Hacia un Acuerdo Internacional para Legalizar el Aborto y la Homosexualidad Juan C. Sanahuja Las Naciones Unidas están trabajando en una convención interamericana “para promover y proteger los derechos sexuales y los derechos reproductivos” en América Latina, a través de las …
Hacia un Acuerdo Internacional para Legalizar el Aborto y la Homosexualidad
Juan C. Sanahuja
Las Naciones Unidas están trabajando en una convención interamericana “para promover y proteger los derechos sexuales y los derechos reproductivos” en América Latina, a través de las siguientes agencias y organismos: el Fondo para la Población, la OMS, la División para el Avance de la Mujer, el Alto Comisionado para los Refugiados, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Organización Internacional de Migraciones, la UNESCO, la UNAIDS, la OIT, UNIFEM y varias importantes organizaciones no gubernamentales abortistas.
El proyecto surgió del “Encuentro de Comités de los Tratados, sobre la aplicación de los Derechos Humanos a la Salud Reproductiva y Sexual”, (Glen Cove+5), realizado en Ginebra del 25 al 27 de junio de 2001. Fue organizado por el Fondo para la Población y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU.
Allí estuvieron presentes los presidentes y miembros de los seis Comités: Comité contra la Tortura; Comité de los Derechos Económicos Sociales y Culturales; Comité contra la Discriminación Racial; Comité de Derechos Humanos; Comité contra la Discriminación de la Mujer (CEDAW); Comité de los Derechos del Niño.
Además, se encontraban presentes al menos otro miembro de cada comité y representantes de los organismos citados.
Entre la ONG”™s invitadas, se encontraban el CRLP (Centro de Leyes y Políticas Reproductivas), la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), CLADEM, etc. (El CRLP es la organización en la que ahora trabaja Nafis Sadik, ex-directora ejecutiva del Fondo para la Población, organizadora de la Conferencia de El Cairo, que retiene su cargo de asesora del Secretario General de la ONU).
El proyecto surgió del “Encuentro de Comités de los Tratados, sobre la aplicación de los Derechos Humanos a la Salud Reproductiva y Sexual”, (Glen Cove+5), realizado en Ginebra del 25 al 27 de junio de 2001. Fue organizado por el Fondo para la Población y el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU.
Allí estuvieron presentes los presidentes y miembros de los seis Comités: Comité contra la Tortura; Comité de los Derechos Económicos Sociales y Culturales; Comité contra la Discriminación Racial; Comité de Derechos Humanos; Comité contra la Discriminación de la Mujer (CEDAW); Comité de los Derechos del Niño.
Además, se encontraban presentes al menos otro miembro de cada comité y representantes de los organismos citados.
Entre la ONG”™s invitadas, se encontraban el CRLP (Centro de Leyes y Políticas Reproductivas), la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), CLADEM, etc. (El CRLP es la organización en la que ahora trabaja Nafis Sadik, ex-directora ejecutiva del Fondo para la Población, organizadora de la Conferencia de El Cairo, que retiene su cargo de asesora del Secretario General de la ONU).
Mesa Redonda de Glen Cove (1996)
El encuentro de Ginebra (junio 2001) fue una reunión de seguimiento de la Mesa Redonda de Glen Cove, realizada en 1996 con el fin de unificar la jurisprudencia de los Comités de los tratados de derechos humanos, sobre la salud reproductiva y sexual.
Las principales conclusiones de la Mesa Redonda de Glen Cove fueron:
-Aplicar la perspectiva de género al derecho a la salud, que incluye siempre los derechos sexuales y reproductivos.
-Interpretar las normas de los tratados internacionales sobre derechos sexuales y reproductivos como una parte inseparable de los derechos humanos
-Asegurar el derecho a la salud de refugiados, migrantes, desplazados y de pueblos indígenas
Además, el Fondo para la Población, el Comité de la Convención de Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW), la División para el Avance de las Mujeres (DAW), y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, convinieron promover los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos no sólo en los países miembros de la ONU, sino en todos los programas de esa organización.
Con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF, se llegó al acuerdo de integrar en todos los programas los temas de salud reproductiva, población y desarrollo como una unidad.
En Abril de 1997, los acuerdos de Glen Cove, bajo el paraguas de “género y derechos humanos”, fueron aceptados por todas las reparticiones de la ONU, entre ellas, el Alto Comisionado para los Refugiados, el Programa para el Desarrollo (PNUD-UNDP), la UNESCO, la UNICEF, y UNIFEM.
Glen Cove, tuvo lugar después de las Conferencias de El Cairo y Beijing. Fue la primera ocasión en que los miembros de los seis Comités de los tratados de la ONU sobre derechos humanos, se encontraron para decidir sobre la interpretación y aplicación de los derechos humanos con respecto a un tema específico. La importancia de “Glen Cove viene dada porque allí se fijó el marco moral y legal para el reconocimiento de la salud sexual y reproductiva como derechos humanos”, dice la información oficial.
