El trasplante de troncales de la médula ósea orienta el futuro de la diabetes

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El empleo de células progenitoras adultas multipotentes de la médula ósea podrá ser de utilidad en el tratamiento de la diabetes, según los trabajos presentados por Miguel Barajas, del Área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra, en la Reunión Nacional de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia.

Mª Pilar Huarte. Pamplona
29/10/2007

 

En 2001 Catherine Verfaillie describió las células progenitoras adultas multipotentes de la médula ósea (MAPC) y su capacidad para diferenciarse en tejidos que pertenecen a otras capas embrionarias diferentes, como hepatocitos, neuronas, etc. Un trabajo desarrollado en la Clínica Universitaria de Navarra analiza el papel de las MAPC y la implicación del gen oct-4, que controla la pluripotencialidad de estas células.

“Cuanto más altos son los niveles de oct-4 expresados por las MAPC, mayor es su capacidad de diferenciación”, ha explicado a Diario Médico Miguel Barajas, del Laboratorio de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra, que ha participado en la XLIX Reunión Nacional de la Asociación Española de Hematología y Hematoterapia, que se ha celebrado en Pamplona.

Estudios experimentales previos realizados en la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, habían demostrado que las células MAPC de rata con altos niveles de oct-4 eran capaces de diferenciarse hacia células con características propias de los hepatocitos.

El siguiente paso fue confirmar esta correlación en las células beta. “Estudiamos los factores que intervienen en el desarrollo del páncreas, así como la evolución que sufre una célula para convertirse en célula beta. Medimos por PCR en tiempo real la expresión de pdx-1, un gen clave en el desarrollo del páncreas.

Después combinamos diferentes citocinas que inducen la maduración de células precursoras pancreáticas, y confirmamos que las células adquieren diferentes marcadores que simulan el desarrollo embrionario del páncreas hasta conseguir una célula beta”.

Expresión
Los marcadores más importantes detectados por proteína C reactiva (PCR) en tiempo real, pdx-1 e insulina, se confirmaron por citometría y microscopía confocal.

Estas técnicas permiten saber el número de células que están expresando cada marcador. “Aunque no contamos con muchas células que expresaran insulina, sí comprobamos que se comportaban como una célula beta; esto es, secretaban insulina en respuesta a glucosa. Una vez trasplantadas en el riñón de ratones diabéticos, vimos que la insulina que les permitía vivir con niveles normales de glucosa provenía de las células trasplantadas. Por lo tanto, podemos concluir que las MAPC pueden diferenciarse tanto in vitro como in vivo hacia células con características de células beta. Así pues, pueden servir como base para el desarrollo de nuevos tratamientos para la diabetes”.

En la actualidad, los estudios que se están llevando a cabo en la clínica navarra tienen como objetivo traspasar la información obtenida a partir del modelo animal al modelo humano. Según Barajas, “estamos en fase preclínica, centrados en seleccionar los clones de MAPC que mejor se puedan diferenciar hacia células beta. Después analizaremos si las células trasplantadas actúan en la regresión de la diabetes en ratón diabético”.

La aplicación clínica de esta terapia ofrece la ventaja de poder realizar trasplantes autólogos. “Podríamos extraer médula ósea del propio paciente, multiplicar y diferenciar las células in vitro y volver a trasplantarlas como una célula beta. Esta técnica estaría indicada tanto para diabetes tipo 1, puesto que dispondríamos de cultivos ilimitados de células beta, como para diabetes tipo 2”.

Además, se están llevando a cabo diferentes investigaciones con otros tipos celulares para optimizar el abordaje de la enfermedad. “En concreto, nos estamos centrando en la utilización de otras células derivadas de la médula ósea, tales como células madre mesenquimales, en células madre derivadas de grasa, así como células procedentes de sangre periférica. El objetivo es obtener células capaces de diferenciarse a células productoras de insulina que actúen como una célula beta”, ha apuntado el investigador.

Primeros pasos
La terapia celular se presenta como una alternativa prometedora para el tratamiento de numerosas patologías. En el caso de la diabetes se han desarrollado numerosas líneas de investigación en ensayos experimentales. “Estamos analizando la aplicación en humanos de un estudio experimental que desarrollamos con Catherine Verfaillie, primero en la Universidad de Minnesota y luego en la Universidad belga de Lovaina”, ha explicado Miguel Barajas.

La estrategia de terapia celular que se está utilizando en el tratamiento de la diabetes es el protocolo de Edmonton, de James Shapiro, consistente en la extracción de islotes a partir de un páncreas de donante cadáver y su posterior trasplante en el hígado de pacientes diabéticos.

Un estudio multicéntrico internacional desarrollado el pasado año demostró los buenos resultados de este protocolo. “Existe el problema de que no hay suficientes islotes disponibles para tratar a todos los pacientes y que no es un trasplante autólogo, por lo que el paciente debe tomar inmunosupresores”.

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