Roma, 26 may — Una sentencia que prohíbe a una pareja portadora de una enfermedad genética seleccionar un embrión sano ha reabierto la polémica en Italia acerca de la actual Ley de Fecundación Asistida que fue aprobada en febrero pasado por el Parlamento. La pareja, portadora de una anemia genética …
Roma, 26 may — Una sentencia que prohíbe a una pareja portadora de una enfermedad genética seleccionar un embrión sano ha reabierto la polémica en Italia acerca de la actual Ley de Fecundación Asistida que fue aprobada en febrero pasado por el Parlamento.
La pareja, portadora de una anemia genética denominada talasemia, había solicitado durante el proceso de fecundación artificial poder seleccionar un embrión sano que no portase la enfermedad, pero ha visto rechazada su pretensión por un juez de Catania (isla de Sicilia).
La sentencia es consecuencia de la aplicación de la Ley de Fecundación Asistida aprobada en febrero de 2004.
La controversia se da en la petición de que la pareja pedía el análisis del ADN en los embriones, con objeto de seleccionar el sano antes de la implantación y rechazar el que tuviera la anomalía genética.
Sin embargo, el juez siciliano Felice Lima lo ha negado por considerar que la eliminación de un embrión con la anomalía sería un tipo de aborto, un acto que esa Ley de Fecundación Asistida no aprueba, pese a que el supuesto de aborto por malformación del feto sí está contemplado en la legislación sobre la materia si es producto de una relación sexual.
La afectada, una profesora de 35 años que guarda el anonimato por su derecho a la intimidad, ha definido hoy como “atroz” la actual ley y ha declarado que necesita modificarse por “respeto a las familias y a las mujeres”, porque en estos momentos se siente como “un objeto y no como una persona”.
Se da la circunstancia de que a la mujer se le implantó finalmente un embrión que, sin las pruebas de ADN previas, resultó ser sano, pero la profesora ha abortado recientemente de manera natural debido al estado de nervios padecido en las últimas semanas, según el doctor Guglielmino.
La Ley de Fecundación Asistida aprobada por el Parlamento italiano prohíbe también el uso del semen donado por una tercera persona ajena a la pareja, lo que excluye de la posibilidad de recurrir a esta técnica a parejas estériles, solteros y homosexuales.