Eutanasia holandesa. El nuevo estudio ordenado por el Gobierno

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        Los Ministerios holandeses de Salud y de Justicia encargaron en 2001 una visión de conjunto con ámbito nacional sobre la eutanasia, y el informe de este estudio, contenido en un volumen de 272 páginas, se publicó en el otoño de 2003 1. El estudio fue llevado a cabo por …

 

      Los Ministerios holandeses de Salud y de Justicia encargaron en 2001 una visión de conjunto con ámbito nacional sobre la eutanasia, y el informe de este estudio, contenido en un volumen de 272 páginas, se publicó en el otoño de 2003 1. El estudio fue llevado a cabo por los mismos investigadores que hicieron los estudios previos sobre la eutanasia ordenados por el Gobierno (19902 y 19953) y fue dispuesto para obtener datos relativamente comparables. Esta vez, sin embargo, la finalidad principal era la de valorar la efectividad del procedimiento de revisión y verificación (procedimiento toetsing)4. La práctica de la eutanasia se estudió con la extensión necesaria para evaluar este procedimiento.

 

      En esta ocasión se incluyeron varios puntos que no habí­an sido tenidos en cuenta en los estudios previos: eutanasia en niños y menores con edades entre 1 y 16 años; suicidio asistido por médico de personas sanas “cansadas de la vida“; eutanasia de ancianos dementes que previamente habí­an firmado una declaración; el uso de sedación terminal; la posible influencia de los cuidados paliativos sobre la petición de eutanasia, y las opiniones de las familias de los pacientes y del público general.

 

      Se enviaron cuestionarios por correo a los doctores que habí­an extendido 7.440 certificados de defunción; se recibieron 5.618 respuestas. Se mantuvieron entrevistas orales con 410 médicos de varias especialidades, con 63 pedí­atras (oncólogos pediátricos, neurólogos pediátricos, y pedí­atras de cuidados intensivos) y con 87 familiares de pacientes que habí­an muerto por eutanasia. Se enviaron cuestionarios al público general; respondieron 1.390 personas.

 

      Como en los estudios previos, las estimaciones nacionales se obtuvieron por extrapolación ponderada de los números hallados en las muestras estudiadas. (ver Tabla 1)

 

­


 

Tabla 1.   Eutanasia en Los Paí­ses Bajos

 

        Categorí­a                                                  Número de casos

 

         Total de muertos en Los Paí­ses Bajos, en 2001          140.377

 

   Eutanasia activa voluntaria (inyección letal puesta         3.650 5

   a petición del paciente)

 

   Suicidios asistidos por médico                                        280 6   

 

   Eutanasia activa involuntaria (inyección letal puesta         980 7

   sin petición del paciente)

 

   Sobredosis letal de calmantes administrada con la         2.800 8

         intención de causar la muerte

    

   Total de muertes causadas intencionada y
  activamente por médicos                                               7.710

 

 


      El número total de pacientes que murieron por dosis letal de calmantes (sin tener en cuenta las intenciones de los doctores) se estimó en 28.216. 9 Tratamientos potencialmente efectivos para prolongar la vida les fueron denegados o retirados a 28.075 personas; en 18.249 casos eso se hizo con la intención explí­citamente manifestada de causar la muerte. 10

Setenta y un por ciento de los médicos de familia declararon que habí­an practicado la eutanasia, o ayudado al suicidio, en algún momento del pasado, y 38 % que lo hicieron dentro de los dos últimos años 11. Once por ciento de los doctores entrevistados declararon que nunca practicarí­an la eutanasia  ni ayudarí­an a un paciente a que se suicidase 12. Algunos de ellos (el uno por ciento) tampoco derivarí­an un paciente que pidiera eutanasia a un colega dispuesto a llevarla a cabo.13

 

