Carlos Simón, director de la Unidad de Investigación en Medicina Regenerativa y Terapia Celular del Centro de Investigación en Transplantes y Medicina Regenerativa (CSAT) de la Generalitat Valenciana, y el conseller de Sanidad, Vicente Rambla, explicaron este avance en una rueda de prensa. Las líneas celulares Valencia-1 (VAL-1) y Valencia-2 … Carlos Simón, director de la Unidad de Investigación en Medicina Regenerativa y Terapia Celular del Centro de Investigación en Transplantes y Medicina Regenerativa (CSAT) de la Generalitat Valenciana, y el conseller de Sanidad, Vicente Rambla, explicaron este avance en una rueda de prensa.
Las líneas celulares Valencia-1 (VAL-1) y Valencia-2 (VAL-2) tienen la capacidad, según afirmó Simón, “de mantenerse indiferenciadas”, dividirse, autorrenovarse y reproducirse por millones, por lo que, si se les adapta un tipo u otro de molécula, pueden derivar de forma ilimitada en “neuronas o miocardiocitos”. “Estas células son del CSAT y, por lo tanto, están dentro del Centro Nacional de Medicina Regenerativa”, organismo a través del cual tendrán que cursar sus peticiones pararecibirlas “aquellos investigadores que tengan proyectos que sean científicamente aceptables”, indicó el también director de la Fundación del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI).
Simón ha liderado un equipo de seis científicos con los que ha trabajado en cuarenta embriones donados con fines de investigación por otras tantas parejas y que han permanecido congelados durante más de cinco años, tal y como establece la Ley sobre Técnicas de Reproducción Asistida 45/2003, en vigor desde el pasado mes de noviembre.
De estos embriones, dieciséis llegaron a convertirse en blastocito, y a su vez, de estos últimos, catorce se pegaron a una base de placenta humana, lo que representa una eficiencia del 12,5 por ciento, una cifra que el investigador considera “notable”. “Estamos poniendo los ladrillos sobre los que se va a edificar la curación de los pacientes”, dijo el también profesor de Pediatría de la Universidad de Valencia, quien precisó que estas líneas celulares que han podido ser aisladas “crecen de manera exponencial” y carecen de soporte celular animal, por lo que el riesgo de transmisión de enfermedades es nulo y su aplicación terapéutica ya sería posible.
Por su parte, el conseller de Sanidad, Vicente Rambla, consideró que este avance “marca un antes y un después en la investigación con células madre embrionarias”, a la vez que pidió una mayor “sensibilidad” al Ministerio de Sanidad, del que dijo que se refiere con más frecuencia a los progresos en este campo que se dan en “Cataluña y Andalucía”.
Rambla anunció que los grupos de investigación valencianos trabajarán ahora en la “diferenciación” de las líneas VAL-1 y VAL-2 “para utilizarlas en el tratamiento de patologías hasta ahora incurables, como las secciones medulares o las enfermedades neurodegenerativas o infartos cerebrales y cardiacos”. “Nosotros no nos comprometemos a curar enfermedades, sólo producimos las herramientas para que los investigadores puedan trabajar en el futuro”, aseveró, para destacar a continuación el “rigor” de la investigación desarrollada en estos últimos años en la Comunidad Valenciana, frente a la que se ha dado en otras autonomías españolas, más interesada, dijo, en alentar un “debate político”. En la presentación de este avance biomédico también estuvo presente la ex ministra de Sanidad Ana Pastor, quien felicitó a la Conselleria de Sanidad y al doctor Simón por el aislamiento de las dos líneas celulares citadas. “Es la primera vez que un equipo científico logra aislar células embrionarias humanas”, señaló Pastor, al tiempo que mostró su “satisfacción” por el hecho de que la legislación española haya posibilitado tal logro.
El Banco de Células Madre de Valencia, en coordinación con el Centro Nacional de Medicina Regenerativa, proveerá de líneas celulares a los investigadores que pretendan diferenciarlas, mientras que el Banco Nacional del Reino Unido también contará con parte de ellas merced a un convenio.