Resumen
Los trabajadores de salud se enfrentan con dilemas éticos a la hora de tomar decisiones en cada intervención clínica que realizan. En tiempo de conflicto armado, las decisiones pueden ser diferentes y la combinación de circunstancias puede crear tensiones. La autora de este artículo analiza las tensiones en tiempo de paz y en tiempo de conflicto armado y examina los tipos de casos que afrontan los médicos y otros agentes de salud. Asimismo, aborda el marco ético común del proceso decisorio y el papel de la comunicación en la atención clínica y en el análisis ético.
En todo el mundo, los profesionales de la salud siguen los mismos códigos y principios éticos, que fueron elaborados para proteger a los pacientes de los abusos y dar un marco a las decisiones que estos profesionales deben tomar. Para garantizar su cumplimiento, incluso en las situaciones más difíciles, es esencial una correcta comprensión general de la naturaleza de esas normas y su universalidad por parte de toda la comunidad, en particular de quienes que desempeñan funciones de poder y autoridad.
Cualesquiera sean las circunstancias, la práctica clínica plantea dilemas éticos a los médicos, el personal de enfermería y los demás profesionales de la salud que atienden a los pacientes, así como a aquellos que organizan la prestación de la asistencia. A lo largo de los siglos, se redactaron muchos textos sobre ética médica; la última mitad del siglo XX y los comienzos del siglo XXI produjeron una colección particularmente rica de nuevos documentos sobre el tema. Esos textos son muy interesantes para la labor cotidiana de los clínicos, ya que relacionan los consejos que brindan, e incluso la explicación de los principios éticos, con casos tanto reales como teóricos. De ese modo, el médico puede considerar los principios, el contexto y el caso en un marco clínico, lo cual facilita la traducción y la adaptación de los conceptos a la situación clínica en la que se encuentra.
Sin embargo, esos textos se basan en los tratamientos clínicos dispensados en circunstancias normales o cuando la prestación de la asistencia no se halla ni amenazada ni comprometida por un conflicto armado o cualquier otra situación de violencia. En la práctica “normal”, generalmente los clínicos cuentan con el tiempo para pensar las decisiones inherentes a la prestación de asistencia, e incluso para pedir consejo, mientras que esas posibilidades de reflexión son casi siempre menores en situación de conflicto. El propio hecho de que la situación sea inestable, incluso de amenaza, y siempre diferente de la práctica corriente, complica la reflexión, y el conflicto o los disturbios deforman los desafíos que se plantean de manera sutil o, por el contrario, sustancial. En esas circunstancias, los médicos rara vez tienen la posibilidad de comentar sus preocupaciones en el momento con otras personas o consultar a alguien respecto del enfoque que se requiere. Por ello, resulta muy importante que conozcan los principios éticos y se sientan capaces de reconocer y analizar los desafíos éticos que se les presentan.
Muchos pueden encontrarse ante esa situación por primera vez y preguntarse si se aplican las normas éticas “normales”. Pueden hallarse ante personas externas al marco clínico que exijan actos particulares y no estar seguros de que esos actos sean aceptables desde el punto de vista ético en esas circunstancias. Asimismo, pueden temer por su propia seguridad y la de los demás —los pacientes—, pero también por la de sus familiares y los otros profesionales de la salud.
Publicado en International Review of the Red Cross, Marzo de 2013, N.º 889 de la versión original