Tribunal Supremo de EEUU: dos sentencias que hacen historia (vida y familia)

Dos sentencias de este alto Tribunal, sin ninguna participación de la voluntad democrática, han cambiado, o pueden cambiar, radicalmente la cultura en dos puntos capitales: el derecho a la vida, y la concepción del matrimonio y la familia.

Caso Roe vs Wade: El 22 de febrero de 1973, el Tribunal Supremo de EEUU dicta sentencia, por 7 votos contra 2, que invalidaba una ley penal de Texas que prohibía el aborto excepto en el caso que fuera necesario para preservar la vida materna. Hasta ese momento la argumentación que defendía el aborto lo hacía desde la protección de la vida de la madre. La importancia de esta sentencia estriba en que ahora se alega que el derecho a la privacidad recogido en la Enmienda 14 de la Constitución incluía el derecho de la mujer a decidir si terminar o no su embarazo.

Esta nueva forma de argumentar es la que predomina en nuestros días. Los países, como España, que aprobaron primero una ley basada en supuestos contra la mujer o contra la vida del feto, posteriormente han pasado a una ley de plazos o incluso de permisión total del aborto dejando siempre su responsabilidad a la libre elección de la mujer. De la vida que esta madre lleva en su seno parece que es obsceno hablar.

A nivel global encontramos dos tendencias. La primera promovida por algunos organismos de la ONU, apoyada por algunas instituciones como IPPF (International Planned Parenthood Federation) apareció en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo (1994) intentando incluir el aborto como un derecho dentro de los Derechos Humanos. Para ello principalmente se inventó la expresión “derechos reproductivos”. El último intento lo han llevado a cabo los promotores del informe Noichi en la Comisión Europea, el pasado 16 de junio. Otras organizaciones batallan para que no sea reconocido.

La segunda tendencia intenta revertir las numerosas legislaciones favorables al aborto, o al menos procurar que sean más restrictivas. Pero sobre todo lidera una campaña de opinión pública para tomar conciencia de que cuando hablamos de aborto no hay que mirar sólo a la mujer embarazada, sino también al ser humano que lleva en su seno. Numerosas organizaciones trabajan en dos líneas: ayudar a la madre para sobreponerse a las dificultades que pueden surgir: laborales, sociales, económicas, etc. y por otra parte visualizar a ese ser humano que todavía no ha salido al exterior.

Hasta el momento no ha sido incluido el aborto dentro de los Derechos Humanos. Si en algún momento lo fuera, la situación para todos los que defienden la vida y se niegan a llevar a cabo abortos se vería muy complicada, porque no cabe hacer objeción de conciencia ante un “derecho humano”. La libertad de conciencia podría recibir una importante restricción si se diera esta situación.

Caso Obergefell vs. Hodges: el 26 de junio de 2015, el Tribunal Supremo ha establecido que todos los estados de la nación estadounidense deben introducir en sus legislaciones el matrimonio homosexual. “El derecho de las parejas del mismo sexo a casarse forma parte de la libertad que garantiza la 14 Enmienda, y deriva también de la garantía que contiene esa enmienda a favor de la igualdad de todos ante la ley”, han defendido 5 jueces frente a 4. Entre los opositores el juez Roberts, presidente del Tribunal que en su voto particular ha afirmado: “La decisión de la mayoría es un acto de la voluntad, no un fallo jurídico. (…) Como resultado, el Tribunal invalida las leyes sobre el matrimonio de más de la mitad de los estados y ordena la transformación de una institución social que ha sido la base de la sociedad humana durante milenios, desde los bosquimanos del Kalahari y los chinos de la etnia han, los cartaginenses y los aztecas. ¿Quiénes creemos que somos?”

En este caso conviene recordar que en treinta estados USA, de treinta y dos en los que se había realizado un referéndum, habían dicho “no” al matrimonio homosexual.

Frente a esta voluntad del pueblo, el lobby LGTB lleva trabajando desde finales del pasado siglo para primero defender a las personas con tendencia homosexual del trato injusto que en ocasiones recibían, para pasar después a la promoción del comportamiento homosexual, posteriormente equipararlo al heterosexual, y por último desarrollar un activismo muy agresivo contra todo aquel que no comparta sus valoraciones. Se puede decir que han triunfado en todas las grandes empresas norteamericanas: Apple, Amazon, Coca Cola, etc, cuyos presidentes han apoyado públicamente sus propuestas.

Este proceso ha ido en paralelo con la implantación legislativa y cultural de la ideología de género, que desliga el ejercicio de la sexualidad de las características del propio cuerpo que aparecen como indiferentes frente a la libre elección de cada persona. Este planteamiento ha proporcionado una base ideológica para numerosas leyes o reglamentos “contra la homofobia”, que, independientemente de sus intenciones, están produciendo importantes conflictos con el mantenimiento de la libertad de conciencia y la libertad religiosa de los ciudadanos.

• Obergefell v. Hodges 576 U.S. ___ (2015)
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