Uno de los científicos coreanos que realizaron con Woo-suk Hwang el último y celebrado trabajo de células madre -la generación de 11 líneas celulares derivadas por clonación terapéutica de pacientes con diversas enfermedades- reconoció ayer en medios de comunicación de Corea del Sur que los resultados están falsificados. El …
Sung il-Roh, director del hospital MizMedi de Seúl, declaró al diario Hankyoreh que no se crearon las líneas de células madre presentadas en la revista Science hace sólo unos meses, en mayo. En una entrevista en la cadena de televisión MBC, Roh dijo que, supuestamente, Hwang había creado unas líneas en su laboratorio que resultaron destruidas por hongos, informa Reuters. Entonces tomó dos líneas del laboratorio de Roh y las utilizó para el trabajo, en el que supuestamente había clonado embriones humanos de pacientes, de los que había derivado líneas celulares con idéntico material genético al de los pacientes. Esto permitía la esperanza de que, en caso de utilizarse estas células para generar tejidos en tratamientos médicos no provocarían rechazo.
En 2004, Hwang anunció la primera clonación de un embrión humano y la obtención de células madre a partir de éste. En agosto de este año, presentó el primer perro clonado, Snuppy. El primer trabajo se publicó en Science también y el segundo en Nature.
Humillación total
Roh no puso en duda ayer estos dos logros. Dijo, en éstas y otras entrevistas, que había hablado con Hwang y éste había confesado: “Me dijo que no había células madre clonadas, que había presentado células madre de tejidos obtenidas en mi laboratorio, y que de las 11 presentadas 9 ni siquiera existían”. En un estado de humillación total, según Roh, Hwang aceptó pedir a la revista Science que retire el artículo. El día anterior, ya lo había hecho Gerald Schatten, el único estadounidense que firmaba el trabajo entre 23 coreanos. Hwang no reaccionó, igual que ayer.
En la última semana, se multiplicaron las sospechas sobre este trabajo de Hwang, que al principio parecían centrarse sólo en aspectos éticos. Jóvenes científicos coreanos, a través de Internet, señalaron lo parecidas que eran algunas de las imágenes de pruebas de ADN del artículo, lo que reconoció la revista Science, una de las dos más importantes del mundo, pero achacó a un error. La Universidad de Seúl, donde trabaja Hwang, que es veterinario, empezó también una investigación.
M. R. E. – Madrid
EL PAÍS – Sociedad – 16-12-2005