Richard Cohen, Comprender y sanar la homosexualidad. LibrosLibres. Madrid (2004).

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Richard Cohen. Comprender y sanar la homosexualidad. LibrosLibres. Madrid (2004). 360 págs. 18,95 ‚¬. T.o.: “Coming Out Straight”. Traducción: José Antonio Ullate

“Hace unos años nuestra actitud cultural hacia la homosexualidad era de escándalo e incomprensión. Ahora tenemos aceptación con incomprensión”. Estas frases tomadas del libro “Comprender y sanar la homosexualidad” del psicólogo americano Richard Cohen definen el propósito del autor. Cohen enfoca la homosexualidad a la luz de la propia vivencia personal. Después de haber vivido varios años como homosexual activo recanaliza su orientación sexual y llega a asumir una conducta plenamente heterosexual.

 

El autor considera la homosexualidad como un sí­ntoma que pone de manifiesto un trastorno subyacente de la afectividad. Y pasa a examinarlo detenidamente a través de su propia vida y la de otros muchos pacientes homosexuales que, deseando superar esta tendencia, han buscado ayuda y han logrado también el cambio de orientación sexual.

Cohen, casado y con tres hijos, es licenciado en Psicologí­a Terapéutica y dirige la Fundación Internacional para la Curación, que realiza programas educativos, consultas y seminarios.

Una decisión ideológica

Richard Cohen se enfrenta a una serie de mitos que se proponen como dogmas inmutables en torno a la homosexualidad: «Es un principio muy simple que funciona así­: si repites cualquier cosa durante el tiempo suficiente y lo gritas suficientemente alto, con el paso del tiempo se aceptará que es un hecho. Algunos ejemplos de estas grandes mentiras que han pasado de ser mitos a ser hechos incontrovertibles son: “Los homosexuales nacen así­”, “Si eres gay siempre serás gay”, “Los homosexuales no pueden cambiar”, “El 10% de la población es homosexual”».

El cambio con respecto a la homosexualidad se originó en la década de los setenta, cuando en medio de un gran debate la homosexualidad pasó de ser considerada un trastorno de conducta a una nueva orientación sexual, tan legí­tima como la heterosexual.

Así­, en 1973, la homosexualidad fue retirada del catálogo internacional de enfermedades psiquiátricas, el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), en medio de una gran controversia. Hasta ese momento, la homosexualidad habí­a sido considerada como un trastorno psí­quico. La decisión fue polémica, y se inició en un Congreso de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) en San Francisco, la ciudad que se jacta de poseer la mayor población “gay” del mundo. En esa ocasión, el Centro de Congresos de San Francisco, donde tuvo lugar la reunión de la APA, fue literalmente tomado por activistas de la comunidad “gay” que impidieron el curso normal de las sesiones. Psiquiatras de reconocido prestigio que se dedicaban al estudio y tratamiento de la homosexualidad vieron boicoteadas sus intervenciones. Este cambio no estaba tan claro y de hecho sólo consiguió el 58% de los votos. La exclusión de la homosexualidad del catálogo de enfermedades psí­quicas fue una decisión polí­tica tomada bajo presiones, no la conclusión de un análisis cientí­fico y racional.

En los años siguientes, la homosexualidad fue retirada de la lista de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. En 1986 se retiró también del DSM la paidofilia, es decir, la atracción sexual hacia los niños.

Todo esto ha conducido a que hoy en dí­a se acepte por una gran parte de la población que la homosexualidad es un modo de ser natural, normal e innato.

Sin base neurológica o genética

La mejor evidencia para desechar una teorí­a es la experiencia. Hoy en dí­a sabemos que hombres y mujeres que querí­an dejar de ser homosexuales han cambiado, para ser heterosexuales. Terapeutas que han afirmado obtener resultados satisfactorios con sus tratamientos son, entre otros: Bieber (1), Soccaridis (2), Nicolosi, Hatteter, Gershman (3), Hadden (4), Hamilton, Van der Aardweg (5), Barnhouse, Ellis (6), etc. La mayorí­a de estos autores han publicado sus trabajos antes de la exclusión de la homosexualidad del DSM en 1973.