Según Thoraya Obaid, actual Directora Ejecutiva del Fondo para la Población, la misión de éste “es fortalecer el marco institucional y legal para el reconocimiento del derecho a la salud sexual y reproductiva como derechos humanos; y proteger y asegurar esos derechos y en concreto el derecho básico de todo individuo a la salud sexual y reproductiva para toda su vida”. Obaid piensa que la “misión del UNFPA está firmemente enraizada en el Programa de Acción de El Cairo y la Plataforma de Acción de Beijing, las cuales, a su vez, están basadas en valores y en principios éticos universalmente aceptados”.
Las organizaciones abortistas como CLADEM y la IPPF, destacan como “grandes avances” en el campo legislativo, la Observación General sobre salud del Comité del CEDAW y el Comentario General del Comité de los Derechos Económicos Sociales y Culturales sobre el Derecho al más alto nivel salud.
Por último, hay que tener en cuenta que la nueva Directora de la División para el Avance de la Mujer (DAW) de la ONU, es la sueca Carolyn Hannan, especialista en cuestiones de género, que antiguamente revistaba en la oficina de la Asesora Especial para cuestiones de género del Secretario General, Angela King.
Para Hannan, las diferencias sexuales fueron creadas por “jerarquías sociales machistas” para perpetuar el poder masculino. “Como las diferencias sexuales han sido construidas socialmente pueden cambiar. La perspectiva de género es el proceso a través del cual la ONU espera eliminar todo vestigio de estas diferencias socialmente construidas”.
Un tema particular en las cuestiones de género es la maternidad, a la que Hannan llama “trabajo reproductivo”. Este “trabajo reproductivo” para Hannan es una forma de “carga o impuesto reproductivo”, que limita las posibilidades de las mujeres de ejercer un trabajo remunerado, según las leyes del mercado. A partir de ahí todo lo que sirva para “liberar a la mujer del trabajo reproductivo” debe ser admitido social y jurídicamente, (vid. C-FAM, 04-01-02).
Las principales conclusiones de la Mesa Redonda de Glen Cove fueron:
-Aplicar la perspectiva de género al derecho a la salud, que incluye siempre los derechos sexuales y reproductivos.
-Interpretar las normas de los tratados internacionales sobre derechos sexuales y reproductivos como una parte inseparable de los derechos humanos
-Asegurar el derecho a la salud de refugiados, migrantes, desplazados y de pueblos indígenas
Además, el Fondo para la Población, el Comité de la Convención de Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW), la División para el Avance de las Mujeres (DAW), y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, convinieron promover los derechos sexuales y reproductivos como derechos humanos no sólo en los países miembros de la ONU, sino en todos los programas de esa organización.
Con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF, se llegó al acuerdo de integrar en todos los programas los temas de salud reproductiva, población y desarrollo como una unidad.
En Abril de 1997, los acuerdos de Glen Cove, bajo el paraguas de “género y derechos humanos”, fueron aceptados por todas las reparticiones de la ONU, entre ellas, el Alto Comisionado para los Refugiados, el Programa para el Desarrollo (PNUD-UNDP), la UNESCO, la UNICEF, y UNIFEM.
Glen Cove, tuvo lugar después de las Conferencias de El Cairo y Beijing. Fue la primera ocasión en que los miembros de los seis Comités de los tratados de la ONU sobre derechos humanos, se encontraron para decidir sobre la interpretación y aplicación de los derechos humanos con respecto a un tema específico. La importancia de “Glen Cove viene dada porque allí se fijó el marco moral y legal para el reconocimiento de la salud sexual y reproductiva como derechos humanos”, dice la información oficial.
Según Thoraya Obaid, actual Directora Ejecutiva del Fondo para la Población, la misión de éste “es fortalecer el marco institucional y legal para el reconocimiento del derecho a la salud sexual y reproductiva como derechos humanos; y proteger y asegurar esos derechos y en concreto el derecho básico de todo individuo a la salud sexual y reproductiva para toda su vida”. Obaid piensa que la “misión del UNFPA está firmemente enraizada en el Programa de Acción de El Cairo y la Plataforma de Acción de Beijing, las cuales, a su vez, están basadas en valores y en principios éticos universalmente aceptados”.
Las organizaciones abortistas como CLADEM y la IPPF, destacan como “grandes avances” en el campo legislativo, la Observación General sobre salud del Comité del CEDAW y el Comentario General del Comité de los Derechos Económicos Sociales y Culturales sobre el Derecho al más alto nivel salud.
Por último, hay que tener en cuenta que la nueva Directora de la División para el Avance de la Mujer (DAW) de la ONU, es la sueca Carolyn Hannan, especialista en cuestiones de género, que antiguamente revistaba en la oficina de la Asesora Especial para cuestiones de género del Secretario General, Angela King.
Para Hannan, las diferencias sexuales fueron creadas por “jerarquías sociales machistas” para perpetuar el poder masculino. “Como las diferencias sexuales han sido construidas socialmente pueden cambiar. La perspectiva de género es el proceso a través del cual la ONU espera eliminar todo vestigio de estas diferencias socialmente construidas”.
