Las perspectivas de vida de muchos pacientes infectados por el virus del SIDA son actualmente muy favorables gracias al tratamiento antirretroviral triple. De este modo, la mayoría de los pacientes VIH+ en los países desarrollados han normalizado su vida, desde el punto de vista laboral, social y familiar. Esto explica …
Las perspectivas de vida de muchos pacientes infectados por el virus del SIDA son actualmente muy favorables gracias al tratamiento antirretroviral triple. De este modo, la mayoría de los pacientes VIH+ en los países desarrollados han normalizado su vida, desde el punto de vista laboral, social y familiar. Esto explica que cada vez sea más frecuente que pregunten por la posibilidad de tener hijos. De acuerdo con un estudio reciente (Chen L. Fam Plann Perspect, 2001) hasta un tercio de los sujetos seropositivos manifiestan deseos de tener hijos, anhelo compartido por sus parejas en la mayoría de los casos, aunque éstas no estén infectadas por el VIH. Sin embargo, la posibilidad de embarazo se suele plantear con la lógica preocupación de poder transmitir el VIH a la pareja seronegativa o, en su caso, al bebé.
En los últimos años se han desarrollado técnicas de reproducción asistida para minimizar los riesgos de transmisión sexual del VIH en parejas serodiscordantes. Una de ellas es la inseminación artificial, previo “lavado” seminal, con lo que se pretende eliminar los componentes más infectivos del semen. Otra opción puede ser la fecundación in vítro. La tasa de embarazo con esta técnica es pobre (del 14% al 45% por cada ciclo de fertilización). Otras limitaciones son el riesgo de embarazo gemelar (10 veces superior al de la población general), con lo que se incrementan las posibilidades de complicaciones médicas y se sobrecarga la economía familiar de parejas con ingresos habitualmente modestos. Además el coste de dichas técnicas, puede resultar excesivo para muchas familias con un miembro VIH positivo. Por último, hay parejas que por razones personales o éticas prefieren no recurrir a técnicas de reproducción asistida (Thorton A. Top HIV Med 2004).
Varios estudios han demostrado que una terapia antirretroviral eficaz, que elimina el VIH de la sangre y los fluidos genitales, es capaz de reducir al máximo la transmisión sexual del VIH, así como de la madre infectada al recién nacido. Quedaba por saber si en el caso de parejas serodiscordantes, la terapia antirretroviral permitiría satisfacer los deseos de maternidad y paternidad sin riesgo de transmitir el VIH a la pareja o al bebé.
El equipo del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III de Madrid ha presentado en el 7° Congreso sobre Tratamiento de la Infección por VIH, celebrado estos días en la ciudad escocesa de Glasgow, un estudio que aclara esta cuestión de gran importancia (DM, 2-XII-2004). Se revisaron 77 embarazos naturales en 75 parejas serodiscordantes desde el año 1998. En todos los casos el miembro seropositivo recibía antirretrovirales y mantenía la carga viral indetectable.
Previamente las parejas habían sido informadas de los riesgos de transmisión del VIH y, como respuesta a su deseo de embarazo, se les había recomendado limitar las relaciones sexuales sin protección a los tres días previos y posteriores al día estimado de la ovulación. El cálculo del día de ovulación se estableció en la mayoría de los casos como el intermedio entre dos menstruaciones consecutivas. Algunas parejas recurrieron a la toma de la temperatura basal, examen de las secreciones mucosas vaginales o kits para la determinación de hormonas femeninas en orina. Como resultado de este protocolo ninguno de los 76 recién nacidos, ni las parejas sexuales seronegativas, se infectaron por el VIH.
Esta información es de gran importancia, dado que muchas mujeres VIH+ en los países desarrollados tienen ahora más de 30 años y contemplan con pesar el final de su período fértil y desean ser madres. Estos resultados suponen otro beneficio adicional del tratamiento antirretroviral, que puede permitir a las parejas que deseen tener descendencia recurrir a las relaciones sexuales naturales para satisfacer su deseo legítimo de hijos, con un riego mínimo.
Publicado en Porvida Press, n . 179