El libro de Richard Cohen incorpora datos actuales y la propia experiencia personal. Cohen revisa los estudios que configuran a la homosexualidad como una situación genética de la que es imposible escapar. Los estudios que confieren a la homosexualidad una carga estrictamente genética son tres: el informe LeVay, el informe Baylyie-Pillard, y el informe Hammer; los tres han sido rechazados finalmente por la comunidad cientí­fica como faltos de rigor y poco concluyentes. Actualmente, no hay datos para afirmar que la homosexualidad sea un trastorno orgánico, con base hormonal o neurológica.

Richard Cohen, además de revisar los trabajos que atribuí­an una base neurológica o genética a la homosexualidad, reúne una serie de estudios de diverso tipo que clarifican que la conducta homosexual no es algo normal ni natural. Así­, entre otros datos impactantes recoge los que siguen. El instituto Kinsey publicó un estudio acerca de varones homosexuales que viví­an en San Francisco. Indicaba que el 43% de los estudiados a lo largo de su vida habí­an tenido relaciones homosexuales con 500 o más hombres. El 79% manifestó que más de la mitad de sus compañeros sexuales eran personas que no conocí­an previamente (7). Una encuesta de la Asociación Americana de Salud Pública reveló que el 78% de los homosexuales habí­an padecido una enfermedad de transmisión sexual (8). Un informe de la Asociación Nacional de Gays y Lesbianas afirmó que el alcoholismo y el abuso de drogas es tres veces mayor que entre los heterosexuales (9).

Parejas infieles

Más datos: dos terapeutas homosexuales masculinos realizaron una encuesta sobre 156 parejas de varones. Descubrieron que el 95% de las parejas eran infieles y que el 5% de las fieles no habí­an permanecido juntas más de cinco años. Esta estadí­stica es clara si se tiene en cuenta otras realizadas sobre la fidelidad en parejas heterosexuales. El “American Journal of Public Health” publicó una encuesta realizada a más de dos mil personas y reveló que en un periodo de cinco años sólo un 6,4% de las parejas heterosexuales fueron infieles. El National Opinion Research Center de Chicago publicó que, sobre 3.500 encuestados, entre un 3% y un 4% tení­a un amante distinto a su cónyuge. Estos resultados contrastan con el 95% de las parejas homosexuales infieles.

A estos datos recogidos en el libro de Cohen, podemos añadir distintos artí­culos en la literatura cientí­fica. Recientemente, en un artí­culo que revisa los abusos sexuales cometidos por padres adoptivos, el 60% eran abusos de tipo homosexual (10). Por otro lado, según el informe realizado por el John Jay College of Criminal Justice (City University of New York) sobre los abusos sexuales contra menores cometidos en la Iglesia católica americana, resulta que los abusos eran, en su mayor parte, contra niños (81% de los casos) y de naturaleza homosexual .

Estos hechos, que se encontran en la prensa especializada, no se difunden ni se comentan en los medios de comunicación que llegan al amplio público. Y, cuando se citan, todos los problemas de la homosexualidad se atribuyen al rechazo social y se culpabiliza a la sociedad, que condena al homosexual al ostracismo.

La terapia del cambio de orientación

El libro de Richard Cohen no se queda en el problema de la homosexualidad, sino que ofrece una serie de soluciones válidas que parten de la propia experiencia del autor.

El libro se divide en tres partes. En la primera el autor relata su propia historia y describe las causas profundas de la atracción hacia personas del mismo sexo. En la segunda parte presenta un modelo de recuperación en cuatro etapas. La última parte trata de cómo curar la homofobia, cómo superar el miedo y el odio a la homosexualidad mediante la compasión y la comprensión.

Entre las causas de la homosexualidad, Cohen ““a diferencia del psicoanálisis que incidí­a en problemas de relación entre padres e hijos y traumas sexuales en la infancia”“ analiza una serie de variables complejas que conducen a que un individuo experimente atracción hacia personas de su mismo sexo. Entre otras, la variable familiar, entendida como el conjunto de problemas que inciden en una familia, y que a menudo están sin resolver.

Una variable que influye en el desarrollo de la conducta homosexual es el temperamento. Es real que en los varones homosexuales hay una mayor sensibilidad; el niño hipersensible reaccionará con más dolor y frustración ante los temas difí­ciles que se plantean en la familia. Muchos de los homosexuales varones tienen una naturaleza sumisa, en lugar de un carácter agresivo. También estos niños suelen poseer una inclinación artí­stica; gozar de una naturaleza artí­stica puede ser una carga si la familia rechaza o malinterpreta las dotes del niño.