Un tema particular en las cuestiones de género es la maternidad, a la que Hannan llama “trabajo reproductivo”. Este “trabajo reproductivo” para Hannan es una forma de “carga o impuesto reproductivo”, que limita las posibilidades de las mujeres de ejercer un trabajo remunerado, según las leyes del mercado. A partir de ahí todo lo que sirva para “liberar a la mujer del trabajo reproductivo” debe ser admitido social y jurídicamente, (vid. C-FAM, 04-01-02).
La convención de derechos sexuales y reproductivos
La reunión de Ginebra (Glen Cove+5), se concretó para nuestro continente en el Seminario para América Latina y el Caribe organizado por el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), con el título Derechos Reproductivos, Derechos Sexuales, Derechos Humanos, entre el 5 y 7 de noviembre de 2001. (Los entrecomillados corresponden a la información oficial).
El seminario reunió a 60 participantes, “activistas de diferentes campos de acción en la defensa de los derechos de las mujeres, así como a representantes de distintas organizaciones, redes y campañas de nivel regional. Estuvieron presentes organizaciones de: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de Norteamérica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Uruguay, Paraguay, Puerto Rico”.
“Este seminario se inscribe en el proyecto de CLADEM de impulsar junto con muchas otras organizaciones una convención interamericana para promover y proteger los derechos sexuales y los derechos reproductivos en nuestra región”.
“Los objetivos centrales del evento fueron:
-Presentar un balance de la región que nos permita establecer las relaciones entre las condiciones socio-políticas y económicas y las posibilidades de extensión de los derechos sexuales y los derechos reproductivos.
-Presentar los avances desarrollados en los derechos sexuales y los derechos reproductivos, así como las tensiones y los desafíos que presenta su formulación normativa.
-Identificar y presentar las estrategias más adecuadas (campañas y acciones de redes regionales) en la defensa de los derechos sexuales y/o los derechos reproductivos en nuestra región”.
“Asistieron como panelistas Line Bareiro, actual responsable del Programa de Derechos Humanos de las Mujeres del Instituto Interamericano de Derechos Humanos; Alice Miller, profesora asistente de la clínica de salud pública en la escuela Joseph L. Mailman; María Betánia Avila coordinadora general e investigadora de SOS CORPO; Maria Alicia Gutiérrez , actual coordinadora del grupo de género del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO); Ana Guezmes, médica feminista con especialidad en salud comunitaria en la Universidad Complutense de Madrid y actual responsable del programa de derechos sexuales y ciudadanía en salud del Centro de la mujer Peruana Flora Tristán; Cristina Zurutuza, psicóloga y actual integrante de la comisión directiva del Centro de Estudios de la Mujer (CEM), coordinadora general de CLADEM-Argentina, catedrática de la Universidad de Buenos Aires; Alejandra Sardá, psicóloga clínica y traductora literaria argentina, actual encargada del programa para América Latina y el Caribe de la Comisión Internacional de Derechos Humanos para gays y lesbianas (IGLHRC); Susana Chiarotti, abogada, actual directora del Instituto Género Derecho y Desarrollo y coordinadora regional del CLADEM; Silvia Pimentel, abogada brasilera, catedrática en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo.”
Según la información del mismo CLADEM, “los resultados (del encuentro) nos arrojan una preocupante relación entre proyectos neoliberales y restricción de derechos; por otro lado se analizaron también las diferentes estrategias de los sectores conservadores de la sociedad que, so pretexto de defender la unidad familiar, pretenden limitar la expansión de capacidades y libertades de las personas”.
Parecería que al feminismo no le basta con reinterpretar la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar, y Erradicar la Violencia contra la Mujer, llamada Convención de Belem do Pará, de 1994. La ONU y las ONG pretenden una convención que consagre los derechos reproductivos, es decir el aborto; y los derechos sexuales, es decir el pleno reconocimiento legal y jurídico de los homosexuales.
Recordemos que CLADEM (Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer), el 30 de noviembre, acudió al Comité de Seguimiento de la Convención de Eliminación de Toda Forma de Discriminación de la Mujer, (CEDAW), denunciando a la Conferencia Episcopal Argentina por aceptar la propuesta de algunos senadores de ratificar el Protocolo Opcional de la Convención añadiéndole una declaración interpretativa para preservar el derecho a la vida, (vid. Notivida 65, 18-12-01).
Recordamos también que, en Argentina, intervienen en la campaña internacional para la ratificación del Protocolo Opcional de la Convención de la Mujer (CEDAW), las organizaciones abortistas como la fundación FEIM (que preside la Dra. Mabel Bianco), el grupo autodenominado Católicas por el Derecho a Decidir, la Fundación Mujeres en Igualdad (MEI) y otros grupos menores como Alfonsina Storni, Lola Mora, etc. FIN, 16-01-02.
Fuentes: Propias; CLADEM; CEDAW; UNFPA; C-Fam, New York, 04-01-02; Notivida, nº 65, 18-12-01. Noticias Globales 08/02, 17 de enero 2002; Editor: Pbro. Dr. Juan Claudio Sanahuja; E-mail: jcs@arnet.com.ar; http://www.puertovida.com/noticiasglobales; Tel/Fax: (54-11)-4813-5320; (54-11)-4811-1678