      De modo parecido a lo que pasó en los estudios previos, de entre 9.700 peticiones directas y explí­citas para eutanasia o suicidio asistido cerca de 5.900 no fueron concedidas, lo que con frecuencia se ha interpretado como prueba de lo cuidadosamente que se consideran esas peticiones, y que en la mayorí­a de los casos acaban siendo rechazadas. Lo que pasa, sin embargo, en muchos casos es que la razón para denegar las peticiones es de otra í­ndole: en 2.832 casos (48 %) la eutanasia no se llevó a cabo porque los pacientes ya se habí­an muerto antes. 14 Este hallazgo va en apoyo de los crí­ticos que sostienen que la euta-nasia, sea como sea juzgada desde un punto de vista moral, es sencillamente innecesaria.

  

      Cierta intensificación de la eutanasia se ha dado en las residencias asistidas. En 1995 el 54 % de los médicos de residencias asistidas recibieron peticiones directas para eutanasia o auxilio en el suicidio para cuando llegue el momento propicio; en 2001 esta cifra subió hasta el 86 %. Setenta por ciento de los médicos recibieron peticiones directas para eutanasia o auxilio en el suicidio. Treinta y seis por ciento de los doctores de residencias asistidas (en 1995 sólo el 21 %) declararon que habí­an practicado la eutanasia o asistido en suicidios.15

 

      Comparado con el número de casos de eutanasia activa, el suicidio asistido queda como una práctica muy infrecuente en Los Paí­ses Bajos. Según los autores del informe « el argumento por el que el suicidio asistido es [un acto] más respetuoso con la autonomí­a y la responsabilidad del paciente, a menudo pesa menos en el ánimo de los doctores, y como cabe presumir también en el de los pacientes, que ese mejor control logrado cuando el médico es quien inyecta una droga letal » . 16

 

      El número de casos de eutanasia activa involuntaria (que definen los perpetradores y los autores del informe  como terminación de la vida sin petición explí­cita del paciente) perma-nece alto, alrededor de 1.000 casos por año.  «Aparentemente es difí­cil evitar esta clase de acción» escriben los autores del informe 17, y repiten la estrafalaria afirmación de hace cinco años 18: es el paciente quien es el responsable de evitar la terminación de su vida; si no quiere eutanasia que lo diga con antelación de palabra, y lo manifieste por escrito. 19

 

      Mil ochenta y ocho niños recién nacidos murieron en Los Paí­ses Bajos en 2001; en 100 de esos casos los doctores administraron drogas con la intención explí­citamente declarada de acelerar la muerte.20 De acuerdo con las leyes en vigor tales acciones deberí­an ser denunciadas a los fiscales, pero esto rara vez ocurre en la práctica. De 1995 a 2001 sólo se presentaron tres informes cada año denunciando ante los fiscales la eutanasia infantil.21 En muy pocos casos (3%) la eutanasia activa del recién nacido se llevó a cabo sin el consentimiento o el conocimiento de los padres. 22

 

 

Nuevos asuntos incluidos en el estudio de 2001

 

Eutanasia en los niños y menores (edades entre 1 y 18 años)

 

      En 2001, eutanasia activa a petición del niño, con el consentimiento de los padres, se aplicó en cinco casos.23 En diecisiete casos, las vidas de niños que no habí­an pedido eutanasia fueron activamente terminadas, a petición de los padres. 24  En tres casos la euta-nasia activa se llevó a cabo por pedí­atras sin petición ni del niño ni de los padres. 25

     

      Setenta y cinco por ciento de los pedí­atras mantienen el punto de vista de que es permisible aplicar la eutanasia a petición de un niño capaz de discernir lo que es mejor para él ; 36 % de los pedí­atras y 19 % del público general creen que las peticiones de eutanasia hechas por niños enfermos incurables, con edades entre 12 y 16 años, deben atenderse aún sin el consentimiento de los padres. 26  

 

Sedación terminal

 

      La sedación terminal (T.S.) usando benzodiazepinas, barbitúricos y/o morfina fue administrada en 17.000 casos, de los que un 43 % lo fueron sin el consentimiento del paciente. En 14.000 casos (69 %  sin consentimiento del paciente) la T.S. se combinó con la privación de alimento y fluidos. 27 En el informe, del todo correctamente, la T.S. no se enumera como forma de decisión médica sobre el fin de la vida. Dependiendo de las intenciones del doctor, de la presencia o ausencia de petición del paciente y de la dosificación de las drogas, algunos casos en los que se aplicó la T.S. pueden calificarse como eutanasia voluntaria o involuntaria, o como sobredosis intencionada de drogas.