Cohen señala que entre las causas de la homosexualidad están las heridas recibidas en la infancia y juventud, que clasifica como heridas homoemocionales y heteroemocionales, según sean causadas por familiares o allegados del mismo o distinto sexo. Estas heridas inciden más en sujetos hipersensibles que, al llegar a la pubertad, pueden encontrarse con dificultades para asumir el propio rol sexual. También es posible que tiendan a compensar las carencias afectivas que han sufrido con apegamientos y conductas sexuales desviadas hacia el mismo sexo.

Cuatro etapas

En la segunda parte del libro, el autor se centra en la terapia de reorientación sexual, dividida en cuatro etapas. En la primera etapa el individuo debe evitar la conducta sexual anómala y para ello desligarse del mundo homosexual. Insiste en la necesidad de desarrollar una serie de ví­nculos sanos y positivos, para lo que es imprescindible contar con un grupo de apoyo. Al final del libro se da una lista de instituciones de apoyo que actúan para sanar la homosexualidad, de distintas organizaciones religiosas y civiles.

En segundo lugar, fase de arraigo, se debe comenzar con una terapia cognitiva, deshaciendo falsos reconocimientos y razonamientos equivocados. Aquí­ el sujeto debe mejorar su autoestima desarrollando habilidades, identificando sentimientos, pensamientos y necesidades.

Las dos últimas etapas se centran en la curación de las heridas psí­quicas que causan esa atracción hacia personas del mismo sexo, y además las dependencias afectivas que, en muchos casos, son más importantes que la propia tendencia homosexual. Toda la terapia de Cohen tiene una base profundamente espiritual. Cohen afirma el valor de la oración, contar con un Dios que es Padre y que ayuda al que de manera recta busca solucionar su problema.

El libro de Cohen finaliza refiriéndose a la homofobia y a los problemas que se producen en las familias y entidades que se encuentran con un individuo homosexual. Hay que deplorar que las personas homosexuales sean objeto de expresiones malintencionadas y de actuaciones agresivas. La dignidad propia de cada persona siempre debe ser respetada en las palabras, en las legislaciones y en las acciones. Sin embargo, tampoco se puede admitir que la más mí­nima crí­tica hacia la conducta homosexual, o el intento cientí­fico de profundizar en ella, sea calificado como homofobia. Hay que dar paso a una investigación verdaderamente libre de prejuicios, en la que se estudie si muchos de los casos aparentemente incurables de homosexualidad tienen posibilidad de solución, mediante técnicas de psicoterapia.

Marí­a Gudí­n es especialista en Neurologí­a.

Comprar el libro: https://www.ociohispano.es/libro/comprender-y-sanar-la-homosexualidad_93

Descarga del libro: https://www.academia.edu/8678827/Comprender_y_sanar_la_homosexualidad_RICHARD_COHEN

________________________

 

(1) Bieber I, Bieber TB. “Male homosexuality”. Can J Psychiatry. 1979 Aug; 24(5): 409-21.

(2) Socarides CW. “Some problems encountered in the psychoanalytic treatment of overt male homosexuality”. Am J Psychother. 1979 Oct; 33(4): 506-20.

(3) Gershman H. “The use of the dream in the therapy of homosexuality”. Am J Psychoanal. 1971; 31(1): 80-94.

(4) Hadden SB. “Group psychotherapy with homosexual men”. Int Psychiatry Clin. 1971; 8(4): 81-94.

(5) Ver servicios 45/94 y 35/96.

(6) Ellis A. “The effectiveness of psychotherapy with individuals who have severe homosexual problems”. Consult Psychol. 1956 Jun; 20(3): 191-5.

(7) A. Belly A. & M. Weinberg, “Homosexualities: an study of diversities between men and women”, Simon & Schuster, New York (1978), pp. 308-312.

(8) E. Rueda, “The Homosexuals Network: Public and Private Policy”, Old Greenwich, CT (1983).

(9) D. van Pelt. “Gay are more prone to Substance Abuse”. Insight, 1990, p. 53.

(10) Cameron P. “Molestations by homosexual foster parents: newspaper accounts vs official records”. Psychol Rep. 2003 Dec; 93(3 Pt 1): 793-802.

