El Hospital La Paz de Madrid ya ha comprobado en seis pacientes que las células madre adultas de la grasa logran la curación completa sin cirugía y en ocho semanas El equipo de Cirugía General y Digestiva del Hospital La Paz de Madrid quiere demostrar la capacidad de cicatrización de …
El Hospital La Paz de Madrid ya ha comprobado en seis pacientes que las células madre adultas de la grasa logran la curación completa sin cirugía y en ocho semanas
El equipo de Cirugía General y Digestiva del Hospital La Paz de Madrid quiere demostrar la capacidad de cicatrización de la grasa, uno de los tejidos con peor imagen del cuerpo humano. Lo hará en colaboración con otros dos hospitales madrileños -el Doce de Octubre y el Gregorio Marañón- y Genetrix, una empresa privada de biotecnología. Los cuatro centros participan en un ensayo clínico en fase II que utiliza células madre adultas, obtenidas de la grasa, para reparar las fístulas más complejas. La ventaja de este tratamiento es que permite cicatrizar estos orificios de difícil curación sin recurrir a la cirugía y sin ningún reparo de tipo ético.
Las fístulas serán el «banco de pruebas» con el que el equipo de La Paz que dirige Damián García Olmo quiere demostrar las posibilidades cicatrizantes de la grasa, «el tejido de la reparación». Pero si el estudio con fístulas es positivo, la aplicación de células madre de tejido graso podría tener numerosas aplicaciones en operaciones quirúrgicas, úlceras de personas diabéticas que nunca curan o en enfermedades tan diferentes como el cáncer, el sida o la tuberculosis. «Nuestra hipótesis de partida es que estas células madre pueden convertirse en células reparadoras o generar factores de crecimiento que colaboren en el proceso de cicatrización», explicó el investigador principal.
Ensayo pionero en el mundo
El ensayo que acaba de comenzar es pionero en el mundo. Contará con cincuenta pacientes con la enfermedad de Crohn, una inflamación crónica del intestino, que tiene en las fístulas uno de sus peores enemigos. Los enfermos de Crohn suman a las molestas diarreas estas comunicaciones en el intestino que aparecen con frecuencia en la zona perianal.
El tratamiento es sencillo y bastante más económico que la cirugía convencional. Consiste en hacer una pequeña liposucción al propio paciente de la zona donde más grasa acumule. «El proceso se hace con anestesia local y permite mejorar estéticamente a los enfermos, al mismo tiempo que se les realiza el tratamiento», contó ayer García Olmo. Aunque nunca se extrae tanta grasa como en una liposucción convencional. Basta con obtener 80 centímetros cúbicos para conseguir las células madre necesarias en el cultivo. Una vez aisladas y caracterizadas las células madre, sólo es necesario inyectarlas en la mucosa rectal y utilizar un pegamento de fibrina. Los investigadores confían en tener resultados en julio de 2005.
El equipo de La Paz ya ha probado la eficacia de esta técnica en ocho pacientes. En seis fístulas, el orificio cicatrizó por completo a las ocho semanas y se consideraron «curadas» el 75 por ciento. El resto tuvieron un cierre incompleto. No se observó relación entre el número de células implantadas -osciló entre 3 y 30 millones- y el éxito del procedimiento. Tampoco entre la edad y el sexo de los pacientes, ni se produjeron reacciones ni efectos secundarios importantes.
Los resultados pueden considerarse satisfactorios, si se tiene en cuenta que la enfermedad de Crohn se presenta como la peor de las situaciones posibles para el tratamiento de la fístula, «por la gran fragilidad de los tejidos y las dificultades de cicatrización», apuntó Damián García Olmo. «Aún no podemos decir que es eficaz, pero sí que se trada de una técnica segura que abre interesantes vías para futuras aplicaciones».
Fuente ideal de células madre
La utilización de tejido graso para obtener células madre no es nueva. Son varios los grupos de investigación que buscan en la grasa la fuente ideal para conseguir células troncales con capacidad para convertirse en numerosos tejidos. Ya se ha comprobado que pueden convertirse en células de reparación ósea, para producir insulina o incluso en neuronas. Además, su extracción es más sencilla que la de otros tejidos como la médula ósea o el músculo, de donde también se han obtenido células madre adultas para reparar corazones infartados.
La utilización de células madre adultas tiene en estos momentos ventajas añadidas sobre las embrionarias. Al ser autólogas, es decir, proceder de los propios pacientes, no producen rechazo después de su implantación. Tampoco se ha visto que dé lugar al crecimiento de tumores, como se ha visto en algunos experimentos con células embrionarias.
Otro punto a su favor es que la tecnología necesaria para su empleo es mucho menos complicada que la que se requiere con las obtenidas de embriones, por lo que su coste también es más bajo. Sin olvidar que no plantea ninguna duda ética.
Publicado en ABC