El Parlamento de Singapur aprobó el jueves, 2 de septiembre, una nueva ley elaborada por el ministerio de sanidad que prohíbe la clonación reproductiva. Lo que es crucial para la vida de la comunidad científica del país es que la ley no prohíbe la transferencia nuclear de células con el …
El Parlamento de Singapur aprobó el jueves, 2 de septiembre, una nueva ley elaborada por el ministerio de sanidad que prohíbe la clonación reproductiva. Lo que es crucial para la vida de la comunidad científica del país es que la ley no prohíbe la transferencia nuclear de células con el propósito de desarrollar células madre.
El ministerio de sanidad introdujo el proyecto de ley en mayo de este año, diciendo que suponía avanzar paso a paso hacia la regulación de la investigación biomédica. El primer paso es “el proyecto de ley que prohíbe la clonación humana y otras prácticas” imponiendo multas de 58700 dólares americanos o diez años de prisión, o ambas.
“Esto es porque la clonación reproductiva humana es el asunto más urgente en este momento e implica las mayores preocupaciones éticas” declaró el ministro.
El proyecto de ley prohíbe la implantación de embriones humanos clonados en cuerpos humanos o de animales. También hay prohibiciones en la importación y exportación de embriones clonados y en el intercambio comercial de óvulos, esperma y embriones humanos.
La legislación también prohíbe el desarrollo de embriones humanos creados por otros medios que no sean la fertilización durante más de 14 días, e impide a los investigadores desarrollar embriones humanos fuera del cuerpo de la mujer por más de 14 días.
El corte de los 14 días deja mucho tiempo para la derivación de células madre, dijo Miodrag Stojkovic, un investigador de la Universidad Newcastle upon Tyne, del Reino Unido. “Más allá de los 14 días se ve el comienzo de la primitiva línea de desarrollo”, dijo al The Scientist. “Para cosechar células madre sólo se necesitan 4, 5 ó 6 días tras la fertilización o transferencia nuclear.”
El diario Straights Times citó al Ministro mayor del Estado para la Información, Comunicaciones, Artes y Salud, Balaji Sadasivan diciendo que no hay actualmente en Singapur grupos involucrados en la clonación terapéutica, con sólo una compañía asumiendo la investigación de células madre embrionarias.
Sin embargo, Singapur es el domicilio de una amplia gama de compañías de biotecnología y ciencias de la vida, y se ve a sí misma como el centro de la investigación bioética en Asia. En ese esfuerzo, la Agencia para la Ciencia, Tecnología e Investigación de Singapur (A*STAR), desempeña un papel muy enérgico.
Uno de los proyectos insignia de A*STAR, Biopolis, ha sido concebido como piedra angular de la construcción de una industria científica biomédica en el país. Biopolis es un campus biomédico creado ex profeso donde investigadores de los sectores público y privado pueden trabajar mano a mano. Su propósito es atraer a las compañías internacionales al país y fomentar el nacimiento de compañías locales.
La decisión de Singapur también tiene una resonancia global, ya que viene a tener lugar unas semanas antes del debate programado en las Naciones Unidas para una convención internacional sobre la clonación. Muchas academias de ciencia están urgiendo a los gobiernos a promover una prohibición global en clonación reproductiva. El último asalto de este debate, en 2003, mostró a las naciones amargamente divididas en este asunto.
