Resumen:
El autor nos enfrenta al sufrimiento que se vive en la etapa final de la vida que son de gran trascendencia y expone que no tienen por qué estar relacionados con el dolor físico. Ante el sufrimiento que el Dr. Bátiz califica de total -que engloba las dimensiones física, emocional, social y espiritual- debemos ser capaces de aceptarlo como lo que es para poder ayudar a esa persona. Si este sufrimiento se hubiera vuelto refractario a los tratamientos debiéramos recurrir a la sedación paliativa para disminuir la consciencia a la persona que lo padece y garantizarle una muerte serena. El autor nos explica en qué consiste esta sedación paliativa, cómo se lleva a cabo y cuándo está indicada. La sedación paliativa la considera un recurso terapéutico y una buena práctica clínica sin eximirla de controversias clínicas y éticas.
Introducción
La mayor parte del sufrimiento que ocurre en la etapa final de la vida no está relacionada solamente con el dolor físico, sino que puede estar provocado por una cuestión emocional o espiritual, así como por una incapacidad para resolver los interrogantes más profundos de la vida. Quien se está muriendo es muy probable que se esté enfrentando con problemas de gran trascendencia, por la proximidad de la muerte, como tener que abandonar a sus seres queridos y no haber resuelto algunas cuestiones aún pendientes.
Cuando el sufrimiento llega a ser insoportable y no puede ser aliviado de ninguna manera, es cuando lo consideramos un sufrimiento refractario al que tenemos que dar solución liberando al enfermo de seguir padeciéndolo. Para ello la Medicina Paliativa dispone de una herramienta terapéutica adecuada para liberar a la persona de este grado de sufrimiento que padece mientras llega su muerte. Es preciso recordar que el adecuado tratamiento del sufrimiento es una prioridad en el cuidado de todos los pacientes y tiene sus raíces en los mismos orígenes de la profesión médica.
El sufrimiento espiritual de la persona necesita ser acompañado por otras personas. La experiencia del sufrimiento es universal y suele intensificarse en las fronteras del final de la vida.
Su existencia se convierte para los profesionales en un desafío técnico y en un imperativo moral que exige no mirar para otro lado. El sufrimiento de las personas tiene cuatro dimensiones: la física, la emocional, la social y la espiritual. Es lo que podríamos denominar “sufrimiento total”. Si pretendemos ser eficaces ante la persona que sufre hemos de tener en cuenta estas cuatro dimensiones para aliviar verdaderamente su sufrimiento.
Sólo cuando seamos capaces de aceptar el sufrimiento del enfermo teniendo en cuenta lo que él dice que es y lo que él describe y no lo que nosotros pensamos que puede ser, estaremos en condiciones de poderle ayudar. Si este sufrimiento se hubiera vuelto refractario a nuestros tratamientos debiéramos recurrir a la sedación paliativa para disminuir la consciencia a la persona que lo padece y garantizarle una muerte serena.
Indice
- ¿En qué consiste la sedación paliativa?
- ¿Cuándo está indicada?
- ¿Cómo se lleva a cabo?
- Controversias clínicas y éticas de la sedación paliativa.
- Lecturas recomendadas