Recomendaciones éticas para la toma de decisiones en la situación excepcional de crisis por pandemia Covid-19 en las unidades de cuidados intensivos.
Sociedad Española de Medicina intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC)
Una pandemia global, como la del SRAS-COVID-19, puede abrumar la capacidad de las instalaciones ambulatorias, los departamentos de emergencias, los hospitales y los servicios de medicina intensiva (SMI). Impacta en los recursos disponibles, tanto a nivel de estructuras, de equipamientos y de profesionales, con graves consecuencias en los resultados de los pacientes, de sus familias, de los propios profesionales sanitarios y de la sociedad en general.
Se produce, temporalmente, un desequilibrio entre las necesidades clínicas y la disponibilidad efectiva de los recursos sanitarios.
Esta situación excepcional se debe manejar como las situaciones de “medicina de catástrofe”, aplicando una atención de crisis excepcional basada en la justicia distributiva y en la asignación adecuada de los recursos sanitarios.
Los principios de los estándares de atención de crisis aseguran que existen procesos justos para tomar decisiones clínicamente informadas sobre la escasa asignación de recursos durante una epidemia.
Se debe partir de un marco de planificación basado en criterios científicos sólidos, en principios éticos, en el estado de derecho, en la importancia de participación del proveedor y en la comunidad, y los pasos que permitan la prestación equitativa, y justa, de servicios médicos a aquellos que los necesiten.
Los sistemas y proveedores de atención médica deben estar preparados para obtener el mayor beneficio de los recursos limitados y mitigar los daños a las personas, al sistema de atención médica y la sociedad. Las planificaciones de atención sanitaria deberán desarrollar estrategias proactivas escalonadas, utilizando la información clínica disponible y basándose en sus planes de capacidad existentes, para optimizar el uso de los recursos en caso de que el brote actual se extienda y genere demandas inusualmente elevadas de recursos.
Ante una pandemia es prioritario el “deber de planificar”. La falta de planificación en situaciones de escasez de recursos puede llevar a la aplicación inapropiada de la situación de crisis, al desperdicio de recursos, a la pérdida inadvertida de vidas, a la pérdida de confianza y a decisiones innecesarias de triaje / racionamiento.
La planificación proactiva, en la que los líderes anticipan y toman medidas para abordar los peores escenarios, es el primer eslabón de la cadena para reducir la morbilidad, la mortalidad y otros efectos indeseables de un desastre emergente.
El gran dilema ético con esta pandemia es cómo proteger a las personas vulnerables mientras se permite la mayor cantidad posible de vida normal y actividad económica. Son especialmente vulnerables en la pandemia las personas enfermas, los profesionales sanitarios, las personas sin recursos…
Principios claves en gestión de situaciones de atención en crisis:
- – Justicia.
- – Deber de cuidar.
- – Deber de administrar recursos.
- – Transparencia.
- – Consistencia.
- – Proporcionalidad.
- – Responsabilidad.
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