 

(Publicado en Aceprensa)

 

Comments 12

  1. Tobias Jesus says:

    Soy un hombre de 28 años de edad y deseo compartir mi experiencia para dar esperanza a personas con tendencia homosexual hombres y mujeres que están buscando salir de esta situación muchas veces con desesperación.

    Desde los 7 años estuve inmerso en un ambiente muy religioso y espiritual católico en mi familia, entonces Dios estuvo siempre presente en mi vida hasta el día de hoy. Sin embargo desde niño yo tenía esta tendencia, y en la juventud hasta los 24 años me adentré en este mundo. Algunas veces parecía que iba a encontrar lo que buscaba pero era como un espejismo, no encontraba lo que buscaba.

    Cuando yo caía en la masturbación, pornografía, chats y aun cosas mas graves, me sentía después muy mal, porque sabia que eso ofendía muy seriamente a Dios. Enseguida iba a buscar el perdón de Dios en la confesión, sin embargo yo mismo no me perdonaba, me rechazaba y desgraciadamente, de manera inconsciente empecé a odiarme.

    Después, en un momento estuve aun mas alejado de Dios que en cualquier otro momento por una persona: parecía que en realidad era lo que tanto buscaba pero después empezó a parecer una falsedad. En la parte académica universitaria no estaba tampoco teniendo los resultados que yo esperaba después de años de esfuerzo, esto era algo que me estaba atormentando. Por lo que en ese momento empecé a sentir con mucha necesidad la presencia y la acción de Dios en mi vida por que yo ya no podía hacer nada más.

    Entonces mi hermano me invitó a un retiro espiritual, yo ya había asistido a muchas cosas de Dios: retiros, congresos, grupos, oraciones etc. Pero en este retiro como nunca antes, Jesús se me reveló de una manera muy fuerte y profunda, aunque no lo vi, sentí fuertemente su presencia y que Él me amaba muchísimo. Al final vi de una manera un poco borrosa a la Virgen María.

    Después de eso no pude ser igual, fue algo que me marcó bastante. Cambié mi vida radicalmente. Me alejé de todas las personas relacionadas a mi vida anterior en especial aquellas que podrían llevarme directa o indirectamente a seguir en la tendencia homosexual y opté por eliminar mi cuenta de Facebook. No sabía muy bien que debía hacer, solo se que debía cambiar. Entonces empecé a orar bastante, pedirle perdón a Dios, darle gracias, pedirle que me sanara y liberara de todo lo malo, y a hacer el esfuerzo de no ofenderlo más a toda costa.

    La experiencia que había vivido en el retiro me infundió un gran temor de ofender a Dios, por lo que aun a pesar de lo casi imposible dejé de caer en la masturbación, pornografía y chats. Dejé la televisión y películas porque aunque fueran corrientes, cuando había un personaje hombre yo habría podido consentir esa tendencia de nuevo. Y cuando tenía un pensamiento de ese tipo o alguna mirada también los rechazaba inmediatamente con la oración.

    Pasó el tiempo y las cosas se pusieron difíciles, peores que antes; en la parte académica tuve que bajar bastante la cabeza, aprender la virtud de la humildad, y de manera muy especial la confianza en Dios. Un trauma de mi niñez, el cual voy a explicar mas adelante, tenía mucho que ver en esta situación como en otras. No tuve otra opción sino la de hacerme como un niño en las manos de Papá Dios. Confiar en Él así no entendiera, y a pesar de las dificultades que parecían empeorar. Esto duró dos años y medio, y en ese ultimo medio año empezó a pasar algo muy raro para mi. Cuando menos me llegaba a la cabeza la idea de que yo era un hombre, y esto trataba de apoderarse de mí por completo. Aunque por sentido común yo sabia que lo era, no me sentía como tal. Era una situación muy complicada para mí, eso no podía encajar, en ese momento sentía cualquier cosa, menos que yo fuera un hombre, en realidad me sentía alguien muy débil e indefenso, muy herido, como un niño pequeño. Cuando ocurría eso duraba un día y después yo lo rechazaba porque lo sentía como una carga insoportable e incomprensible para mí. Este mismo evento ocurrió varias veces, aproximadamente cada 3 o 4 semanas. Y siempre terminaba desechándolo. Cada vez se fueron tornando más fuertes estos sucesos, y empecé a sentir y tener unas pequeñas visiones de que El Sagrado Corazón de Jesús era el autor de todo esto,

    Consultaba en la Palabra de Dios constantemente, y me decía con mucha frecuencia que yo debía perdonar, amar y amarme. Tuve que aceptar que Dios ya me había perdonado, aceptar y sentir que Él me amaba; perdonarme, amarme a mi mismo y mi cuerpo, eso es indispensable.

