DM Nueva York
08/04/2008
"Es la primera vez que demostramos que las células madre reprogramadas pueden integrarse en el sistema nervioso y ejercer un efecto positivo en la enfermedad neurodegenerativa", afirma Marius Wernig, primer firmante del trabajo e investigador posdoctoral en el laboratorio de Jaenisch.
En este experimento han utilizado los factores de transcripción Oct4, Sox2, c-Myc y Klf4, que introdujeron a través de retrovirus en células adultas de piel para diferenciarlas en células precursoras neuronales y en neuronas secretoras de dopamina.
Una vez obtenidas estas células nerviosas, las trasplantaron en el cerebro de embriones de ratón. Los animales se gestaron y nacieron de forma natural. Los científicos observaron que las células trasplantadas formaban una serie de grupúsculos para después desplazarse hacia las áreas cercanas al lugar donde fueron injertadas. Unos análisis electrofisiológicos, llevados a cabo por Martha Constantine-Paton, del Instituto para la Investigación del Cerebro del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), constataron que las células precursoras nerviosas que migraron se habían diferenciado a su vez en diversos tipos de células nerviosas, entre ellos neuronas y células gliales, y que estaban integradas y funcionaban adecuadamente en el cerebro.
Potencial terapéutico
Para confirmar el potencial terapéutico apreciado en esta primera parte del experimento, los científicos, esta vez en colaboración con Ole Isacson, de la Universidad de Harvard, en Boston, recurrieron a un modelo de Parkinson en ratas. En este modelo animal se reproduce el déficit de dopamina que caracteriza a la enfermedad neurológica eliminando las neuronas dopaminérgicas de uno de los hemisferios cerebrales; los investigadores implantaron las neuronas productoras de dopamina obtenidas a partir de las iPS en el estriado de esta región.
Cuatro semanas más tarde se analizó la conducta mediada por la dopamina de las ratas. Normalmente, los animales responden a las inyecciones de anfetamina dando vueltas hacia el lado de su cerebro con menos actividad dopaminérgica. Ocho de las nueve ratas que habían recibido el trasplante de precursores nerviosos giraron significativamente menos o incluso no lo hicieron. A las ocho semanas del trasplante, las neuronas dopaminérgicas se habían extendido a las áreas cerebrales próximas al lugar del implante.
Según explica Jaenisch, "este trabajo demuestra que las células reprogramadas in vitro pueden ser útiles en la enfermedad de Parkinson. Es un estudio preliminar de eficacia que prueba su potencial terapéutico". Pese a su optimismo, el científico recuerda que aún pasará tiempo hasta que esta técnica se utilice en la clínica y que para ello deberá de superar las consabidas trabas que supone el empleo de retrovirus dentro de la técnica de reprogramación celular, así como determinar las zonas idóneas en el cerebro para realizar el trasplante de células precursoras.
(PNAS; DOI: 10.1073/ pnas.0801677105).
Diferenciación 'in vitro' de las células pluripotenciales inducidas
Las iPS no diferenciadas (a) se convierten en precursoras nerviosas (b); a los siete días, ya se aprecian morfologías neuronales (c). Se encontraron diferentes tipos: en rojo, neuronas que expresan tubulina 8 III (d); también en rojo, astrocitos y oligodendrocitos (e y f); los gráficos (g y h) indican la fracción de células que expresan 8 III tubulina y otras células inmunorreactivas. Por último, otras células nerviosas diferenciadas a partir de las iPS (i, j, k, l).