CARTA DE UNA EXPERTA ESPAí‘OLA A LOS SENADORES DE LA REPíšBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY Natalia López Moratalla 26 de julio de 2002 abstract: fiv, fivet, embrión, vida humana, reproducción asistida Ilmos. Sres. Senadores de la República de Uruguay: Me permito enviar a sus señorías la respuesta a una consulta realizada por la Comisión de í‰tica Médica …
Me permito enviar a sus señorías la respuesta a una consulta realizada por la Comisión de í‰tica Médica del Círculo Católico de Obreros del Uruguay, sobre el inicio de la vida humana, los posibles daños de la crioconservación, la existencia (o inexistencia) del “preembrión” -al que se hace referencia en la ley de fecundación asistida sometida a debate en su República- y los cambios que – en virtud de los datos aportados por la ciencia y por la experiencia- se han dado y se están gestando en la legislación europea sobre la materia.
La razón por la que la Comisión de í‰tica Médica del Círculo Católico de Obreros del Uruguay ha dirigido esta consulta a un experto fuera de su país, es que la ley presentada originalmente por el Senador Alberto Cid, era muy similar a la española; por lo que han juzgado oportuno conocer la opinión de autorizados científicos de este país sobre la materia. Soy Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de más prestigio de mi país, y miembro de varios comités consultivos sobre la problemática de las biotecnologías aplicadas a la reproducción de los seres humanos.
Informo, con el rigor que permite la ciencia actual, acerca de los aspectos claves que, a mi parecer, cualquier legislador ““independientemente de naciones y partidos- haría bien en considerar.
En primer lugar, debo decir que en los años transcurridos desde la ley de mi país (1988) a hoy, el conocimiento científico ha avanzado considerablemente, cambiando las ideas acerca del comienzo de la vida y el carácter de individuo humano del embrión de pocos días. Al mismo tiempo, se ha acumulado una amplísima experiencia de la falta de eficacia de la práctica clínica de la tecnología de reproducción asistida y a su vez, la misma ineficacia ha creado el problema, sin salida, del abandono de decenas de miles de embriones congelados. En España existen unos 30 o 40.000, que llevan ya 5 años, tiempo arbitrario que la ley exigía conservarlos, ya que se supuso, que más tiempo no sobrevivirían ¿Qué destino les concedemos? Dejarlos ahí (¿hasta cuando?), o usar esos seres humanos como mero material para investigación. De tal modo, que España está en proceso de rehacer la ley en la misma línea de Alemania, como ha hecho en estos últimos meses Francia e Italia. Las enmiendas a la ley que se han planteado están en la línea de no fecundar más óvulos que los que vayan a ser transferidos al útero materno; no crioconservar embriones “excedentes”, y para algunos además, sólo fecundar gametos de la pareja (fecundación homóloga).
1. La pregunta ¿cuándo comienza la vida humana?, tiene trascendental importancia en el asunto que se discute. Hasta hace poco tiempo existían divergencias entre los especialistas. Algunos consideran que los embriones humanos son entidades que se encuentran en un estado de su desarrollo donde no poseen más que un simple potencial de vida; hasta el día catorce posterior a la fecundación, se le puede consideran un “pre-embrión” y una vez anidado en la medre un embrión. Para estos, no es sino hasta después del décimo a decimocuarto día a la fecundación que comienza la vida, y que no está claro que un embrión humano sea un individuo único antes de ese momento. Hoy la ciencia ha contestado la pregunta y dado la más rotunda razón y fundamento a la afirmación de que en cuanto ha concluido la fecundación (de forma natural o artificial) ha sido concebido un ser humano (que no puede poseer otro carácter que el de persona) y estamos por tanto ante un ser vivo, con derecho a ser protegido por el ordenamiento jurídico.
En efecto, la revista Nature publica el 20 de junio un articulo de dos páginas de Pearson[1] titulado “Su destino desde el día uno”, que resume y “relanza” las interesantisimas investigaciones de los equipos de Richard Gardner y de Magdalena Zernicka-Goetz, que concluyen en que el cigoto, la fase unicelular y primera de todo organismo, tiene ya una organización individual. El término de la fecundación es un nuevo ser: una realidad viva celular (cigoto) diferente de cualquier otra célula, puesto que posee polaridad y asimetría, mostrando así que se ha constituido mediante un proceso de autoorganización de la célula “hibrida” resultado de la fusión de los gametos paterno y materno. El cigoto tiene los componentes moleculares nuevos (no presentes en el óvulo ni en el espermio) que le hacen poseer ya el plano de crecimiento según los ejes del cuerpo. La manifestación directa de la organización embrionaria es que ya la primera división celular da lugar a la aparición de dos células diferentes del cigoto, desiguales entre sí y con destino diferente en el embrión. La interacción célula-célula activa informan a cada una de las células de su identidad como parte de un todo bicelular.
