Resumen:
Los tres grandes desafíos existenciales para el ser humano en el tiempo presente son el transhumanismo, el discurso transgénero y el digitalismo. Estos tres fenómenos contienen demandas de justicia y emancipación dirigidas a acabar con formas de discriminación muy arraigadas. Pero están sostenidos sobre una base filosófica que niega la inteligibilidad de la realidad y la condición teleológica de la existencia humana proponiendo, en su lugar, la hegemonía del deseo individual. El capitalismo contemporáneo ha hecho de la satisfacción de ese deseo su razón de ser. Y lo hace desarrollando una tecnología potencialmente capaz de satisfacer un deseo sin límites. Ese desarrollo tecnológico se sustenta en el espíritu de abstracción. Es la expresión más sofisticada del capitalismo porque, en lugar de suscitar la oposición de sus víctimas, genera su completa adhesión. La inevitable consecuencia es que las demandas de justicia son engullidas por la lógica del tecno-capitalismo y acaban convertidas en el maquillaje de las nuevas formas de (auto)explotación.
Introducción
El objetivo de este trabajo es tantear la posibilidad de identificar un espacio de encuentro desde el que abordar los que me atrevo a calificar los tres grandes desafíos existenciales para el ser humano en el tiempo presente: me refiero al transhumanismo, el discurso transgénero y el digitalismo. Uno tiene que ver con nuestra consideración como especie, otro a nuestra consideración como individuos, y el último a nuestro modo de relacionarnos con la realidad.
Estos tres fenómenos tienen una enorme pujanza en la actualidad porque están impulsados por dos fuerzas arrolladoras que, sin embargo, tienden a colisionar al ser opuestas entre sí. De un lado, los alienta una demanda de justicia y emancipación, que busca acabar con formas de discriminación muy arraigadas y procurar la igualdad efectiva entre todos los seres humanos. De otro, están sostenidos sobre una base filosófica que niega la inteligibilidad de la realidad y la condición teleológica de la existencia humana proponiendo, en su lugar, como única guía para orientar la vida humana, la hegemonía del deseo individual.
El capitalismo contemporáneo ha hecho de la satisfacción de ese deseo su razón de ser. Y lo hace desarrollando una tecnología potencialmente capaz de satisfacer un deseo sin límites. Ese desarrollo tecnológico se sustenta sobre la reducción de la realidad a número, a matemáticas. Se trata de la expresión más sofisticada del capitalismo pues, lejos de producir oposición en sus víctimas, genera una completa adhesión.
Publicado en PERSONA Y DERECHO / VOL. 84 / 2021/1