    • Tobias says:

      Empecé a ir a donde un psicólogo, por recomendación de mi hermano y mi mamá, el mismo que me había visto cuando yo tenía 11 años, es un psicólogo creyente católico. Tuve tres consultas, y me dijo que anotara en un papel todo lo que recordara de los eventos difíciles de mi niñez, ya que cuando yo tenía 10 años tuve una situación muy difícil: de un momento a otro yo no quise volver al colegio, me daba mucha ansiedad y miedo, no quería sino estar en la casa con mi mamá y que nadie me preguntara nada del porque de eso, ni me molestara. Somatizaba enfermedades, mi madre no sabia que hacer etc. Al otro año intenté volver pero no pude. Hasta un año y medio mas o menos pude volver a otro colegio. Yo no entendí nunca eso que me sucedió, tuve unos síntomas pero no entendí las causas. Eso tuvo consecuencias en el resto de mi vida hasta hace poco etc.

      Entonces en dos ocasiones traté de hacer la tarea que me había puesto el psicólogo de recordar esa época de mi niñez a ver que nuevo podría encontrar, pero simplemente no pude recordar nada nuevo, y en esas dos ocasiones por la noche no pude dormir casi nada. Pero cuando menos un poco después de ir a la Sagrada Eucaristía (Juan 6:53-57), (yo iba diariamente y actualmente lo hago) llegué a mi casa y empecé a ver como en visión o a recordar cosas de ese momento de mi niñez: una violación sexual (He sabido de que cuando se tiene un trauma, la mente puede llegar a olvidarlo debido a su gravedad, “amnesia disociativa”). Inmediatamente y como siempre traté de perdonar a esa persona con oración, y después empecé a sentir como si se quitara algo de mí, y que recobraba mi identidad como hombre. Otro día después de rezar el Santo Rosario, pude recordar otros eventos mas.

      Aun después de haber hecho estos avances tan grandes en este camino de sanación interior de mi vida, en varios momentos sentí que estaba otra vez igual que antes. Se apoderaba de mí la tristeza, y regresaban los pensamientos homosexuales, sin embargo yo seguía confiando en Nuestro Señor Jesús, sin preocuparme, Él esta y ha estado siempre conmigo.

      Perseverando en mi oración y confianza en Dios, entendía mas cosas por medio de la palabra de Dios: que todos los hombres somos iguales, aunque cada uno con diversidad de dones y habilidades no hay uno que sea mas que otro, formamos todos un mismo cuerpo (1Corintios 10:17), todos imagen y semejanza de Dios, con la misma dignidad. Cuando estaba con otro hombre, o un grupo de hombres, muchas veces sentía que yo era diferente, vulnerable, y sentía la atracción homosexual. Ahora he entendido que yo soy como cualquier otro hombre, y tengo que sentirme como tal independientemente del orgullo que el otro pueda tener, la rudeza, el ser atlético, una apariencia física “mejor” etc.

      Yo seguía pidiéndole por medio de la Palabra, a Dios que me hablara. Yo no entendía porque me seguía diciendo que yo debía amar a mis enemigos y perdonar, – ¡yo sentía que ya había perdonado a todos!-. Sin embargo con la ayuda del Espíritu Santo y con paciencia, pude entender que yo tenia que ir mas allá: tenia que ver al otro, a mi prójimo como lo ve Jesús, ni con malos deseos, ni miedo, ni evadiéndolo, ni distante; mas bien con amor, un amor cercano de hermano.

      Cuando yo veía un hombre normalmente yo evadía la mirada o el contacto cercano pues los pensamientos e imágenes impuras llegaban a mi cabeza. Pero siguiendo lo que había entendido con la ayuda Del Espíritu Santo, empecé a buscar tener mas bien un contacto cercano filial. Eso produjo en mi dos reacciones: por un lado empecé a experimentar de nuevo y con mucha fuerza un estado de ansiedad, angustia, y debilidad etc, como reviviendo el trauma de mi niñez, pero por el otro lado me dí cuenta que yo tenía una sed muy grande de esa cercanía. ¡Tenia que ya superar todo los malos recuerdos y sentimientos totalmente y de una vez por todas para sanarme!, la oración, la búsqueda del perdón, el amor filial y cercano hacia los hombres rechazando todo mal pensamiento fue la solución y sanación decisiva y total.