 

Eutanasia activa en personas dementes, con  posesión de una petición firmada.

 

      La eutanasia activa en personas dementes con una petición firmada era sumamente escasa: sólo tres por ciento de los médicos entrevistados habí­an incurrido en esos actos; sin embargo, los doctores, en un 44 %, piensan que la eutanasia en esos pacientes es “concebible”. 28

 

Suicidio asistido por médico de personas sanas que están “cansadas de la vida“

 

      Cuarenta y cinco por ciento de la población de Holanda cree que las personas mayores que desean acabar con sus vidas deberí­an tener acceso a los medios para ello; sólo el 29 % de los médicos comparten esta opinión. 29 Tres por ciento de doctores manifestaron que han asitido suicidios de personas “cansadas de la vida“, que por lo demás no tení­an ninguna dolencia importante ni somática ni psiquiátrica. 30

 

Eutanasia versus cuidados paliativos

 

      Los autores del informe se refieren a un artí­culo escrito por un grupo de médicos en Amsterdam, especializados como consultores en casos de eutanasia, quienes declararon que con el creciente conocimiento y la experiencia en cuidados paliativos se estaban repensando lo de la eutanasia. Ese punto de vista no parece que se mantenga con el presente estudio: sesenta y un por ciento de los médicos entrevistados están en desacuerdo con la opinión de que con adecuado cuidado paliativo la eutanasia se hace innecesaria. 31

 
La encuesta de opinión

 

      Ochenta y dos por ciento de los que respondieron apoyan la eutanasia activa a petición del paciente. 32 Un cincuenta y cinco por ciento son de la opinión de que, desde la aproba-ción de la nueva ley, los médicos ya no tienen el derecho a rechazar la eutanasia.33

 

 

La respuesta a la principal cuestión planteada por el Gobierno
 

      La pregunta formulada por los Ministros de Salud y de Justicia fue « ¿Es el actual procedimiento de revisión y verificación adecuado para su cometido? »  El procedimiento actual requiere que se dé cuenta de los casos de eutanasia y de suicidio asitido al Comité Regional de Revisión y Verificación, compuesto por un doctor, un abogado y un moralista. La cuestión principal se subdividió en varias sub-partes 34: (1) ¿Contribuye el actual procedimiento a una mayor franqueza en casos de eutanasia y de suicidio asistido? (2) ¿Asegura que esos casos serán verificables y quedarán bajo control? (3) ¿Fomenta una conducta cuidadosa en los casos de terminación de vida? Y (4) ¿Proporciona una uniformidad en el proceso de información y verificación?

 

      El estudio no ha dado respuestas claras a esas preguntas. La franqueza y la verificabilidad han aumentado pero siguen siendo inadecuadas.  El porcentaje de casos de eutanasia voluntaria notificados a los Comités Regionales se incrementó desde el 41 % en 1995 hasta el 54 % en 2001.35 Con todo, 46 % de esos casos “muy limpios” quedan sin notificar, como ocurre con el 99 % de los casos de “terminación de la vida sin petición del paciente“,36 con el 100 % de los casos de sobredosis letal intencionada, y una inmensa mayorí­a de la eutanasia con niños. “La terminación de la vida sin petición del paciente“ se sigue practicando a una escala que no disminuye, con desafí­o a las reglas oficiales de con-ducta cuidadosa. « Deja perplejo [comprobar] que tantos miembros de una profesión que conlleva directa responsabilidad para la vida y la muerte hagan caso omiso de las reglas lega-les » escribió un holandés crí­tico con el informe. 37

