La píldora del día siguiente (PDS) de levonorgestrel comenzó a utilizarse en el último cuarto del siglo veinte. Sin embargo, es a principios del presente siglo cuando se desarrolla su expansión y se generaliza su comercialización.
Ese proceso de implantación se ha visto favorecido por unas políticas sanitarias que han propiciado la eliminación de los obstáculos para su consumo. Para ello se han servido de datos sociológicos, científicos, estadísticos, etc. que, en numerosas ocasiones, se han expuesto de forma sesgada o parcial.
La veracidad de la información sobre la PDS proporcionada por las administraciones sanitarias, laboratorios farmacéuticos y otros agentes sociales queda en entredicho en varios apartados —mecanismo de acción, efectos secundarios, tasas de embarazos, etc.—. Este artículo se centra en lo referente al mecanismo de acción.