Prácticamente ha pasado desapercibida la aprobación el pasado 19 de octubre, en la 33ª Asamblea de la UNESCO, de la “Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos”. Se trata de un documento no vinculante para los gobiernos, pero que nace con la voluntad de orientar de forma principal a los …
Prácticamente ha pasado desapercibida la aprobación el pasado 19 de octubre, en la 33ª Asamblea de la UNESCO, de la “Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos”.
Se trata de un documento no vinculante para los gobiernos, pero que nace con la voluntad de orientar de forma principal a los estados, y, en general a todos los hombres, en los asuntos referentes a la vida humana y a la biosfera, en su aspecto ético. No hay que olvidar, que un documento anterior, la “Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos”, fue posteriormente aprobada por unanimidad en la ONU. Por eso también en este caso existe la voluntad de que la Declaración se desarrolle posteriormente en otros documentos.
La elaboración de esta Declaración ha exigido dos años de trabajos y discusiones en los comités de bioética de la UNESCO. Muchos temas se han quedado en el camino, porque el consenso entre todos los países ha exigido armonizar su contenido con las legislaciones nacionales.
¿Cuál ha sido el resultado final? En mi opinión, sin duda, interesante. Aunque uno eche en falta una mayor definición en los temas de fondo, por los que se pasa de puntillas, ya que no se entra en asuntos como la protección del embrión, o las definiciones sobre la ética del final de la vida, sin embargo a lo largo de sus 28 artículos va apuntando algunos aspectos de la Bioética que también resultan importantes.
El primero que quisiera reseñar es el reconocimiento que se hace de la Bioética como saber necesario en nuestro tiempo. Se articulan tres niveles de acción. Uno primero sería la difusión del conocimiento de los problemas y las soluciones que la bioética propone para las relaciones entre salud, medio ambiente, y ser humano. En un segundo plano se trata de facilitar la constitución de comités a diversos niveles para la orientación y resolución de conflictos éticos en estas áreas. En el último nivel convoca a los científicos, a los bioéticos, y a toda la sociedad a participar en los debates donde se elaboran las soluciones a estos problemas.
Un segundo campo en el que entra la Declaración es en todo lo que se refiere al “consentimiento informado”. Se trata de la participación autónoma de las personas en las terapias que se les aplican o en los procesos de investigación en los que participan. No importa tanto firmar el papel que nos ofrecen antes de operarnos, sino de estar convencidos del derecho que tienen las personas a decidir sobre ellas mismas. Incluso las personas carentes de dar un consentimiento completo tienen el derecho a participar en el proceso, en la medida de su capacidad.
El tercer campo que aborda la Declaración puede resultar más novedoso pero es de gran actualidad. Se refiere a la aplicación de la justicia en el ámbito de la salud. En un tiempo de globalización se hace necesario reafirmar la necesidad de la justicia entre los pueblos también en el área de la salud y la biodiversidad. Se recuerda que el derecho a disfrutar del nivel de salud más alto que se pueda alcanzar es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano.
Aparecen temas tan infrecuentes como el derecho a una alimentación y un abastecimiento de agua adecuados. También se aborda la cuestión de la participación en los beneficios para las naciones en las que se lleva a cabo una investigación con recursos y dirección proveniente de otro estado.
Hasta aquí el breve resumen del contenido de este documento. ¿Es útil? Pienso que mucho. Basta mirar a nuestro alrededor para descubrir un número elevado de asuntos que están por resolver en nuestra sociedad. La educación en bioética es todavía muy escasa, incluso entre profesionales de la salud. La participación en comités brilla por su ausencia, pero tampoco está clara la voluntad de permitir la participación en debates. La justicia en la aplicación de recursos, es entendida frecuentemente como la exigencia de solución para necesidades subjetivas. Por todo esto pienso que podrá ser útil si su conocimiento llega a toda la sociedad.
¿Es suficiente? Pienso que es un paso adelante, pero que deberemos afrontar también los temas más fundamentales de la Bioética, que en esta ocasión han sido a lo sumo mencionados sin entrar a fondo en ellos.
Comments 1
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