Los comités de la ONU son los que crean los ‘nuevos derechos humanos’

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Juan C. Sanahuja es uno de los mayores estudiosos de las corrientes políticas y sociales que están intentando conformar una nueva «ética mundial» que lleve a un nuevo «orden mundial». En esta entrevista vierte una parte del conocimiento acumulado durante más de 10 años al frente de Noticias Globales

(Jorge Enrique Mújica/ReL) Noticias Globales fue uno de los primeros boletines telemáticos distribuidos a través del correo electrónico. Nacido en 1998, en sus 11 años de vida se ha ido consolidando como una de las fuentes claves y fiables para comprender temas relacionados con los ataques a la familia y a la vida; sobre el homosexualismo, el ecologismo, la teología de liberación, las políticas de reducción de la natalidad y todo ese proceso internacional para la instauración de un nuevo orden mundial a través de una nueva ética. Entrevistamos a Juan Claudio Sanahuja, sacerdote y estudioso de todos estos temas.

– Hoy conocemos a un servicio consolidado como una de las mejores fuentes en temas vinculados a tantos puntos de actualidad. ¿Cómo nació Noticias Globales y cuáles siguen siendo sus objetivos prioritarios?

– Noticias Globales nació porque comprobamos que una de las causas más importantes del auge de la cultura de la muerte era la falta de información detallada. En 1992, el cardenal Alfonso López Trujillo, en el marco de un congreso de movimientos pro-vida que se realizó en Monterrey (México), convocó a un grupo no muy numeroso de sacerdotes y obispos que trabajábamos desde hacía años en los temas relacionados con la defensa de la vida humana, para transmitirnos que debíamos hacer lo posible para introducir la agenda pro vida en las estructuras pastorales de la Iglesia. Después llegaron otras reuniones internacionales en las que comprobé la preocupación del cardenal.

Los invitados a esas reuniones no conocían los documentos internacionales originales ni su proceso de gestación; ignoraban los alcances jurídicos del programa de acción de las conferencias internacionales; confundían una reunión de la Asamblea General con la de un comité o una agencia de la ONU; aceptaban ayudas de las ONG’s abortistas, etc… Noticias Globales, nació en 1998, con esa intención: informar detalladamente. Informar es también alertar, ayudar a pensar y ayudar a reaccionar, para que cualquier persona que analice la realidad pueda encontrar los rastros de la cultura de la muerte en su entorno.

Contra la opinión de muchos, desde el principio comenzamos a nombrar a instituciones y a personas, porque la información tiene que huir de la vaguedad. La cultura de la muerte tiene grandes «productores» conformados por personas con nombres y apellidos, y esas personas tienen un historial. Todo eso hay que conocerlo y darlo a conocer. Tratamos de evitar expresamente la postura peligrosísima de aquellos que, a pesar de todas las evidencias, se empeñan en buscar puntos de contacto y de diálogo con posiciones que son irreconciliables.

La nueva religión universal

– Cuando finalizaron los grandes conflictos bélicos mundiales del siglo pasado, el mundo estaba ansioso de un cambio: pasar de un caos producido por el odio, la guerra y la muerte a uno de fraternidad, vida y paz. Algunos grupos vieron la posibilidad de instaurar un nuevo orden mundial donde todo girara en torno a sus intereses. El plan de partida fue construir una nueva ética mundial. Infiltrados en la ONU comenzaron a promover su ideología organizando conferencias se abordaban los puntos neurálgicos que les ayudasen a producir ese cambio. Sabían de dónde partir (imponer una nueva ética mundial) y a dónde querían llegar (a un nuevo orden mundial), pero el medio, las conferencias, no les había dado los frutos esperados, así que encontraron otra hoja ruta, otro instrumento: la Carta de la Tierra. ¿Qué es esa carta y en qué consiste?

– Más que hablar de la Carta de la Tierra, yo prefiero hablar de los nuevos paradigmas éticos o nueva religión universal: un credo sin principios inmutables, en el que se ha abolido la trascendencia de la persona humana, del que la Carta de la Tierra es sólo una manifestación. El origen está en el Informe Kissinger (1974), que establece como objetivo político de los EEUU cambiar los preceptos religiosos y culturales de los pueblos que hacen inviables las políticas de control de natalidad.

Las conferencias internacionales de los años 90, organizadas por la ONU, fueron el modo de poner en práctica el Informe Kissinger. En los mismos textos de esas conferencias se habla de «reingeniería social», para construir una nueva sociedad sobre bases totalmente distintas a las que conocemos, tratando de contrarrestar y anular lenta y discretamente toda visión trascendente del hombre, para sustituirla por un nuevo sistema de valores. Por eso, yo la llamo «reingeniería social anticristiana».

Con la Carta de la Tierra se pretende sustituir los Diez mandamientos, lo han declarado ellos mismos. Se endiosa a Gaia, la «madre tierra». Se reduce a un mismo nivel a todas las criaturas, la persona humana se equipara a los individuos de las otras especies (Proyecto Gran Simio). En algunos casos se habla de la persona humana como parásito de la naturaleza.

