Pastor aboga por fomentar la investigación de las diferencias en materia de salud entre hombres y mujeres que ayude al diseño de nuevas polí­ticas (28-feb-04)

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El 64 por ciento de las mujeres valoran su estado de salud como positivo, mientras que en los hombres este porcentaje asciende al 75 por cientoLa ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, ha manifestado en Vigo, durante el acto de inauguración del I Foro de Mujeres en el Siglo …

El 64 por ciento de las mujeres valoran su estado de salud como positivo, mientras que en los hombres este porcentaje asciende al 75 por ciento


La ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, ha manifestado en Vigo, durante el acto de inauguración del I Foro de Mujeres en el Siglo XXI, “Rompiendo el techo de cristal”, la necesidad de fomentar la investigación sobre las diferencias y desigualdades en lo que respecta a la salud entre hombres y mujeres, “para poder tomar decisiones fundamentadas sobre las polí­ticas y programas a desarrollar”.

La ministra ha puesto de manifiesto la importancia de tener una perspectiva de género como instrumento para la equidad en salud. “Sin un adecuado enfoque de género no podremos alcanzar los objetivos de igualdad y equidad entre hombres y mujeres, diferencia ya de por sí­ existente como consecuencia de factores biológicos y otros muchos”, ha subrayado Pastor.

En esta lí­nea, la ministra se ha mostrado partidaria de la realización de estudios que permitan conocer las diferencias entre hombres y mujeres, pero no sólo teniendo en cuenta las cuestiones biológicas ligadas al sexo, sino también los factores sociales que les afectan de manera desigual a los largo de sus vidas. “Sólo así­ avanzaremos en el diseño de polí­ticas y programas que consigan mejoras equitativas en salud”, ha añadido.

Las diferencias más obvias, y por tanto, más fácilmente reconocibles, ha apuntado Pastor, en las necesidades de salud de mujeres y hombres son las relacionadas con las caracterí­sticas fisiológicas y reproductivas, “por lo que en este ámbito ha recibido más información y está bastante desarrollado”.

Según los datos de mortalidad de 2001, las enfermedades cerebro-vasculares (12,7 por ciento) se mantienen como la primera causa de muerte entre las mujeres, seguidas de las enfermedades isquémicas del corazón (9,7 por ciento), mientras que en los cánceres de pulmón, bronquios y tráquea son los que más afectan a los varones.

En este sentido, Pastor ha mostrado su preocupación ante el aumento del riesgo de padecer cáncer las mujeres debido al elevado número de fumadoras, cuyo consumo de tabaco ha crecido en los últimos años. Entre los jóvenes de 16 a 24 años, fuma el 38,9 por ciento de los varones y el 34,1 por ciento de las mujeres, según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud correspondientes al primer trimestre de 2003.

Por lo que se refiere al estado de salud, las mujeres consideran que su salud es peor que los hombres, ya que sólo el 64,3 por ciento lo valora de forma positiva frente al 75,6 por ciento de los hombres, y esto se mantiene constante en todos los tramos de edad.

Seguridad y salud en el trabajo

La seguridad y la salud en el trabajo es otro los ámbitos susceptibles de una óptica de género, ha señalado la ministra, quién ha indicado que los hombres sufren mayor número de accidentes, dolores de espalda y pérdida de audición, mientras que las mujeres padecen más estrés laboral, enfermedades infecciosas, trastornos de las extremidades superiores, dolencias de la piel, asma y alergias.

La incorporación progresiva de la mujer al mundo laboral ha causado uno de los cambios sociales más profundos del pasado siglo, “y la necesidad de conciliación del trabajo y la familia ya ha sido planteada a nivel internacional y comunitario como una condición vinculada de forma inequí­voca a la nueva realidad actual”, ha subrayado Pastor.

Pastor ha recordado que la Comisión Europea ha señalado en un reciente informe que las mujeres dedican, por término medio, dos tercios de su tiempo a actividades no remuneradas, mientras que los hombres sólo un tercio. En este sentido, ha señalado que la doble jornada de las mujeres que trabajan en empleos retribuidos y además en el hogar, “es reconocido como un serio factor limitativo de la posición de igualdad con los hombres tanto en el mercado laboral como en la vida social y polí­tica”.

A esto hay que añadir, la mayor precariedad laboral y la calidad del empleo de las mujeres, que les ponen en situación de más vulnerabilidad frente al desempleo y a los efectos secundarios sobre su salud fí­sica y mental.

Violencia doméstica

Por último, la ministra se ha referido a la violencia familiar, conyugal e incluso en el trabajo, y lo ha calificado como un problema de Salud Pública de primer orden. Pastor se ha mostrado partidaria de un enfoque interdisciplinar con actuaciones tanto desde el punto de vista educativo, social, penal, y también sanitario, “campo en el que se puede hacer una gran labor, fundamentalmente de detección”. Ha recordado la elaboración de la Guí­a de Recomendaciones en Violencia Doméstica, a propuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), editada por el Ministerio de Sanidad y Consumo.

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