En Oregón el 56 por ciento se retracta de la eutanasia Frente a la despenalización en Holanda, Oregón sigue siendo el único lugar del mundo que ha legalizado formalmente la eutanasia. Un análisis del fenómeno en el año 2001 revela que su aplicación sigue siendo mínima, pues el porcentaje de arrepentimiento …
En Oregón el 56 por ciento se retracta de la eutanasia
Frente a la despenalización en Holanda, Oregón sigue siendo el único lugar del mundo que ha legalizado formalmente la eutanasia. Un análisis del fenómeno en el año 2001 revela que su aplicación sigue siendo mínima, pues el porcentaje de arrepentimiento entre quienes consiguen una receta letal es muy elevado.
El año pasado 33 médicos recetaron fármacos letales a 44 pacientes al amparo de la ley que en 1997 admitió esta práctica entre enfermos terminales. Sin embargo, al terminar el año sólo 19 habían muerto a consecuencia de la ingestión del fármaco prescrito: 14 fallecieron a consecuencia de la evolución de su enfermedad y otros 11 seguían vivos. Estas cifras suponen un 56 por ciento de arrepentimiento en la decisión.
Así lo revela un análisis de los casos sucedidos en 2001 realizado por los doctores Katrina Hedberg, David Hopkins y Karen Southwick, del Departamento de Servicios Humanos de Oregón y que hoy publica ‘The New England Journal of Medicine’.
La prescripción de fármacos letales mantiene una línea ascendente (24 en 1998, 33 en 1999 y 39 en 2000), pero “el número de pacientes que finalmente ingiere el fármaco letal sigue siendo pequeño”, subrayan los autores.
Perfil estable
Por lo demás, el perfil de los pacientes que efectivamente practica la eutanasia no arroja cambios significativos: el cáncer es la principal enfermedad subyacente (86 por ciento) y el porcentaje de licenciados es mayor que en la población general que muere por patologías tumorales (38 por ciento frente a 13 por ciento).
Una amplia mayoría está solo (los solteros, viudos y divorciados suman el 62 por ciento) y sólo en el 14 por ciento se descartó una posible depresión por el psiquiatra.
La decisión nunca es fácil para el paciente: con independencia de los arrepentimientos, los que finalmente acuden a esta práctica dejan transcurrir una media de 54 días antes de tomar el fármaco prescrito y el rango total oscila entre 15 y 466 días.
De nuevo a juicio
Con todo, la ley -que ya en su día fue avalada por el Tribunal Supremo del Estado- tiene grandes probabilidades de volver a tribunales, pero esta vez a los federales.
El motivo es la instrucción dictada por John Ashcroft, Fiscal General de Estados Unidos, según la cual la administración de fármacos letales debe entenderse prohibida bajo la Ley de Sustancias bajo Control, una norma federal que data de 1970 y destinada a evitar tanto el abuso de fármacos como el tráfico de drogas.
Un juez local estudia si tal interpretación es válida y ha suspendido cautelarmente su aplicación en Oregón. Sea cual sea el sentido del fallo, es seguro que habrá apelación y puede que el asunto llegue al Tribunal Supremo del país. Entretanto, la eutanasia representa una veintena de las casi 6.500 muertes al año por cáncer en el Estado.
(N Engl J Med 2002; 346; 450-2)