En el año 2008 Ingmar Persson y Julian Savulescu publicaron un artículo en el que defienden la necesidad de aumentar biotecnológicamente las capacidades morales, con objeto de hacer frente a los riesgos implícitos en el desarrollo de las mejoras cognitivas. A su juicio, mientras más individuos sean mejorados intelectualmente, mayor será la posibilidad de causar daño. Para equilibrar este riesgo la mejora cognitiva debe encontrarse acompañada por una mejora moral (genérica, farmacológica o cibernética) que se extienda a toda la población. Esta tesis ha ido explicitándose a lo largo del tiempo en diversas obras, en diálogo con otros expertos. El presente trabajo explora el desarrollo de este argumento en contraste con críticas posteriores, así como las respuestas de los interesados. Finalmente, plantea tres cuestiones problemáticas en el desarrollo de la tesis antes mencionada, en torno a las siguientes áreas:
- La diferencia entre las mejoras cognitivas y morales.
- El carácter meramente biológico de la naturaleza humana.
- La relación entre la libertad humana y la noción de “mejora moral” que emplean los autores.
1. La “mejora moral” y el argumento de Persson y Savulescu
Ingmar Persson y Julian Savulescu son autores importantes en el ámbito de las mejoras y transformaciones humanas, porque fueron quienes argumentaron en favor la importancia –durante la primera década del siglo XXI– de los procedimientos de mejora moral biotecnológica como condición de supervivencia de la especie humana y de su civilización. En virtud de su trabajo, el problema de las mejoras morales se instala en el debate, y da pie para que diversos autores intervengan sobre su naturaleza, condiciones y efectos.
Las definiciones de “mejora moral biotecnológica” difieren hasta tal punto, que una intervención podría ser considerada como tal por algunos, pero no por otros (Kasper et al, 2008, 264). Existen tantas opiniones, que el uso de la expresión “mejora moral” como si tratara de un significado universalmente aceptado parece consistir en una simplificación del problema, y es rechazada por los autores simplemente en base al disenso de hecho. Además, la expresión se puede utilizar al interior de un grupo en el cual existe un consenso moral específico (Shook, 2012, 4). En relación con los terceros, estos grupos no comparten una misma perspectiva que proporcione las bases para la resolución de los conflictos, sino que se consideran mutuamente actuando desde objetivos morales fundamentalmente divergentes (Engelhardt, 1991, xiii). Por último, existen quienes buscan proponer la existencia de una naturaleza común a todos los hombres en sentido no meramente comunitarista, sino universal, filosófico. Tales autores hablarían entonces de las mejoras morales biotecnológicas a partir de un cierto modo de ser general del ser humano.
Como sostiene Douglas, la sugerencia de mejora moral puede ser entendida de diversas formas, como hacerse más virtuoso, o más capaz de adquirir responsabilidades, o simplemente dejar de realizar acciones dañosas. De un modo general, existe cierto consenso en que cualquiera que sea la definición específica que se adopte del moral enhancement, se trata de un procedimiento que tiene que ver con la manipulación de las motivaciones de cada cual para actuar, es decir, consiste en una intervención de cuyo resultado se espera que el sujeto mejorado biotecnológicamente disponga en el futuro de mejores motivos que los que tenía con anterioridad a la intervención. Ello apunta a un procedimiento destinado a producir finalidades subjetivas de mayor calidad, específicamente en relación con los terceros. La expresión “motivo” debe entenderse como los estados o procesos psicológicos –mentales o neuronales– que lleven a un individuo a actuar, en ausencia de razones opuestas. (Douglas, 2008, 229).
Publicado en Cuadernos de Bioética. 2022; 33(109): 317-333
DOI: 10.30444/CB.136