La comunicación con el paciente y la Bioética formarán parte de la formación de los futuros médicos de la Unión Europea, ya que los profesionales se enfrentan a pacientes más exigentes y a importantes avances científicos, según han coincidido en señalar los expertos que han participado en la Jornada de …
La comunicación con el paciente y la Bioética formarán parte de la formación de los futuros médicos de la Unión Europea, ya que los profesionales se enfrentan a pacientes más exigentes y a importantes avances científicos, según han coincidido en señalar los expertos que han participado en la Jornada de los Cursos de Verano de El Escorial “La Enseñanza de la Medicina en el Futuro Espacio Europeo”. Además de incluir nuevas materias, los nuevos planes introducirán variaciones en el sistema de créditos y darán énfasis a la formación práctica y a los estándares de calidad, lo que requiere mayor coordinación entre autoridades sanitarias y académicas.
Esta jornada, organizada por la Fundación Lilly y la Agencia Laín Entralgo, ha pretendido “reflexionar sobre la adaptación de los planes de estudio a las necesidades de formación de los futuros médicos, que en los últimos años han experimentado grandes variaciones”, ha explicado el profesor Jesús Millán, catedrático de Medicina de la Universidad Complutense y director de la Jornada. Entre los retos a los que se enfrentarán los profesionales sanitarios, los especialistas destacan las exigencias de la sociedad, cada día más formada, y la competitividad en un mismo mercado de trabajo.
Los expertos señalan la importancia de la comunicación médico-paciente. “El paciente que establece una buena relación con su médico tiene más en cuenta sus consejos sanitarios y cumple mejor la medicación prescrita”, indica José Antonio Gutiérrez, director de la Fundación Lilly y de esta jornada, “lo que siempre redunda en una mejor evolución de la enfermedad”. Para establecer una relación médico-paciente adecuada el tiempo medio de una consulta no debe bajar de los 10″“15 minutos.
“Los médicos se enfrentan cada día a ciudadanos que exigen más atención y preparación, mejor informados y con mayor acceso a información de salud; que por otro lado valoran su salud y son conscientes de lo que significa perderla en cuanto a calidad de vida. Esto es un denominador común en toda Europa”, ha señalado la profesora Margarita Barón, catedrática de la Universidad de Alcalá de Henares y presidenta de la Asociación para la Educación Médica en Europa (AMEE). Esta realidad requiere que el médico no sólo sea experto en el área científico-práctica, sino también en otras como las habilidades de comunicación.
Otro de los grandes retos que los médicos tendrán que cubrir será la Bioética. “El médico se va a enfrentar a situaciones novedosas, por ejemplo la investigación con células madres lo que exige que en las facultades se enseñen criterios que definan el comportamiento ético del médico en estas situaciones”, ha comentado esta catedrática.
Además habrá otras materias, hasta la fecha “anecdóticas, pero que son muy importantes”, como señala el profesor Millán, que pasarán a formar parte del sistema educativo superior en Medicina como la gestión clínica y la utilización de recursos sanitarios y toma de decisiones de manera priorizada, la estructura de los diferentes sistemas sanitarios de los países o la Medicina basada en la evidencia. “Son aspectos de la Medicina del s. XXI que deben ser incorporados a los planes de estudios”, añade.
Calidad de la educación médica
Otro de los puntos clave que se ha tratado en la jornada es la calidad de la enseñanza en Medicina. “La calidad es la piedra angular de lo que puede ser la asistencia a la salud por parte de los médicos en el futuro, y del proceso de convergencia en Europa. Actualmente, se están sentando las bases de una enseñanza de calidad homogénea con criterios de exigencia y de excelencia que permita a los profesionales moverse”, indican los expertos.
Las directivas europeas pretenden garantizar las libertades de circulación y de prestación social, igualando la formación en los distintos países de Europa de manera que sea posible el reconocimiento de los derechos académicos y profesionales que confieren los títulos universitarios. “En 2010, este proceso por el cual la enseñanza tiene que ser homologable, competitiva e innovadora en el espacio europeo ha de estar concluido”, advierte la profesora Barón.
Los criterios de calidad se basarán en tres puntos: la calidad del plan de estudios, la del centro docente que realiza la enseñanza y la de los resultados obtenidos, según especifica el profesor Millán.
Durante la jornada también se ha revisado el papel de los centros sanitarios en la enseñanza de la Medicina. Los especialistas reunidos han destacado la importancia de trabajar conjuntamente las autoridades sanitarias y académicas, y en la integración de la docencia práctica y de la organización de la asistencia centrada en el paciente. El profesor Millán ha subrayado que los centros sanitarios tienen que lograr “una mayor integración del alumno en prácticas, de forma que se garanticen conocimientos útiles y prácticos para el desempeño de su profesión en el futuro”.
Impulso a las prácticas en los hospitales
En la inauguración de esta jornada intervino la directora general de la Agencia Laín Entralgo, Carmen Plata, para quien “las habilidades y actitudes de los futuros médicos se adquieren mediante la práctica clínica que tiene lugar en los hospitales universitarios”.
Plata explicó que “más de 2.000 alumnos de Medicina realizan cada año sus prácticas en hospitales públicos de la Comunidad”, y recalcó que “los diferentes conciertos entre las instituciones sanitarias y las universidades describen como principio general que toda la estructura asistencial del sistema sanitario debe estar en disposición de ser utilizada para la docencia, por eso se hace necesario que todos los implicados en la formación trabajen juntos en la mejora de la calidad”.
“Los estudios de Medicina”, continuó la directora de la Laín Entralgo, “están sujetos a las directivas europeas, que garantizan las libertades de circulación y de prestación social armonizando la formación en los distintos países de Europa de manera que sea posible el reconocimiento de los derechos académicos y profesionales que los títulos universitarios confieren”. Por ello, concluyó que “el espacio europeo de educación superior es una oportunidad para adecuar las estructuras del sistema universitario español al resto de países de Europa y para formar a nuestros ciudadanos con la calidad suficiente para dar respuesta a las nuevas demandas sociales en la Europa del conocimiento”.
Publicado en Azprensa.com