 

Los informes holandeses: más y más defensivos y menos informativos

 

 

      Desde 1990, cada cinco años, se hicieron por orden del Gobierno holandés estudios sobre la eutanasia, con ámbito nacional. No hay duda de que los informes de esos estudios han proporcionado la más fidedigna y valiosa información sobre el tema. A todo lector del primer informe, le tuvo que imponer respeto la extensión y la calidad de la investigación, y la honradez y valentí­a de los autores, quienes no dudaron en publicar hallazgos muy alarmantes.

 

      Este primer estudio de ámbito nacional sobre la eutanasia desveló que en 1990 se estimaron en 8.100  las personas que murieron por sobredosis de calmantes administradas con intención de causar la muerte; y en 4.941 de esos casos se hizo sin la petición ni el conocimiento del paciente. 38  Esto llevó el número de casos de eutanasia activa involuntaria a 5.941, lo que supera el número de casos de eutanasia voluntaria (5.459) 39 Estos hallazgos sobresaltaron a la opinión internacional y condujeron a muchos a pensar que la eutanasia holandesa era un experimento social que habí­a salido terriblemente mal.

 

      En los informes de los dos estudios siguientes (1995, 2001) parecí­a que, aparte de una gran cantidad de buena investigación, se hací­an esfuerzos visibles para controlar el daño. En el estudio de 1995 el número de sobredosis letales intencionadas de calmantes se redujo notablemente, debido no tanto a un cambio en la práctica misma  como a un cambio en el método de los interrogatorios: las declaraciones de los doctores sobre su intención de causar la muerte no fueron tan fácilmente aceptadas como en 1990; otros posibles métodos han sido también sugeridos con cierta insistencia. Así­ resultó que menos casos fueron etiquetados como intencionados. 40

 

      En el estudio de 2001 se dio un paso adelante. El hecho de que esta vez el estudio de la práctica de la eutanasia fuera limitado condujo a la eliminación de aquellos hallazgos que habí­an resultados tan alarmantes en los estudios previos. En casos de sobredosis inten-cionada de calmantes, simplemente no se les preguntó a los médicos si lo hicieron con el consentimiento del paciente o sin su conocimiento. Como resultado, el número total de casos de eutanasia activa involuntaria no se puede encontrar, ni se puede calcular a partir del estudio de 2001. 41

 

      Varios items se han colocado en el informe de 2001 con el solo propósito de desviar las crí­ticas previas o de disipar alarmas. En respuesta a la preocupación americana, frecuente-mente expresada, sobre que la eutanasia holandesa puede amenazar  a grupos vulnerables en la sociedad, los investigadores holandeses examinaron la eutanasia en personas de posición social y económica varia, y declararon no haber encontrado diferencias. 42  Esta parte del estudio simplemente creó y destruyó un hombre de paja, pues en el estado del bienestar holandés no hay grupos ni social ni económicamente vulnerables.

 

      En respuesta a la crí­tica de que el procedimiento holandés para controlar la eutanasia solamente después del hecho (toetsing achteraf) es inadmisible por principio y por razones prácticas, los autores del informe han declarado que en Los Paí­ses Bajos tienen un procedi- miento para controlar la eutanasia antes del hecho (toetsing vooraf) cual es la obligatoria consulta a otro médico.43 Sin embargo , en casi 500 casos de eutanasia voluntaria o de suici-dio asistido no hubo consulta con un segundo médico que fuera a ver al paciente; a lo más alguna conversación entre dos doctores, y por lo general por teléfono.44  Según las entrevistas con las familias de pacientes muertos, en el 77 % de los casos, el médico que atendí­a les prometió antes de consultar a un segundo médico que llevarí­a a cabo la eutanasia, y en algunos casos incluso fijó la fecha. 45  Doctores que intencionadamente administraron dosis letales de calmantes nunca consultaron a otro médico. Así­ que el control antes del hecho resultó en gran parte ineficaz o inexistente.

