El ‘padre’ de la oveja ‘Dolly’ alerta sobre los peligros de clonar a seres humanosLos científicos predicen daños cerebrales y circulatorios devastadores en los niños clónicos JAVIER SAMPEDRO | Madrid La intención declarada por Severino Antinori, un célebre especialista italiano en reproducción asistida, de empezar a clonar niños en los …
El ‘padre’ de la oveja ‘Dolly’ alerta sobre los peligros de clonar a seres humanos
Los científicos predicen daños cerebrales y circulatorios devastadores en los niños clónicos
JAVIER SAMPEDRO | Madrid
La intención declarada por Severino Antinori, un célebre especialista italiano en reproducción asistida, de empezar a clonar niños en los próximos meses ha disparado todas las alarmas en la comunidad científica internacional. Dos pioneros en la clonación de mamíferos, Rudolf Jaenisch e Ian Wilmut, publican mañana en la revista Science un durísimo alegato contra los planes de Antinori. Según los científicos, la técnica que pretende usar el italiano, inventada por ellos mismos, conducirá fatalmente a gravísimas malformaciones en los pocos niños clónicos que logren nacer.
Antinori, muy conocido en Italia por haber inducido gestaciones viables en mujeres que habían sobrepasado de largo su edad fértil, armó un escándalo en Roma a principios de este mes al anunciar que tenía todo dispuesto para empezar a clonar niños en el plazo de unos meses, incluidas unas 600 parejas estériles de Italia y Estados Unidos que se habían prestado voluntarias a la experiencia. El ginecólogo hizo este anuncio arropado por el biólogo molecular israelí Avi Ben Abraham y por el médico Panaiotis Zavos, del Instituto Americano de Andrología (EE UU).
Antinori se encontrará mañana una durísima argumentación técnica destinada expresamente a disuadirle de sus planes, publicada por una de las dos revistas científicas más influyentes del mundo, y puesta en la pluma de los propios investigadores que han inventado y puesto a punto la técnica que el ginecólogo italiano pretende usar para clonar niños: Ian Wilmut, del Instituto Roslin, el padre de la oveja Dolly, y Rudolf Jaenisch, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), líder en la clonación de ratones.
La clonación ya se ha usado con éxito en ovejas, ratones, vacas, cabras y cerdos, y siempre con la misma técnica: se extrae de una célula del animal adulto el núcleo, que contiene el genoma completo, y se introduce en un óvulo al que previamente se ha extraído su propio núcleo. El embrión resultante, que es genéticamente idéntico al adulto original, se implanta unos días después en el útero de una hembra.
Jaenisch y Wilmut están convencidos de que pretender clonar niños con esta técnica es, por el momento, ‘peligroso e irresponsable’. No sólo el método es muy ineficaz -en los demás mamíferos se precisa una media de 200 intentos para lograr un nacimiento-, sino que los pocos niños que llegaran a nacer tendrían un altísimo riesgo de padecer daños irreparables y devastadores: insuficiencias respiratorias, problemas cardiovasculares, daños inmunológicos, malformaciones renales y deficiencias mentales.
‘Si se intenta la clonación humana’, concluyen Jaenisch y Wilmut, ‘los embriones que no mueran temprano pueden convertirse en niños y adultos anormales’. Será interesante saber cuántas de las 600 parejas que se han presentado voluntarias ante Antinori persistirán en su empeño tras conocer ese dictamen.
Hasta ahí la guerra de poder a poder. Lo demás es ciencia pura. ¿Por qué predicen los científicos semejantes desastres, si está demostrado que el embrión clónico contiene todos los genes de un humano adulto perfectamente saludable? La razón es que algunos genes de la célula adulta están activados y otros están reprimidos, a veces de forma muy estable. Cuando el núcleo se transfiere a un óvulo, ese patrón de actividad genética tiene que reprogramarse para adoptar el patrón típico de un embrión.
La reprogramación es un proceso bastante natural. Las células que, en el curso normal de la vida, dan lugar a los óvulos y a los espermatozoides ejecutan esa reprogramación sin ningún problema. Pero cuentan para ello con meses o años. El núcleo adulto introducido artificialmente en un óvulo sólo tiene unos minutos, y por eso el proceso falla muy a menudo. Si falla mucho, el embrión se muere. Pero lo peor es que falle sólo un poco, porque entonces el niño nacería a una vida que no merecería tal nombre.
Precisamente ayer, la comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes norteamericana dedicó la jornada a debatir la clonación humana, con 16 comparecientes invitados, informa desde Chicago Ricardo M. de Rituerto. Los dos invitados más espectaculares eran Panaiotis Zavos -uno de los aliados de Antinori- y el llamado Rael, el líder de una secta canadiense que asegura que su grupo va a clonar en un laboratorio secreto de Estados Unidos al hijo fallecido de una pareja de sus correligionarios.
Los legisladores eran claramente contrarios a ese tipo de experimentos. Lo que querían decidir ayer era si la clonación se puede evitar con la actual legislación o es necesario redactar una explícitamente dirigida contra esta posibilidad técnica.
El País, 16-mar-2002