Este trabajo analiza desde una bioética personalista el modelo de avance tecnocientífico amparado en una autonomía sin controles y un imperativo que se rige por la máxima: si puede hacerse, ¡hagámoslo!, como condición necesaria y suficiente de progreso.
Ello nos sitúa en la pendiente resbaladiza entre lo técnicamente factible y lo moralmente lícito. La obra pionera del filósofo, José Sanmartín Esplugues, urge a la reflexión ante una profusión tecnológica que mira al ser humano como objeto encarnado útil y ofrece poderes de intervención sobre la vida humana hasta hace poco inimaginables.
La reducción de la persona a mero dato biológico-material abre la puerta a una deshumanización creciente por la subordinación a los cálculos de un racionalismo instrumental. Subyace el deseo de vernos en la cima del mundo y las técnicas genéticas son la máxima expresión de un anhelo de emancipación de lo humano que aspira a tomar las riendas de la evolución mediante un abstracto imaginario postbiológico.
San Martín propone un modelo de evaluación ética e inserción social de la actividad tecnocientífica que supera las categorías convencionales de impacto, uso y eficacia para distinguir correlatos sociales, culturales, económicos, políticos y valores en juego, a fin de embridar un patrón que decide sobre los medios y los fines de la vida humana mediante tecnologías que no son inocuas ni neutrales.
Una sociedad sin antídotos contra la manipulación que, además, enseña a cultivar sueños utópicos sobre la naturaleza humana es fácilmente maleable por élites que prometen mundos felices y redimirnos de nuestra vulnerabilidad.
Publicada en Cuadernos de Bioética por Amparo Aygües Cejalvo | 15 de julio de 2024 | La razón humana frente a la arrogancia tecnocientífica y la sombra de reemplazo