Ginecólogos, pediatras y psicólogos, en contra de las madres abuelas

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Tener un niño después de los 45 años puede resultar descabellado e, incluso, peligroso para la salud. Sin embargo, cada vez son más las mujeres maduras que deciden tener descendencia pasada la cuarentena. Así lo … Tener un niño después de los 45 años puede resultar descabellado e, incluso, peligroso para la salud. Sin embargo, cada vez son más las mujeres maduras que deciden tener descendencia pasada la cuarentena. Así lo revelan las distintas clínicas de reproducción asistida, en las que cada día es más frecuente tener pacientes con 50 años. En España, durante el año 2002 se registraron 10.067 nacimientos de niños concebidos por mujeres de entre 40 y 50 años frente a los 14.896 de 2004, lo que supone un aumento del 48 por ciento en sólo cuatro años.

   El último caso ha sido el de una mujer de 67 años y madre primeriza que dio a luz gemelos en un hospital público de Barcelona el pasado 28 de diciembre. Tanto la madre -que por avanzada edad está dentro de la categoría de parto de alto riesgo- como los bebés, que salieron de la incubadora el martes, se encuentran bien, aseguró la portavoz de dicho hospital. La mujer se quedó embarazada mediante una fecundación in vitro realizada fuera de España, en algún país de Iberoamérica que no quiso concretar.

   En la tercera edad

En años recientes se han conocido varios casos de mujeres sexagenarias que han dado a luz, lo que ha generado diferentes opiniones negativas en la sociedad. El récord de maternidad tardía lo tenía, hasta ahora, Adriana Ilescu, una profesora rumana jubilada, soltera, que en enero de 2005 alumbró a un niño a la edad de 66 años, con óvulos y espermatozoides donados y después de nueve años de tratamientos de fertilidad.
También consiguió su deseo de ser madre una psiquiatra infantil británica, Patricia Rashbrook, que a los 62 años trajo al mundo a una criatura tras someterse a un tratamiento de fecundación in vitro en Italia y Rusia. Otro caso que publicaron los medios de comunicación fue el de una agricultora galesa de 60 años que tuvo descendencia en 1997 tras haber mentido en su edad para que no le denegaran ese tratamiento.
Ahora, el caso de la mujer de 67 años que dio a luz a gemelos la semana pasada en Barcelona cuestiona las técnicas de reproducción asistida cuando se aplican más allá de la menopausia. La ley en España establece trabas cuando existe un grave riesgo para la madre y el futuro hijo. Ser madre en la tercera edad es posible gracias a la fecundación in vitro. Una técnica que en España no pone límites a la edad pero sí establece requisitos. Y estos requisitos no son otros que los criterios de genetistas y ginecólogos. Varios expertos consultados por este periódico desaconsejan ser madre más allá de la menopausia porque los riesgos para ambos se multiplican.

   La naturaleza pone los límites.
En España la ley establece que toda mujer tiene derecho a recurrir a las técnicas de reproducción asistida y son los médicos los que deben exponer a la paciente los riesgos que pueda tener la gestación a esa edad. Sin embargo, los expertos aseguran que la ley natural es más importante que todas las demás, por lo que si la naturaleza establece que una mujer es fecunda hasta los 50 años máximo hay que respetarlo. «No estoy de acuerdo ni como médico ni como ciudadano pero yo no pongo los límites a la ley. La ciencia ya ha demostrado que es posible ser madre a los 50 o 60 años, lo que hay que plantearse ahora es si es razonable», dice José Manuel Bajo Arenas, Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
«Las mujeres pueden ser madres hasta los 53 de forma natural -añade-, por este motivo todo lo que se hace más allá de esa edad va en contra de la naturaleza. Quizás la ley no establezca límites de edad en España pero la naturaleza sí los pone y ésos hay que respetarlos», dice.

   Crecer juntos.
A pesar de la polémica creada por la maternidad tardía, las investigaciones más recientes afirman que no debe negarse a una mujer el derecho de ser madre sólo por su edad. Sin embargo, José Ignacio de Arana, pediatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, cree que para el crecimiento del niño la madre es fundamental y con una mujer tan mayor es muy probable que no alcance a vivir todas las etapas del niño. «No es casual que una mujer sea fecunda a una determinada edad. Para el niño es muy importante la figura de la madre durante su crecimiento por lo que es fundamental que la edad se acomode a la del menor. La madre y el niño tienen que crecer juntos».

   Riesgos para la salud.
Los expertos evitan facilitar la maternidad a mujeres mayores de 50 años o que ya han tenido la menopausia porque aunque los úteros siguen siendo aptos para la gestación con óvulos de otras mujeres jóvenes, los riesgos se multiplican. «Un caso como el de la parturienta de 67 años de Barcelona no nos hace bien a nadie porque parece que ahora ya todo se puede hacer y no es así. Una señora de esa edad pone en peligro incluso su vida, pero claro, si llega de parto al hospital tienen que atenderla. Otra cosa sería si el tratamiento se lo hubieran hecho aquí».
«Hay que tener en cuenta -sigue- que es un gran riesgo, porque las tasas de abortos y partos prematuros se disparan, pero no sólo eso, sino que la madre tiene más posibilidades de sufrir una sobrecarga cardiaca o una diabetes gestacional», afirma Juan Antonio García Velasco, Director del Instituto Valenciano de Infertilidad en Madrid.

   Más experiencia.
Lo que la fecundación in vitro no puede hacer es recuperar la energía de una madre antes de la menopausia, algo que influirá, como señala la psicóloga María Luisa Ferrerós, en el modo de criar a su hijo. «Ser madres tardías tiene sus ventajas y sus inconvenientes para el niño. Frente a las madres de 20 y 30 años, que se sienten inseguras y sobrepasadas con la maternidad, las de 50 tienen mayor seguridad, sabiduría, experiencia y serenidad, algo que se transmite al niño. Sin embargo, las madres mayores se agotan antes físicamente y no tienen la energía de las más jóvenes para jugar». La psicóloga también recuerda que cuando los hijos estén en edad de casarse, tendrán que cuidar de sus madres octogenarias.
Por estos motivos, los expertos desaconsejan seguir el ejemplo de estas madres maduras y esperan no tener que enfrentarse a un embarazo a los 70.

M. Ovejero . La Razón digital. 5. enero 2007

 

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