 

      Al enfocar el estudio de 2001 en un asunto de importancia secundaria, como es el procedimiento de revisión y verificación, los iniciadores han expresado, y aparentemente han deseado afirmar, la opinión de que la eutanasia en sí­ misma es una práctica bien arraigada que ya no es tema de controversia. Este autor no es propenso a adoptar esa opinión. 

 


 

      1 G. VAN DER WAL, A. VAN DER HEIDE, B.D. ONWUTEAKA-PHILIPSEN & P. J. VAN DER MAAS, MEDISCHE BESLUITVORMINGAAN HET EINDE VAN HET LEVEN; DE PRAKTIJK EN DE TOETSING PROCEDURE [La Toma de Decisiones Médicas al Final de la Vida: La Práctica y el Procedimiento de Revisión y Verificación] (Utrecht 2003)

            2  MEDISCHE BESLISSINGEN ROND HET LEVENSEINDE  [Decisiones Médicas que conciernen al Final de la Vida] (La Haya, 1991)

            3  VAN DER WAL & P. J. VAN DER MAAS, EUTHANASIE EN ANDERE MEDISCHE BESLISSINGEN ROND HET LEVENSEINDE; DE PRAKTIJK EN DE  MELDINGSPROCEDURE.  [La Eutanasia y otras Decisiones Médicas que conciernen al Final de la Vida]; [La Práctica y el Procedimiento de Notificación] (La Haya, 1996)

4  VAN DER WAL, nota 1 supra, en 28.

5    Id. en 67, Tabla 7.1.

6       Id.

7      Id.

8       Id. en 63, Tabla 6.1.

9       Id. en 67, Tabla 7.1.

10    Id. en 64, Tabla 6.3.

11    Id. en 45, Tabla 4.1. 

12    Id.  Tabla 4.2.

13    Id.

14  Id.. en 52-53

15    Id. en 44.

16    Id.  en 195.

17  Id.  en 201.

18  VAN DER WAL,  nota 3 supra, en 237.

19   VAN DER WAL, nota 1 supra, en 201.

20   Id. en 121.

21   Id.

22   Id., Tabla 12.2.

23   Id. en 123.

24   Id. en 127, Tabla 13.5.

25   Id. en 125, Tabla 13.2

26  Id. en 133, Tabla 13.8

27  Id.. en 75-80

28  Id. en 112, Tabla 11.2.

29  Id. en 108, Tabla 10.6.

30  Id  en.104, Tabla 10.2.

31  Id. en 99

32  Id. en 69.

33  Id. en 177, Tabla 18.7.

34  Id. en  192.

35  Id.

36  Id. (énfasis añadido)

37  W. J. EIJK, Het onderzoek naar de euthanasiepraktijk in Nederland over de periode 2001/2002     

     [Estudio sobre la práctica de la eutanasia en Los Paí­ses Bajos, en los años 2001/2002]

        PRO VITA HUMANA  161 (2003)

38   MEDISCHE  BESLISSINGEN ROND I,  nota 2 supra, en 15, 17.

39  Id. en 13, 16 y II , en 58.

40  VAN DER WAL, nota 3 supra en 41-42, 92. P. J. VAN DER MAAS et al., Suicidio asistido por   

     Médico y otras Prácticas Médicas Implicadas en el Final de la Vida en Los Paí­ses Bajos,  

    1990-1995, 335 NEW ENG. J. MED. 1699 (1996)

41  VAN DER WAL, nota 1 supra, en 195.

42   Id. en 69-70, Tabla 7.4.

43  Id.  en 146, 188.

44  Id. en 147, Tabla 15.1.

45  Id  en  149, 188.


Issues in Law & Medicine, Volume 20, Number 1, 2004

Traducción en Condignidad

 

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