El Colegio de Médicos norteamericano y la Sociedad de Medicina Interna de aquel país, no apoyan la legalización del suicidio asistido. En un reciente artículo ( Ann Intern Med 135; 209, 2001) se hacen unas interesantes preguntas y reflexiones sobre el suicidio asistido. Los autores, L. Sayder y DP Sulwasy, en … El Colegio de Médicos norteamericano y la Sociedad de Medicina Interna de aquel país, no apoyan la legalización del suicidio asistido. En un reciente artículo ( Ann Intern Med 135; 209, 2001) se hacen unas interesantes preguntas y reflexiones sobre el suicidio asistido. Los autores, L. Sayder y DP Sulwasy, en nombre del Comité de í‰tica y Derechos Humanos del Colegio de Médicos y de la Sociedad de Medicina Interna Norteamericana (ACP-ASIM), valoran al suicido asistido y se preguntan: “¿Es el suicidio asistido la respuesta? ¿Es un problema de derecho de los pacientes? ¿O de las limitaciones de la medicina? ¿De la verdad? ¿Del miedo y control de los pacientes? ¿Es una cuestión legal? ¿Es un problema ético o moral? ¿Un problema individual? ¿O de la sociedad?. Es algo de todo ésto. Después de un amplio y muy bien documentado estudio, imposible de resumir aquí, pero que recomendamos a quienes estén interesados en este tema, concluye que, aunque todos los códigos deontológico médicos prohiben el suicidio asistido, a pesar de las prohibiciones éticas y legales que sobre el mismo existen, aumenta el número de los que opinan que debería levantarse esta prohibición. Por ello, la profesión médica deberá debatir estos problemas públicamente y preguntarse si las actuales pautas sobre el suicidio asistido deberían cambiarse. Si esto sería prudente. Para llegar a una conclusión se debería tener en cuenta las necesidades de los pacientes, la vulnerabilidad de determinados grupos de enfermos, el sentido de la profesión médica y la complejidad de los cuidados que requieren los enfermos en el tramo final de su vida. Según el ACP-ASIM la práctica médica que acompaña al suicidio asistido tiene importantes problemas médicos y éticos. Su legalización podría deteriorar seriamente las relaciones médico-paciente; alterar el papel social del médico y dañar el concepto que la sociedad tiene sobre el valor de la vida, especialmente de las vidas más débiles y vulnerables. Por ello, la ACP-ASIM no apoya la legalización del suicidio asistido, y recomienda mejorar el cuidado de los pacientes en los últimos momentos de su vida. (Publicado en ProvidaPress, n. 94)