Hay proyectos menos «groseros» que la Carta de la Tierra , aunque en todos ellos está presente el ecologismo como ideología. Por ejemplo, la Ética Planetaria de Hans Küng. La New Age presta un gran servicio a estas corrientes.

– Uno de los puntos a favor que se han ganado los promotores del nuevo orden mundial es la confusión generada y la aceptación pasiva de gran parte de la humanidad. Muchos se preguntan: ¿Qué hay de malo en que se declaren «nuevos derechos» para el hombre?; En todo caso sería más un beneficio con el cual nos veríamos favorecidos.

– Los que crean los «nuevos derechos humanos» son los Comités del Sistema de Derechos Humanos de la ONU. Estos derechos son fruto de esa visión materialista de la persona, de una antropología falsa y distorsionada, que por un lado reduce a la persona a su materialidad y, por otro, la convierte en su propio supremo legislador.

Los «nuevos derechos» están en contradicción con la naturaleza humana. No sólo el supuesto derecho al aborto, que le da a la mujer la potestad de matar nada menos que a su propio hijo, sino también, por ejemplo, el falso derecho a la «identidad de género autopercibida», por el cual ya no se nace varón o mujer, sino que cada uno «construye» su propia sexualidad, dando pie de esa forma a la aceptación social y jurídica de todo tipo de aberraciones. Así, la ONU hablará del «nuevo paradigma de familia», para justificar el mal llamado «matrimonio» entre personas del mismo sexo.

Redescubrir la ley natural

– En la edición quincenal de La Civiltá Cattolica (16 de mayo de 2009, cuaderno 3814), los padres jesuitas reproducen el texto de la Comisión Teológica Internacional titulado «En busca de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural». En buena medida es como un vademecum sobre la visión católica –y respuesta– a todo ese programa de reingeniería social. ¿La ley natural ha dejado de ser válida para fundar la ética universal? Parece que ahora hay una tendencia a separar el orden ético del económico, jurídico y político.

– Se trata del último documento de la Comisión Teológica Internacional , que responde a la constante prédica de Juan Pablo II y Benedicto XVI llamándonos a redescubrir la ley natural. Juan Pablo II nos dijo, hablando justamente de la cultura de la vida: «Para la eficacia del testimonio cristiano, especialmente en estos campos delicados y controvertidos, es importante hacer un gran esfuerzo para explicar adecuadamente los motivos de las posiciones de la Iglesia , subrayando sobre todo que no se trata de imponer a los no creyentes una perspectiva de fe, sino de interpretar y defender los valores radicados en la naturaleza misma del ser humano».

Benedicto XVI tiene muchas intervenciones en este sentido. Una de ellas, quizás la más sencilla para el común de las personas, es la enunciación de los «principios no negociables»: la defensa de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural; el matrimonio como la unión de un hombre con una mujer y el derecho de los padres a la educación de sus hijos. El Papa los enuncia para guiarnos en el testimonio público y en la acción social y política. El mismo lo dice: «son las pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas en la configuración cristiana de la sociedad». Tengo la impresión de que en toda la Iglesia, hace falta una catequesis muchísimo más profunda, sobre los principios no negociables, por parte de la jerarquía católica.

La ONU apuesta por el sincretismo

– En los últimos años hemos visto como algunas religiones se van alineando a las directrices emanadas de Conferencias Mundiales organizadas por la ONU. De hecho, en 1993 el «parlamento de las religiones» (en el que no está la Iglesia católica) hizo pública la Declaración por una ética planetaria. En ella afirmaba que existe ya un consenso para fundar una ética planetaria. ¿Qué sentido tiene entonces la Declaración de los Derechos Humanos? ¿Por qué la Iglesia católica no suscribió la declaración del parlamento de las religiones? ¿Se puede hablar de un manejo de las religiones por parte de la ONU ?

– Entre las conferencias del Milenio (ONU, New York, 2000), tuvo lugar la Conferencia de líderes religiosos, organizada por el Secretario General de la ONU y la United Religion Iniciative (URI) de Ted Turner. En el documento final, que la Santa Sede no firmó ya que se opone a la esencia del cristianismo, esos líderes se comprometieron a no enseñar verdades dogmáticas -principios inmutables-, a relativizar su lenguaje y a no hacer proselitismo.

Un acontecimiento más reciente fue la reunión de 2004 en Ámsterdam organizada por el Gobierno holandés y el Fondo para la Población de la ONU, en preparación para El Cairo+10, que versó sobre «derechos sexuales y reproductivos, cultura y religión». Una de sus conclusiones, calificada de vital, fue la de invertir recursos humanos y económicos para «convencer a los líderes religiosos de democratizar su discurso en materia de derechos sexuales y de derechos reproductivos».

