En orden a fundamentar antropológicamente un modelo de género que articule igualdad y diferencia, y teniendo en cuenta que actualmente la igualdad es teóricamente más clara, en el presente trabajo se señalan tres niveles innatos de la diferencia: el corpóreo, el psíquico o emocional y otro más profundo, que responde a la intimidad personal, al ser que precede al actuar. La diferencia en el actuar correspondería, en cuarto lugar, a la noción de género.
He dividido mi exposición en cuatro apartados: primero expongo la necesidad y dificultad de fundamentar un nuevo modelo de género, que necesariamente requiere repensar ontológicamente la libertad, la persona y el amor, ámbito adecuado para poder profundidad en la identidad sexuada. Abordo después los niveles de la diferencia recibida o innata, pasando en tercer lugar a dar unas pinceladas sobre su nivel más profundo, el ontológico o esponsal, hasta ahora no desarrollado, para proponer brevemente en el marco de la realizaciones de género, nombres diferentes para tres modos de establecer los amores personales.