedad y la muerte acompañan su existencia. El transhumanismo pretende superar los límites del hombre a través de todo un desarrollo científico tecnológico y se aventura a vaticinar el triunfo definitivo sobre la muerte. En este trabajo, se analizará el sentido de la vulnerabilidad, de los límites, de la conciencia de finitud y de la muerte tanto para el transhumanismo como para una antropología centrada en la persona. El transhumanismo y esta antropología coinciden en la existencia de ese deseo. La comprensión de los conceptos estudiados y los medios para salvar la humanidad que se proponen difieren en ambos planteamientos. Entendiendo que en el transhumanismo se produce un reduccionismo de la definición de persona y, por tanto, de la solución que se ofrece para responder al anhelo profundo inscrito en la naturaleza de cada ser humano.
Introducción
Son muchas las diferencias existentes en las distintas culturas, sociedades y momentos históricos. Sin embargo, en todos los seres humanos existe un anhelo profundo de ser feliz, y para conseguirlo se pretende erradicar todo lo que suponga un obstáculo: el dolor, la enfermedad, etc. El proyecto transhumanista plantea la mejora de la especie humana con avances científicos y tecnológicos. Propone una evolución de la humanidad hacia una situación en la que las capacidades físicas, cognitivas y emocionales se desarrollen de tal modo que se consiga un mejoramiento y superación de la especie. Se aspira a desterrar cualquier deficiencia para así superar nuestros límites naturales.
El transhumanismo ha sido definido por Nick Bostrom como:
“Un movimiento cultural, intelectual y científico, que afirma el deber moral de mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana, y aplicar al hombre las nuevas tecnologías, con el fin de que se puedan eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana: el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento e, incluso, la condición mortal”.
El transhumanismo reconoce que el ser humano en su situación actual es un ser limitado en sus capacidades, vulnerable ante él mismo, ante el otro y ante al medio que le rodea. En una nueva era científica y tecnológica, sería inmoral no usar estos medios que se nos ofrecen para ponerlos al servicio de la humanidad y derrotar, de manera definitiva, los límites.
Los interrogantes que se plantean ante este proyecto son infinitos y en diversos campos: las posibilidades técnicas de que se materialicen, el coste económico y la posibilidad de que sean extensibles a todos los individuos, cómo definir mejoramiento humano, cuándo se puede afirmar que una persona es normal y cuándo no, cómo establecer unos límites éticos, qué pasaría con aquellas personas que no fueran mejoradas, quién establecería esos límites y normas para una mejora biotecnológica, etc.
Pero, más allá de enumerar un elenco de múltiples cuestiones, lo verdaderamente cuestionable es si se ha reflexionado en profundidad sobre qué es el ser humano.