La subrogación gestacional, es un acuerdo contractual entre los padres encargados y la mujer que lleva al bebé en el embarazo (la madre biológica), es un gran negocio. Sin embargo, sigue sin estar regulado en los Estados Unidos a nivel federal. El discurso popular y académico a menudo ve los arreglos de subrogación a través de la lente de la libertad de contrato. Este artículo mostrará que la gestación subrogada no pertenece propiamente al ámbito de la libertad contractual, sino más bien a la limitación a la libertad contractual.
El florecimiento humano y el bien común requieren tanto la afirmación como la limitación de esa libertad, dado que las partes de un contrato son seres racionales, pero imperfectos. Aunque es un deseo humano profundamente arraigado tener un hijo genético, cuya ausencia puede ser profundamente decepcionante y dolorosa, los contratos de subrogación deshumanizan inherentemente a la madre biológica y al niño. Después de sopesar los intereses y costos contrapuestos en la subrogación, este Artículo concluye que la subrogación debe prohibirse en los Estados Unidos en oposición a la política pública que está orientada hacia el florecimiento humano, o hacia ser más plenamente humanos.