De forma simultánea pero independiente, otro equipo, dirigido en la Universidad estadounidense de Wisconsin por James Thomson, lograba también cultivos de células madre reprogramadas, pero empleando cuatro genes distintos, ninguno de ellos capaz de desarrollar tumores.
Reparos éticos
El logro de estas células madre pseudoembrionarias sin utilizar embriones ni óvulos solventa los reparos éticos suscitados por su empleo. Sin embargo, la técnica presenta dos problemas: la utilización de retrovirus como vectores para introducir los genes reprogramadores en las células, y el empleo de oncogenes.
Los investigadores de Yamanaka han solventado este último problema eliminando el oncogén c-MYC del «paquete» de cuatro genes reprogramadores. Simplemente han prescindido de él utilizando sólo los tres restantes: OCT3/4, SOX2 y KLF4. Estos tres genes, solos, son también capaces de controlar la actividad genética, el desarrollo y la identidad de las células madre adultas hasta devolverlas al estado embrionario, previo a la diferenciación celular.
Los cultivos de células obtenidos -célula madre pluripotente inducida (iPS, por sus siglas en inglés)- generan, en teoría, todos y cada uno de los cerca de 220 tipos celulares distintos que conforman el ser humano.
Ninguno de los 26 ratones de laboratorio a los que el equipo de Yamanaka introdujo los tres genes restantes desarrolló un cáncer. Por el contrario, el 15 por ciento de los animales a los que se les introdujo el cuarto, el oncogén, murieron a causa de un tumor.