      Al seguir en este proceso, sanadas las heridas y llenados los vacíos de forma gradual, siento realmente que soy un hombre nuevo de la mano con Jesús. Por la gracia de Dios se ha ido toda atracción o pensamiento homosexual, y recobro de forma natural una atracción sana por las mujeres. No solo eso, he sanado mi vida, mi historia y mi relación con Dios. Me siento feliz, mucho mejor. Me han llegado también otras grandes bendiciones en mi trabajo y estudio. Me alimento de Jesús Eucaristía y le visito diariamente (Mc 14:22-24,) y constantemente invoco a su Madre María Santísima que también es mi madre Ap(11:19 y 12).

      Pedí auxilio a Dios desde el fondo de mi alma y Él me escuchó. Claro que hay bendiciones, pero también seguirán habiendo problemas y dificultades. Tengo que seguir unido a Jesús para mantenerme en pie. Yo no puedo hacer nada, ni soy nada sin Él.

  2. Tobias Jesus says:

    Empecé a ir a donde un psicólogo, por recomendación de mi hermano y mi mamá, el mismo que me había visto cuando yo tenía 11 años, es un psicólogo creyente católico. Tuve tres consultas, y me dijo que anotara en un papel todo lo que recordara de los eventos difíciles de mi niñez, ya que cuando yo tenía 10 años tuve una situación muy difícil: de un momento a otro yo no quise volver al colegio, me daba mucha ansiedad y miedo, no quería sino estar en la casa con mi mamá y que nadie me preguntara nada del porque de eso, ni me molestara. Somatizaba enfermedades, mi madre no sabia que hacer etc. Al otro año intenté volver pero no pude. Hasta un año y medio mas o menos pude volver a otro colegio. Yo no entendí nunca eso que me sucedió, tenía unos síntomas pero no entendía las causas. Eso tuvo consecuencias en el resto de mi vida hasta hace poco etc.

    Entonces en dos ocasiones traté de hacer la tarea que me había puesto el psicólogo de recordar esa época de mi niñez a ver que nuevo podría encontrar, pero simplemente no pude recordar nada nuevo, y esas dos noches no pude dormir casi nada. Pero cuando menos un poco después de ir a la Sagrada Eucaristía (Juan 6:53-57), (yo iba diariamente y actualmente lo hago) llegué a mi casa y empecé a ver como en visión cosas de ese momento de mi niñez: una violación sexual una herida muy fuerte en mi ser como varón (He sabido de que cuando se tiene un trauma, la mente puede llegar a olvidarlo como mecanismo de defensa propia, “amnesia disociativa”). Inmediatamente y como siempre traté de perdonar a esa persona con oración, y después empecé a sentir como si se quitara algo de mi, y con mucha vehemencia recuperaba mi identidad de varón. Otro día después de rezar el Santo Rosario, pude recordar otros eventos de mi niñez.
    Además de la oración, y la confianza en Dios es necesario también tener una actitud constante en el diario vivir. Yo vivía en el trauma y en la tristeza y no superaba ese estado, ahora debo estar en la humildad, perdonar, amar, y estar ¡siempre alegre!.
    En varios momentos sentí que estaba otra vez igual, aun después de tantos avances. Se apoderaba de mí otra vez la tristeza, y regresaban los pensamientos homosexuales, sin embargo seguía confiando en Jesús, así como lo hago ahora, Él esta y ha estado siempre conmigo. Se desaparecía poco a poco todo esto del pasado, sin angustiarme, Él hacia su obra así yo no entendiera.

    Poco a poco he ido comprendiendo más. Ahora entiendo por medio de la Palabra de Dios que todos los hombres somos iguales, no hay un hombre que sea mas hombre que otro, Dios nos hizo a todos del mismo cuerpo (1Corintios 12-13), todos imagen y semejanza de Dios, con la misma dignidad. Cuando estaba con otro hombre, o un grupo de hombres, muchas veces sentía que yo era diferente. Me sentía vulnerable, y sentía la atracción homosexual. Ahora he entendido que yo soy tan hombre como cualquier otro hombre, independientemente del orgullo que el otro pueda tener, la rudeza, el ser atlético, una apariencia física “mejor”, o la pobreza o la ignorancia etc. Esto mismo en el caso de las mujeres.