Se trata de imponer una nueva ética o una religión universal que se asiente, por un lado, en el relativismo y, por otro lado, en la idolatría de la ley positiva fruto de consensos políticos que van cambiando al servicio de sus intereses. Ya a finales de los años 80 y principios de los 90 la UNESCO comenzó a impulsar una ética universal de valores relativos. El binomio relativismo-positivismo jurídico es una clarísima manifestación de «la alianza de la democracia con el relativismo ético (…) que quita a la convivencia civil cualquier punto seguro de referencia moral, despojándola más radicalmente del reconocimiento de la verdad», como nos advirtió Juan Pablo II. Esta alianza «se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto».

En el caso específico de lo religioso, el relativismo, además de combatir toda verdad inmutable, fomenta el sincretismo. Otra variante del relativismo en este campo es el igualitarismo entre las religiones, que dice: «no importa en lo que se crea, lo importante es creer en algo». El cardenal Ratzinger respondió a esto: «Cristo es totalmente diferente a todos los fundadores de otras religiones, y no puede ser reducido a un Buda, o a un Sócrates, o a un Confucio. Es realmente el puente entre el cielo y la tierra, la luz de la verdad que se nos ha aparecido». Sobre todo, recordemos que al tiempo que se daba la Conferencia de líderes religiosos de la ONU , el 5 de septiembre de 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe presentó la declaración Dominus Iesus sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia.

Todas las grandes reuniones de Naciones Unidas van acompañadas de foros o reuniones menores de «líderes religiosos». Allí han tenido su origen organismos permanentes como el Global Faith-Based Organization Forum, que depende de la organización Religiones para la Paz y que apoyó en la ONU la creación de la nueva religión universal para «una nueva era, era dorada de armonía y prosperidad, de paz y justicia». El texto mezcla pasajes bíblicos del Profeta Isaías, las Profecías de Zoroastro, las Promesas del Corán, la Visión Sikh , la Doctrina Jain , y las teorías de Confucio, del Budismo, el Taoísmo; el Bhagavad-Gita, el sintoísmo, las escrituras Bahá’í, y la religión sioux: se trata de la consagración internacional del sincretismo religioso.

– Uno de los temas que más abundan en relación a la así llamada «nueva ética» son los derechos de la naturaleza o de la madre tierra. Cuando los propulsores del nuevo orden mundial hablan de respeto a la naturaleza qué quieren significar exactamente.

– Antes que nada, digamos que hay un legítimo mensaje de preocupación por la naturaleza en la doctrina católica que está expuesto por Juan Pablo II, por ejemplo, en la encíclica Sollicitudo rei socialis. Por otro lado, ya hemos visto que en el paradigma «de nueva religión universal» se entrelazan el relativismo moral, con el sincretismo y el indiferentismo religioso y el panteísmo.

En cuanto a la preocupación del «nuevo orden» por la naturaleza, ésta es muy relativa, yo diría que es una fachada. En el fondo está el propósito de los países centrales de conservar grandes reservas naturales para alimentar sus opulentos patrones de consumo. Es decir, el poder político-económico de los países centrales fomenta el ecologismo como un disfraz para sus intereses y se da la paradoja de que, el neo-marxismo indigenista -por ejemplo de Leonardo Boff, Evo Morales, Rafael Correa- le está haciendo el juego al capitalismo extremo al cual ellos declaran que quieren combatir.

«La información sólo molesta al tirano»

– En todo este tiempo estoy seguro que su trabajo habrá causado más de alguna molestia al poner en evidencia a personas o grupos de poder…

– Los problemas que hemos tenido nos confirman que la buena información sólo molesta al tirano. Hay tiranos de todos los colores y en todos los ámbitos. Por citar dos extremos que nos han causado molestias, por un lado, están los dialoguistas para los que el diálogo y el consenso, aún en temas que no lo admiten -como los principios no negociables-, son valores supremos. Y por otro lado, están quienes pretenden imponer la «normalidad» de su estilo de vida antinatural, por ejemplo, los grupos de homosexuales. Todos tienen en común la pretensión de imponer un pensamiento único, políticamente correcto. Hasta ahora, gracias a Dios, hemos tenido fortaleza para sobre llevar esas presiones, y esperamos que Dios nos la siga concediendo.

– Si uno lee cualquiera de las noticias que usted elabora, es fácil constatar lo bien preparadas que están. Sin embargo viene una pregunta que podría parecer un poco fuerte: en estos once años de existencia, ¿puede decir que algo ha cambiado para bien con su abnegada labor? ¿Cuáles cree que son los mejores frutos de su trabajo en todo este tiempo?

– Pienso que no somos nosotros los que tenemos que hacer balance. Se que hemos influido para que en algunos medios cristianos se hayan comenzado a nombrar instituciones y personas, tratando de dar una información más concreta. Tengo conocimiento de muchas personas a las que los boletines de Noticias Globales han alertado sobre algún tema y a raíz eso han comenzado a trabajar en algún aspecto de la cultura de la vida. Más de una Conferencia Episcopal nos ha pedido información sobre algún tema en particular, etc. Pero yo prefiero dejar el balance en manos de Dios.

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