Se ha deslizado, como quien no quiere la cosa, la expresión "derecho al aborto", desde la cual se hace muy difícil debatir acerca de la despenalización o la legitimización del aborto mediante leyes. Lo que hay que debatir es precisamente la verdad, o la consistencia, de ese supuesto derecho.
- a) La mujer tiene derecho a resolver los problemas que le provoca el embarazo. Sin embargo el embarazo, en la inmensa mayoría de los casos –en 2006 de 101.592 abortos provocados sólo 13 han sido por violación, y en Canarias ninguno-, se produce como consecuencia de las mismas acciones que el hombre y la mujer libremente llevan a cabo. El que los efectos supongan un problema no crea el derecho a deshacerse de ellos sin ninguna responsabilidad. Más bien aumenta la responsabilidad por ser causa del embarazo, y por ser causa del aborto.
- b) La pareja tiene derecho a que el niño que nazca sea según sus deseos. Puede ser loable desear que nazca sin ningún defecto físico, o con el máximo de capacidades intelectuales. Pero una cosa es desear y otra tener derecho. No se tiene derecho a que el hijo tenga determinadas cualidades, porque supondría mirar al hijo como un producto hecho para satisfacer los deseos de los padres, y no como se debe mirar: alguien que es amado por su propia existencia, tenga las cualidades que tenga.
- c) El ser humano que lleva una mujer embarazada en su seno, es sólo un trozo de carne, y que además es del cuerpo de la madre, por lo que ella puede hacer lo que quiera. Pero eso no es verdad porque lo científicamente cierto es que se trata de un ser dependiente de la madre, pero individual y distinto, perteneciente a la especie humana. Pero, además, si pretendemos mantener esa perspectiva superficial sobre el feto, lo mismo habría que aplicar a cualquier ser humano, que no dejaría de ser un trozo de carne y además dependiente de los demás en muchos aspectos de su existencia.
“Atreverse a pensar”, parece que nos lleva a negar que exista el derecho de abortar. Si alguien tiene otras razones que las saque a la palestra, pero en cualquier caso que se argumenten, y no sólo que se lancen.
Francisco José Ramiro Garcia
Doctor en Teología Moral, Doctor en Ciencias de la Educación. Máster en Bioética por las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de La Laguna.Profesor de Teología Moral y de Bioética del Instituto Superio de Teología de las Islas Canarias. Miembro fundador de la Asociación Canaria de Bioética (ACABI)Coordinador y Profesor del Máster de Bioética de Canarias Presidente del Comité Científico del Congreso Nacional de Bioética Canarias 2002.Miembro del Comité Asistencial de Ética del Hospital Universitario Dr. Negrín (2005)Miembro de La Comisión Asesora de Bioética de Canarias (2008)Coordinador de la web: Bioética en la Red (www.bioeticaweb.com)