En resumen, el cigoto tiene carácter individual pues está organizado de forma asimétrica, y de tal manera que en la primera división se producen dos células diferentes, que se organizan en una unidad orgánica al interaccionar específicamente; a diferencia, cualquier otra célula origina al dividirse dos células que pueden seguir creciendo, con o sin interacciones entre ellas, de las que no emerge información para autoconstituirse, en una conformación del todo orgánico, con realidad propia. Como afirma Magdalena Zernicka-Goetz “cada uno guarda memoria a lo largo de su vida de esta primera división” por la que pasa de ser un individuo “unicelular” a ser un organismo de dos células. En consecuencia, no existe el pre-embrión: no es una realidad diferente del embrión sino éste mismo en su etapa pre-implantación.
2. La pérdida de embriones en la FIV es muy elevada y netamente superior a la fecundación natural. Aunque los datos no permiten unas estadísticas muy precisas, es evidente que el porcentaje de embriones que detienen su desarrollo entre las etapas de cigoto y blastocisto es más elevada cuando la generación e inicio del desarrollo tiene lugar in vitro que in vivo[2]. El análisis cromosómico de embriones humanos generados y cultivados in vitro ha puesto de manifiesto que hasta un 40% de ellos contienen anomalías cromosómicas[3]. Aproximadamente el 50% de los embriones preimplantatorios de 2 ó 4 células que se cultivan in vitro no llegan al estadio de blastocisto[4]. Además, sólo aproximadamente el 20% de los embriones de 4 células transferidos se implantan en útero[5]. Todo esto tiene explicación: las interacciones de los gametos entre sí, y con el medio propio donde se fecundan naturalmente, y posteriormente las interacciones del embrión temprano y la madre a lo largo del trayecto del embrión desde las trompas al útero, son interacciones muy precisas que, cuando no se dan correctamente, alteran el desarrollo inicial del embrión.
En el IV Congreso de FIV, celebrado en Melbourne, Australia en noviembre de 1985, se dieron las siguientes cifras: entre 1982 y 1985 se realizaron en todo el mundo más de 30,000 tentativas de fecundación in vitro con transferencia del concebido, de ellas nacieron 2,300 niños. En el Congreso de Helsinki, a finales de 1985, señaló que con esta técnica se resuelven apenas el 17 % de los casos de esterilidad de la pareja. El porcentaje ha crecido en algunos centros. Pero el ligero aumento del número de nacidos ha sido a costa de un aumento de la agresividad de las técnicas, a desfavor del hijo. En primer lugar, se ha hecho práctica general inducir a la madre una multiovulación para conseguir, y fecundar óvulos en exceso con las consiguientes perdidas de miles de vidas humanas y detención de la vida de muchos seres humanos al congelarlos en estado embrionario, sin fácil futuro. Estudios comparativos dan la misma tasa de éxito a la fecundación del óvulo madurado normalmente en un ciclo que a la multiovulación, ya que como han demostrado los óvulos no están madurados y los embriones derivados de ellos tienen dificultad de anidar[6]. El problema médico, ético y humano de producir embriones en exceso, viene causado por una muy deficiente práctica médica, científicamente desaconsejada.
Tras la fecundación de varios óvulos se suelen transferir al útero varios de ellos a simultáneo para que al menos uno se implante. Se añade entonces el peligro de gestaciones múltiples. Con frecuencia se recurre a un aborto de varios de ellos, lo que llamamos con el eufemismo de “reducción embrionaria”.
En la reciente Reunión Anual de la Sociedad Europea de Reproducción y Embriología Humanas de expertos, celebrada en Viena en junio de 2002, han advertido de la necesidad de reducir las gestaciones múltiples en mujeres sometidas a técnicas de reproducción asistida, debido al riesgo creciente de prematuridad y de mayor morbimortalidad de la que hay gran evidencia. La necesidad de no llevar a cabo transferencias de múltiples embriones, ha llevado a la legislación de algunos países a no permitir la fecundación de más número de óvulos que los embriones que puedan ser transferidos; mientras que otros admiten almacenar los embriones que no se transfieren con el fin de utilizarlos en un intento posterior de reproducción.
3. El porcentaje de malformaciones de los nacidos es superior al registrado en la fecundación natural. Recientemente se ha publicado que además de un mayor grado de malformaciones[7], se produce un aumento de secuelas neurológicas, como retraso mental y graves defectos de visión[8], en niños nacidos por aplicación de las técnicas de FIV respecto a los engendrados naturalmente. Datos más alarmantes aún si se tiene en cuenta que en la práctica clínica los embriones con diagnóstico de baja viabilidad son rechazados y que se permite practicar el aborto de aquellos que presentan alteraciones serias.
