Resumen
¿Quién es el hombre?,
y ¿Qué es el hombre?
La primera respuesta hace referencia a su acto de ser, la segunda a su esencia. Dentro de esa primera respuesta se pueden describir unas perfecciones del ser llamadas radicales personales; dentro de la segunda, se pueden describir los niveles del tener. Una aproximación sistémica a la realidad del ser personal denota su unidad característica, que conduce a la autorrealización siempre y cuando la acción humana sea libre. La autorrealización implica un tipo especial de excelencia que no se agota en la inteligencia sino que apunta a la trascendencia.
El Pedernal
“El pedernal, un día, al sentirse golpeado por el palo, se
maravilló sobremanera y sorprendido e indignado, le dijo con tono
severo:
-Pero, ¿te has vuelto loco? ¿Qué arrogancia te incita a
maltratarme? Tú me has tomado por otro, porque yo no te conozco.
¡Así que déjame en paz, porque yo nunca he hecho daño a nadie!
El palo lo miró y contestó sonriendo:
-Si tienes un poco de paciencia, verás que fruto maravilloso haré
brotar de ti.
Con estas palabras la piedra se calmó y con mucha paciencia
soportó el martirio que el palo le infligía con sus percusiones. Hasta
que, de improviso, partió del pedernal el fuego maravilloso que, con
sus virtudes, obraba extraordinarios prodigios”.
Leonardo Da Vinci,
Cuaderno de Notas.
Aunque Da Vinci haya querido plasmar en esta fábula la importancia que tienen padres, maestros y tutores en la noble tarea de llevar luz a la inteligencia y forjar hábitos para formar la voluntad, otras varias aplicaciones se le pueden extraer a esta pequeña joya de uno de los grandes genios de la historia de la humanidad.
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