Se descubren nuevos riesgos para la salud de los niños nacidos por procreación asistida. En un artículo que se acaba de publicar (N Engl J Med 346; 731, 2002), y en el que se analiza la salud física al nacimiento de 42.463 niños que vieron la luz en Estados Unidos entre … Se descubren nuevos riesgos para la salud de los niños nacidos por procreación asistida.
En un artículo que se acaba de publicar (N Engl J Med 346; 731, 2002), y en el que se analiza la salud física al nacimiento de 42.463 niños que vieron la luz en Estados Unidos entre 1966 y 1997, comparándolo con 3.389.098 nacidos en ese país en 1997, se constata que los niños nacidos por procreación asistida, que constituyen el 0,6% de todos los nacidos, tenía un riesgo de bajo peso al nacimiento 2,6 veces mayor que los nacidos por vía natural. Hasta ahora, ésta circunstancia se atribuía a que en la reproducción asistida el número de embarazos múltiples era mucho mayor y a que en los embarazos múltiples el bajo peso al nacimiento es también más frecuente. Sin embargo, en este estudio se han comparado los embarazos de un solo embrión obtenidos por reproducción asistida o por vía natural y se ha constatado que también en éstos el riesgo es mayor (2,6 veces como ya se ha indicado), lo que confirma el hecho de que la reproducción asistida es por si misma un riesgo para los niños nacidos por esta técnica.
También en un amplio estudio que acaba de publicarse en The Lancet (359; 459, 2002), un equipo de neuropedriatras de la universidad de Upssala, en Suecia, encuentra que los niños nacidos por fecundación in vitro (FIV) tienen tres veces más posibilidades de padecer parálisis cerebral que los nacidos por vía natural y también que el retraso del desarrollo en estos niños es unas cuatro veces mayor. El estudio incluye 5.680 niños nacidos por FIV, que se comparan con 11.300 nacidos por vía natural. También se estudian 2.600 gemelos, que así mismo, se comparan con un segundo grupo de controles, que también eran gemelos.
El mayor riesgo de parálisis cerebral se puede deber, según los autores, a la elevada proporción de embarazos gemelares, al gran número de niños nacidos con bajo peso al nacimiento y al gran porcentaje de niños prematuros que se contabilizaron entre los nacidos por FIV. Es sabido que una práctica habitual en la FIV suele ser implantar varios embriones para asegurar el rendimiento de la técnica. Esto hace que el porcentaje de embarazos múltiples sea muy elevado, lo que incrementa los riesgos para los niños recién nacidos en esas condiciones. Por ello, los autores proponen que una manera de paliar este elevado porcentaje de parálisis cerebral en los niños nacidos por FIV, sería implantar solamente un embrión, pero ésto choca frontalmente con los intereses de los responsables de las clínicas de reproducción asistida, que quieren garantizar el éxito a sus pacientes implantando al menos dos embriones.