Durante la última década, los conocimientos médicos relacionados con la práctica de la sedación paliativa han avanzado bastante. Se han publicado diversos estudios clínicos, revisiones sistemáticas y guías clínicas.
Sin embargo, la evidencia empírica disponible sigue siendo limitada y la controversia persiste. En este sentido, es llamativa la existencia de una enorme dispersión en la prevalencia de las indicaciones de sedación paliativa en los diferentes centros asistenciales, que varía desde menos del 10%, hasta más del 50% de los pacientes.