Humanidad Infinita
Albert Cortina y Miquel-Angel Serra (coords), Humanidad infinita: Desafíos éticos de las tecnologías emergentes (Humanízate), Eunsa, 2016, isbn: 978-8484693383
La conciencia y la inteligencia sentiente son los mejores recursos que nos han sido dados para promover el bien de todos los seres humanos. Aumentando nuestras capacidades en esa dirección, guiados por la ley universal del Amor, podremos construir un futuro donde la investigación científica y los avances tecnológicos garanticen un desarrollo armónico de la libertad y la dignidad de la persona en su entorno natural. Este libro plantea la necesidad de concretar esos principios universales mediante una ética global, que nos ayude en las próximas décadas a resolver los inmensos desafíos que supondrá la convergencia de las tecnologías emergentes NBIC, la inteligencia artificial, la vida sintética, el mejoramiento humano y una posible singularidad tecnológica que, según la ideología transhumanista, supondrá un salto disruptivo en el devenir de la humanidad.
Los coordinadores de esta obra apuestan por un renovado humanismo avanzado, centrado en el desarrollo integral de las diferentes dimensiones de la persona, incluida la espiritual, que nos conduzca, a través de la cultura y la educación, a un auténtico perfeccionamiento del proyecto humano. Miquel-Àngel Serra (Barcelona, 1961) es doctor en Biología y desde 2005 gestor de investigación en el Laboratorio de Neurofarmacología del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra, donde colabora también en proyectos de neurociencias sobre el substrato neurobiológico de la adicción y trastornos asociados.
Humanidad Infinita V2
La reflexión sobre los desafíos éticos de las tecnologías emergentes constituye un reto pero también un imperativo. Es parte de ese ejercicio, profundamente humano: la reflexión del hombre sobre su propia realidad. En el devenir de su existencia, la humanidad ha ido dejando
una estela de su pensamiento y, en muchas ocasiones, un avance hacia lo que llamamos civilización, que supone el reconocimiento de los derechos y la dignidad de todos y cada uno de los que integramos la especie humana. La libertad del hombre, a la hora de pensar, proponer o actuar, también está presente en todo el recorrido de la humanidad. Por ello, los avances en la consideración del valor del ser humano nunca han tenido lugar en circunstancias exentas de riesgo. Hace apenas cuatro décadas que comenzó a utilizarse el término «bioética», para referirse a las obligaciones del ser humano con el mundo de lo vivo. El éxito de la bioética, como una ética aplicada de desarrollo reciente, parece que podría estar precisamente en esa exploración de las crecientes posibilidades de la biomedicina y la atención sanitaria, cuyos progresos alimentan cada día más opciones para el servicio del ser humano.