Robert Preidt Traducido del inglés: martes, 7 de noviembre, 2006 LUNES 6 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) — Independientemente de sus inclinaciones políticas, la mayoría de los adultos estadounidenses (el 80.4 por ciento) favorece un método equilibrado de educación sexual en las escuelas, que incluya enseñar a los niños tanto sobre la abstinencia … Robert Preidt
Traducido del inglés: martes, 7 de noviembre, 2006
LUNES 6 de noviembre (HealthDay News/HispaniCare) — Independientemente de sus inclinaciones políticas, la mayoría de los adultos estadounidenses (el 80.4 por ciento) favorece un método equilibrado de educación sexual en las escuelas, que incluya enseñar a los niños tanto sobre la abstinencia como sobre otras maneras de prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual, según encuentra un estudio de la Universidad de Pensilvania.
Los hallazgos sugieren que el apoyo del gobierno de los EE.UU. de programas que incluyan sólo la abstinencia no reflejan un apoyo público amplio para una educación sexual completa, según investigadores del Centro Annenberg de políticas públicas de la escuela.
Anotaron que el 25 por ciento de los jóvenes estadounidenses tienen relaciones sexuales para los 15 años de edad, el 37.5 por ciento para los 16, y el 46.9 por ciento para los 17.
Los investigadores analizaron datos de 1,096 adultos (de edad promedio de 46.8) que participaron en la Encuesta nacional Annenberg de comunicación en la salud, entre julio de 2005 y enero de 2006. A los que respondieron se les preguntó sobre su apoyo de tres tipos distintos de educación sexual: sólo abstinencia, completa, y completa que incluya instrucciones sobre el uso del condón.
A los participantes también se les pidió clasificar sus creencias políticas en una escala de siete puntos que iba desde “extremadamente liberal” hasta “extremadamente conservador”. Las respuestas mostraron que el 39.5 por ciento afirmó ser moderado, el 35.5 por ciento conservador y el 25 por ciento liberal.
La encuesta encontró que el 80.4 por ciento de los que respondieron creía que los programas de educación sexual completa eran una manera efectiva de prevenir embarazos, en comparación con el 39 por ciento que favorecía los programas que sólo incluyen abstinencia. El 82 por ciento de los respondientes afirmó apoyar los programas completos y el 10 por ciento se oponía a ellos.
Los investigadores también encontraron que el 68.5 por ciento apoyaba y el 21 por ciento se oponía a la educación sobre condones, mientras que el 36 por ciento apoyaba y el 50 por ciento se oponía a los programas de sólo abstinencia.
Otros resultados basados en creencias políticas y religiosas:
* El 47 por ciento de los conservadores apoyan los programas de sólo abstinencia, mientras que el 67 por ciento de los liberales, el 50.4 por ciento de los moderados y el 39.9 por ciento de los conservadores se oponen a ese método de educación sexual.
* El 37.5 por ciento de los conservadores, el 13.4 por ciento de los moderados y el 9.1 por ciento de los liberales se oponen a la instrucción sobre condones, mientras que el 51.2 por ciento de los conservadores la apoyan.
* Entre todos los que respondieron, el 57 por ciento no está de acuerdo en que la instrucción sobre condones exhorte a los adolescentes a tener sexo.
* Entre los que respondieron que nunca asisten a servicios religiosos: el 87.4 por ciento apoya una educación sexual completa y el 57.9 por ciento se opone a programas de sólo abstinencia.
* Entre los que asisten a servicios religiosos una vez por semana: el 60.3 por ciento apoya los programas de sólo abstinencia, el 60.3 por ciento apoya los programas de abstinencia y otros aspectos, el 52.6 por ciento se opone y el 37.9 por ciento se opone a la instrucción sobre el condón; el 31.3 por ciento se opone a la instrucción de sólo abstinencia.
El estudio aparece en la edición de noviembre de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
“Con un apoyo tan grande a la educación sexual completa entre el público tanto de liberales y conservadores como de moderados, los líderes políticos deberían aprovechar esta poco común ocasión para poner en marcha una política pública que sea apoyada tanto por evidencia científica contundente como por la opinión pública”, escribieron los investigadores.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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