    Ahora con mucha mayor estabilidad, siento que soy un hombre diferente, ¡¡¡ Yo soy ese hombre que tanto buscaba, recuperé mi identidad perdida!!!.

    La gente me respeta y me tiene en cuenta muchísimo mas que antes, me siento mucho mejor. Siento también ahora una atracción sana y verdadera hacia las mujeres.
    Me han llegado también otras muchas y enormes bendiciones en mi trabajo y estudio. Me alimento de Jesús Eucaristía y le visito diariamente (Mc 14:22-24,) y constantemente invoco a su Madre María Santísima que también es mi madre Ap(11:19 y 12).

    Pedí ayuda a Dios desde el fondo de mi alma y Él me escuchó. Claro que hay bendiciones, pero también seguirán habiendo problemas y dificultades. Tengo que seguir unido a Jesús para mantenerme en pie. Él es lo es todo.

    • Alxa says:

      Muchas gracias Tobías, que hayas compartido tu experiencia ayuda demasiado, no sabea cuanto. En mi caso soy una chica. Dios tw bendiga 🙂 y te de siempre fuerzas para seguir adelante

    • Rafaella Castro says:

      Hola Tobias, quisiera leer este libro, vivo en Colombia, no he logrado conseguirlo, si me lo lograras compartir on line te agradecería inmensamente. Gracias, saludos!!!

  3. Cristian says:

    Hola quetal soy un joven de 22años es casi mi misma historia soli que la diferencia esque no fui abusado sexualmente….solo que mi trauma es que cuando yo tenia 5 tenia un amigo mayor que yo de 8 años ….la verda no. E visto ningun sicologo sin enbargo e estado en el anbito esprutual. Durante 8 años tratando de. Luchar con esto..en oracion me fue revelado lo que me sucedio que este amigo que no fue un abuso pero me marco porque tan solo a esa edad de 5 años jugabamos al papa y la mama. Donde asimos casi todo lo de una pareja…..eso me marco como tal yebandome asta ahora en la fornicasion con otro hombre asido dificil por que ya e consumido la carne…..y nose si es mas dificil en ese caso…..,mi correo es mrlc96@hotmail.com

  4. Alxa says:

    Muchas gracias Tobías, en mi caso soy una chica. Ayuda muchísimo que hayas contado tu experiencia, no sabes cuanto, en cierta forma “alivia” saber que éste tipo de situaciones se pueden superar. Gracias Dios te bendiga grandemente

  5. Hna Mónica says:
  6. ,yu says:

    Soy estudiante de piscología, voy en 6to semestre y quiero ayudar en mi carrera por que el fondo de mi ser se que no nacimos para hacer las cosas mal, sino que fuimos creados para lo bueno, si esto fuera bueno, no seria una lucha interna, he tenido muchos amigos homosexuales y he sido tan cercana que puedo asegurar que todo parte de una experiencia que les marcó la vida, si eres gay hoy en día y eres “orgulloso de serlo” tu y yo sabemos que no siempre fue un orgullo, tal vez ahora lo sientes asi por la normalización del asunto, pero cuando estas solo ese domingo en la tarde que te sientes vacío que debes llenar tu vida con cosas como: salidas a fiestas lugares bonitos, lujos restaurantes sexo y vuelves a llegar a ese domingo solo y vacío se que es una lucha, y te juzgo es que se como se siente pedir aceptación cuando aun no hay una aceptación propia. Considero que es una de las luchas mas difíciles del ser humano, pero se puede salir de eso. es cuestión de querer y como dice el autor rodearse de una red de apoyo y pelear una buna batalla interna. Animo y adelante.

  7. Martha says:

    Cómo puedo ayudar a mi hijo que se “declaró gey hace 2 años. Apenas tiene 21 y el papá se separó de nosotros cuando él tenía 5 años.
    Vivió varias cosas difíciles en el colegio y algo pasó que lo marcó.

    • fjramiro says:

      Si usted piensa que tiene algún problema de salud, lo mejor sería que fuese a un médico de su confianza.

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