La anticoncepción hormonal altera el equilibrio hormonal, creando estados artificiales de anovulación y amenazando la salud de la mujer.
Revisamos sus principales efectos adversos y mecanismos sobre el envejecimiento ovárico acelerado, la salud mental (trastornos emocionales, depresión y suicidio), la sexualidad (disminución de la libido), cardiovascular (ictus cerebral, infarto de miocardio, hipertensión y trombosis) y oncológica (cáncer de mama, de cuello uterino y de endometrio).
Otros “daños colaterales” son los efectos negativos sobre la comunicación, la desconfianza científica, las malas relaciones médico-paciente, el aumento de la carga para el paciente, la carga económica para el sistema sanitario y la contaminación ambiental. Los tumores hormonosensibles presentan un dilema debido a sus posibles efectos duales: la prevención de algunos cánceres frente al mayor riesgo de otros sigue siendo controvertida, con la negación o el descarte como efectos adversos no relevantes, la sustracción de información y la modificación de criterios científicos.
Esta falta de evaluación clínica plantea retos para la salud de las mujeres y su derecho a la autonomía. Superar estos retos requiere una integración antropológica de la sexualidad, ya que centrarse únicamente en la unión corporal genital no abarca la expresión relacional íntima de las personas, la satisfacción sexual completa y los sentimientos entrelazados de confianza, seguridad, ternura y respaldo de la feminidad de la mujer.