Es bien conocido que la causa más general de infertilidad masculina es un defecto en el cromosoma Y. Por ello presentan pocos espermios, poco móviles o poca capacidad fecundante. Para estos casos se ha puesto a punto y se utiliza de forma generalizada la inyección del espermio directamente al citoplasma del óvulo (ICSI). Los datos presentados en el Congreso de Viena al que me referido alerta acerca de los riesgos de defectos cromosómicos en los nacidos por ICSI y han propiciado la recomendación clínica de no someter a una pareja e este método sin un análisis genético que permita conocer la causa de esa infertilidad masculina.
Conclusión: El desarrollo de técnicas de reproducción asistida han posibilitado que muchas parejas estériles alrededor del mundo consigan tener hijos. Pero, las prácticas de FIVTE atentan claramente contra la vida del ser humano. El embrión humano es individuo de la especie humana (persona) desde el momento de la concepción, por lo que no puede ser tratado como objeto, ser sometido a procesos de selección, conservado en congelación, y lo que es fundamental, no es legítimo que sea expuesto a un riesgo desproporcionado de muerte. Se transfieren al útero los embriones previamente fecundados en laboratorio a sabiendas de que la mayor parte de ellos está destinada a no generar un embarazo: no van a seguir una gestación normal, pues no se implantan, o bien se implantan pero su desarrollo se interrumpe a causa de un aborto espontáneo. No es casual que se intente fecundar más de un óvulo por ciclo, pues la transferencia de múltiples embriones al útero de la madre “”generalmente no más de cuatro- aumenta las posibilidades de lograr un embarazo. La objeción principal es que la aplicación de la técnica importa una elevada pérdida de embriones, que no puede justificarse en el hecho de que el objetivo de ésta es lograr un ser humano, dotar de un hijo a una pareja que de otra forma no podría tenerlo. Es necesario proteger al embrión contra los abusos a que puede ser sometido en un laboratorio y, especialmente del más grave de ellos, el capaz de eliminar la existencia.
Las tecnologías reproductivas han de tener límites (recomendados por la ciencia misma) que permitan proteger la integridad física y la vida del nuevo ser, así como la integridad no sólo física, sino psíquica y social, de los pacientes que recurren a estos procedimientos. Los legisladores y Senadores deberían tener muy en cuenta que aunque la ley prohiba la fecundación con un fin distinto de la procreación, los embriones vivos pero con alguna deficiencia son desechados en el laboratorio sin ser implantados en el útero de su madre y estos y los simplemente sobrantes son crioconservados; más tarde pueden ser manipulados con fines de experimentación.
Con la esperanza de que las leyes de la República Oriental del Uruguay contribuyan a una sociedad más justa, les saluda atentamente,
Natalia López Moratalla
Catedrática de Bioquímica y Bíología Molecular
[1] Pearson H, “Your destiny from day one” (2002) Nature 418 14-15.Piotroska K, Wianny F, Pedersen RA, Zernicka-Goetz M (2001) Blastomeres arising from the first cleavage division have distinguishable fates in normal mouse development. Development 128, 3739-3748.Gardner RL. The initial phase of embryonic patterning in mammals. En: Etkin LD, Jeon KW. Cell lineage specification and patterning of the embryo. Int Rev Cytol 2001;203:233-290; Cellular heterogeinity in the epiblast. http://www.devbio.com/chap11/link1103.shtml; The cell surface and the mechanism of compaction, http://www.devbio.com/chap11/link1104.shtml.
[2] Hardy H, Handyside AH, Winston RML (1989) The humann blastocyst: cell number, death and allocation during late preimplantation development in vitro. Development 107, 597-604.
[3] Plachot M, de Grouchy J, Junca AM (1987) From oocyte to embryo: a model, deduced from in vitro fertilization, for natural selection against chromosome abnormalities. Annals of Genetics 30, 22-32; Munné S, Alikani M, Tomkin G, Grifo J, Cohen J (1995) Embryo morphology, developmental rates, and maternal age are correlated with chromosome abnormalities. Fertility and Sterility 64, 382-391.
[4] Hardy H, Handyside AH, Winston RML (1989) The humann blastocyst: cell number, death and allocation during late preimplantation development in vitro. Development 107, 597-604.
[5] Devreker F, Hardy K, Van den Bergh M, Winston RML, Birmane J, Englert Y (2000) Non-invasive assessment of glucose and pyruvate uptake by human embryos after ICSI and during the formation of pronuclei. Fertility and Sterility 73, 947-956.
[6] Moore P, (2001) Natural cycle IVF should be used more frequently BMJ 322, 318-319; Nargund G (2001) Human Reproduction 16, 221-225.
[7] Bergh T, Ericson A, Hillensjí¶ T, Nygren KG, Wennerholm UB (1999) Deliveries and children born after in-vitro fertilisation in Sweden 1982-95: a retrospective cohort study. The Lancet 354, 1579-1585.
[8] Strí¶mberg B, Dahiquist G, Ericson A, Finnstrí¶m O, Kí¶ster M, Stjernqvist (2002) Neurological sequelae in children born after in-vitro fertilisation: a population-based study. The Lancet 359, 461-465.