Un estudio revela que el corazón tiene capacidad para autorregenerarseUna ‘población de células primarias’ permite la reparación de los tejidos Un equipo de investigadores ha derribado una creencia ampliamente extendida y ha descubierto que el corazón tiene cierta capacidad autorregenerativa. El estudio, realizado en EE UU con hombres a los que …
Un estudio revela que el corazón tiene capacidad para autorregenerarse
Una ‘población de células primarias’ permite la reparación de los tejidos
Un equipo de investigadores ha derribado una creencia ampliamente extendida y ha descubierto que el corazón tiene cierta capacidad autorregenerativa. El estudio, realizado en EE UU con hombres a los que se les trasplantaron corazones de mujer, abre nuevos horizontes médicos al mostrar la potencialidad de ciertas ‘células primarias’ para activar la regeneración de los tejidos cardiacos. El control de este mecanismo permitiría, según los científicos, desarrollar métodos para estimular la reparación de corazones infartados sin acudir a la cirugía.
En los ocho casos investigados por los médicos del Colegio Médico de Nueva York se detectaron células masculinas (y, por tanto, del receptor) en capilares, células cardiacas (miocitos) y arteriolas del corazón femenino implantado. Además, esta migración celular se daba también aunque el análisis del tejido del corazón se hubiera realizado muy pronto (a los cuatro días del trasplante).
Identificar el origen de los nuevos tejidos es muy sencillo. Los investigadores comprobaron que el par 23 de los cromosomas de las nuevas células era del tipo XY, el que se da en los hombres (las mujeres tienen un par 23 del tipo XX), por lo que sólo podían proceder del receptor. Para mayor confirmación, se compararon las cargas genéticas de las nuevas células con las de los corazones que se habían extraído de los receptores.
La investigación se ha llevado a cabo con ocho pacientes, que vivieron entre cuatro y 552 días después de recibir el trasplante. Incluso los corazones de los que sólo lograron vivir cuatro días se habían autorreconstruido en una quinta parte. Eso implica que el corazón posee una ‘población de células primarias’ que le capacitan para regenerarse, sostiene el doctor que dirigió el estudio, Piero Anversa. Sus hallazgos se publicaron ayer en la revista médica The New England Journal of Medicine.
‘Hito científico’
‘Está claro que este descubrimiento muestra que el corazón tiene una cierta capacidad autorregenerativa’, afirma en el editorial de la publicación el doctor Roberto Bolli, de la Universidad de Louisville. ‘Puede resultar un hito científico si aprendemos a explotar este fenómeno con propósitos terapéuticos para regenerar músculo cardiaco en pacientes con un fallo de corazón’, añade Bolli.
Lo que los autores del estudio no han conseguido aclarar es el origen exacto de los nuevos tejidos masculinos que han encontrado en los corazones femeninos. Los científicos manejan dos teorías para explicar este comportamiento: que exista algún tipo de células madre cardiacas en el atrio (la cavidad que contiene al corazón) o que haya habido un transporte de células madre de la médula ósea.
Este tipo de células son la materia prima del ser humano y tienen potencial para transformarse en cualquier órgano, y ya se ha comprobado que existen en la médula, en el cordón umbilical, y, sobre todo, en los embriones de pocos días, en los cuales todavía no se ha producido una diferenciación entre los distintos sistemas, órganos y tejidos que forman al ser humano.
Para que el descubrimiento derive en aplicaciones terapéuticas, la ciencia tiene aún que averiguar el mecanismo que impulsa la migración de las células madre del receptor al corazón que le ha sido trasplantado, y dirigir y controlar su activación.
Este descubrimiento se une a otro realizado el año pasado por el mismo equipo de investigadores estadounidenses e italianos que trabajaron con corazones que habían sufrido un infarto. Entonces, encontraron que se producía un aumento de las células cardiacas. Pero los científicos no han conseguido explicar todavía por qué se produce esta regeneración parcial, ni si su alcance puede extenderse hasta permitir la recuperación total del órgano dañado.
ROSA TOWNSEND / E. DE B. | Miami / Madrid. El País, 4 de enero de 2002