Desde 1992 es el país africano que mayor éxito obtiene en la lucha contra la atroz pandemia El departamento de la ONU para el sida ha omitido que el éxito de los programas sanitarios para combatir esta pandemia en Uganda se debe a que están basados en la promoción de la …
Desde 1992 es el país africano que mayor éxito obtiene en la lucha contra la atroz pandemia
El departamento de la ONU para el sida ha omitido que el éxito de los programas sanitarios para combatir esta pandemia en Uganda se debe a que están basados en la promoción de la abstinencia sexual, la castidad y la fidelidad. Así lo ha denunciado en numerosas ocasiones la organización LifeSite. Pese a los múltiples conflictos armados que asolan al país africano desde su independencia en 1962, Uganda ha logrado en los últimos doce años reducir en más de la mitad la tasa de infección de VIH. A pesar de ello, casi la totalidad de las familias ugandesas ha sido afectada por el sida.
La pandemia del sida comenzó a comienzos de la década de los 80 a orillas del lago Victoria, al sur de Uganda. Desde allí se extendió por todo el continente africano ¬con más de 24 millones de personas infectadas¬ frente a los menos de 10 millones de portadores del virus contabilizados en el resto del mundo. En Uganda, más de un millón y medio de niños se han quedado huérfanos debido al sida, es decir, la décima parte del total mundial. Una cifra escalofriante, sin duda.
Pero la particularidad del caso de Uganda reside en el éxito de sus programas sanitarios contra la enfermedad más mortífera del siglo pasado. Lejos de apostar como arma exclusiva y primordial por el preservativo ¬lo más habitual en la mayoría de los países¬, la política sanitaria y educativa de combate a la infección está basada en la promoción de la abstinencia sexual, la fidelidad dentro del matrimonio y la castidad, especialmente entre los más jóvenes. A pesar de que en este país africano más de 80.000 personas mueren al año a causa del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), la política promovida para combatirlo es la de mayor éxito en el continente negro ya que ha logrado reducir la tasa de infección local en un 50 por ciento desde 1992.
El propio presidente ugandés, Yoseveri Museveni, lo tiene muy claro, y así se lo hizo saber al presidente de EE UU en pasado mes de julio, cuando afirmó que han priorizado la promoción de la abstinencia y la recuperación de los valores de la castidad y la fidelidad. Así se ha logrado pasar de un 15 por ciento de infectados en 1991 a un cinco por ciento en 2001.
í‰xito no reconocido. Por contra, los excelentes resultados obtenidos por estas políticas sanitarias no parecen ser suficientes para los organimos internacionales como la ONU y la Organización Mundial de la Salud que, en su informe de 2003, afirma que «ningún otro país ha igualado este logro, no al menos a nivel nacional», pero oculta que los factores determinantes de este éxito son, precisamente, la abstinencia, la castidad y la fidelidad en el matrimonio como opciones fundamentales, y no, el fomento y reparto gratuito del preservativo. Así lo ha denunciado en numerosas ocasiones la organización LifeSite, un portal de internet (www.lifesite.net) nacido en 1997 que informa de todo lo relativo a la cultura, la vida y la familia.
Pero no todos han cerrado los ojos ante la realidad del sida en Uganda. El profesor de Epidemiología y Salud pública de la Universidad de Navarra, Jokin de Irala, recordaba, con motivo del Día Internacional de esta enfermedad, algunas de las conclusiones de un informe de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EE UU (USAID), en el que se reconoce que «la disminución de casos de sida en Uganda se relaciona más con los cambios en los estilos de vida de la población que con el uso de preservativos». El profesor Irala considera que «han conseguido que los jóvenes retrasen el inicio de sus relaciones sexuales ¬recomendando la abstinencia¬ y que la población tenga menos relaciones sexuales esporádicas coincidiendo o no con una relación estable». El citado informe hace una comparación que no deja lugar a dudas respecto a lo acertado de la política seguida por las autoridades sanitarias ugandesas: «Uganda está consiguiendo un efecto asimilable a la existencia de una vacuna que fuera un 80 por ciento eficaz contra el sida». Para Irala, «lo que se está haciendo en muchos países es simplemente una irresponsabilidad. Confiar ciegamente en los preservativos sin aportar nada más en la estrategia preventiva, es un error que se puede acabar pagando muy caro».
Nicolás de Cárdenas, en La Razón, 2004-04-14