La Comunidad de San Egidio sigue soñando en ífrica. Su último sueño es la lucha contra el sida, posiblemente la peor y más sangrienta de las guerras que azota al continente africano. Una guerra ante la cual, desde las grandes agencias internacionales, hasta ahora sólo se había luchado con la …
La Comunidad de San Egidio sigue soñando en ífrica. Su último sueño es la lucha contra el sida, posiblemente la peor y más sangrienta de las guerras que azota al continente africano. Una guerra ante la cual, desde las grandes agencias internacionales, hasta ahora sólo se había luchado con la prevención. San Egidio ha puesto en escena un nuevo y revolucionario «armamento», el proyecto DREAM, que conjuga prevención con terapia, devolviendo así la esperanza para aquellas personas que ya han sido infectadas por el virus, casi 30 millones en todo el continente. San Egidio quiere demostrar que los países pobres también pueden combatir la epidemia y tras casi tres años de proyecto se empieza a soñar con un futuro mejor para ífrica.
Para la Comunidad de San Egidio las personas no son nunca una simple emergencia. No son simples cuerpos que vestir, heridas que curar o estómagos que alimentar… Son siempre personas, son amigos. Esta convicción profunda les llevó a embarcarse en el año 2001 en una esperanzada aventura sin retorno, la de la lucha contra el sida en ífrica. El objetivo no era sólo prevenir, sino también curar, hacer posible una vida digna a pesar de ser seropositivo, algo que por entonces no era posible en ífrica. El programa DREAM “”sueño, en inglés”” ha atendido ya a más de 7.000 personas en Mozambique, de las cuales 3.000 han recibido asistencia y terapia con antirretrovirales. Es el mayor número de personas «curadas» en el continente más aquejado por la epidemia.
Este revolucionario programa de control, prevención y tratamiento del VIH se ha convertido en los últimos años en el modelo más eficaz de intervención para garantizar el acceso gratuito a la terapia en ífrica subsahariana, con costes organizativos y gestión compatibles, estructuras ligeras, que a la vez que atacan los efectos del sida combaten contra la degradación ambiental, tuberculosis y malnutrición.
El sueño parece que se ha hecho realidad. La lucha contra el sida también es posible en ífrica. En los últimos meses varios países han llamado a las puertas de la comunidad con el objetivo de implantar el programa DREAM fuera de Mozambique. Nace así una gran esperanza para un continente en el que ya hay 30 millones de personas infectadas por el sida.
Desde que el proyecto DREAM se iniciara en ífrica los resultados no han hecho más que confirmar las grandes esperanzas puestas en él. El 97% de los niños nacen sanos de madres seropositivas tratadas con triterapia a partir del segundo trimestre de embarazo. Al mismo tiempo existe un 90% de supervivencia y de vuelta a las actividades ordinarias de la vida cotidiana para las personas con sida sometidas a terapia, y un 95% de adhesión a la terapia, una cifra superior a la de Europa y Norteamérica para personas que asumen antirretrovirales. Con estas cifras, no sólo se está reduciendo la mortalidad y mejorando la calidad de vida, sino que se está demostrando que la terapia también puede funcionar en ífrica, algo de lo que se dudaba hasta ahora. «Hemos empezado a soñar que podemos vencer en la batalla contra el sida», aseguran desde la Comunidad de San Egidio. Todo son razones para seguir trabajando y extender el programa a otros centros y países. Se espera que en los próximos años, DREAM pueda llegar a más de 30.000 seropositivos.
Transmisión de madre a hijo
Una de las prioridades del proyecto ha sido desde sus inicios las madres embarazadas. En ellas se está jugando el futuro del país y del continente. Viudas mayoritariamente a causa de la epidemia, ellas constituyen el auténtico pilar de la familia africana. El objetivo de DREAM es por un lado, evitar la transmisión de madres a hijos del VIH, y por otro, la curación de éstas, sin las cuales los hijos difícilmente tendrían futuro. De esta manera se corta la epidemia de raíz, se impide que el bebé nazca infectado y se puede salvar toda una familia. Para San Egidio, «la mejor manera de evitar que una mujer transmita el sida a su hijo no es alejarla de él, sino curarla».
Al mismo tiempo que se trata a las madres con la triterapia, para la cual antes han de pasar “”y no siempre es fácil”” el test del sida, se les ofrece también un seguimiento y un control exhaustivo, educación sanitaria y suplementos nutricionales. San Egidio, en un acompañamiento personalizado que no tiene precio, se preocupa hasta de los más mínimos detalles: leche artificial, filtro de agua, mosquitera…El programa es muy completo, no sólo médicamente sino también en el aspecto humano. El trato es casi familiar, respetando mucho la intimidad de cada paciente, ofreciendo espacios «alegres», donde las personas puedan encontrarse a gusto y luchar con valentía por un futuro mejor. Se habla con ellas, se las aconseja, y en el caso de que estén enfermas se las invita a entrar gratuitamente en el programa DREAM.
Las infraestructuras son sencillas, pero prácticas y muy eficaces. La comunidad gestiona varios centros en Mozambique, tanto en la capital Maputo, como en Beiras, mientras que otras ONG y entidades hospitalarias ya empiezan a implantar el programa en otros lugares. El programa DREAM también prevé las visitas a domicilio, fundamentales para aquellas personas con la enfermedad más avanzada. Al mismo tiempo cuenta con centros de diagnóstico y laboratorios de biología molecular. De esta manera, la Comunidad de San Egidio demuestra que con pocas infraestructuras, pero bien gestionadas, se puede atacar la enfermedad.
Además de las mujeres y los niños, también se les presta especial atención, aunque no exclusivamente, a aquellos sectores de población determinantes para el futuro del país: médicos, profesores, enfermeras… El deseo, sin embargo, es que en breve el tratamiento antirretroviral esté al alcance de toda la población.
En los últimos tiempos, la Comunidad de San Egidio ha coordinado varios cursos para personal sanitario sobre el programa DREAM. Médicos y enfermeras de Malawi, Angola, Tanzania o Guinea Bissau, entre otros, se han desplazado a Mozambique para interesarse y para implantar el proyecto en sus respectivos países. Con DREAM, se les ha abierto una puerta a la vida…
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