Condenada por drogarse y morir el feto (18-may-2001)

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Condenada por drogarse y morir el feto Sentencia sin precedentes. La imputada, una muchacha de color, ha sido sentenciada a 12 años de cárcel. EEUU: La joven encinta fumaba crak, y ha sido juzgada culpable por los jueces. Protestan los abortistas.   New York. Matar un feto, aunque sea sin premeditación, es un …

Condenada por drogarse y morir el feto

Sentencia sin precedentes. La imputada, una muchacha de color, ha sido sentenciada a 12 años de cárcel.

EEUU: La joven encinta fumaba crak, y ha sido juzgada culpable por los jueces. Protestan los abortistas.

 

New York. Matar un feto, aunque sea sin premeditación, es un crimen punible con la cárcel. Lo ha establecido un tribunal de Carolina del Sur, que ha condenado a 12 años de cárcel a Regina McKnigt por haber causado la muerte del niño que llevaba en su seno fumando crak durante el embarazo. El pequeño nació muerto en 1999, después de 35 semanas de gestación.

El veredicto -el primero del género en la historia de los EEUU- ha desencadenado las protestas de los abortistas americanos. “Es un hecho graví­simo que allana el camino a otros tipos acciones legales contra las mujeres”, apunta Wyndi Anderson, directiva ejecutiva del South Carolina Advocates for Pregnant Women según la cual las madres fumadoras “pronto recibirán la pena de muerte. Visto que los estudios más recientes demuestran que los cigarros son más letales para el feto que el mismo crak”.

Sin embargo el veredicto de la corte de Conway ha sido atacado por otros motivos. McNight es una afro-americana pobre y desde hace años dedicada a la droga. “El estado no se ha tomado nunca el esfuerzo de ayudarla a salir de ese túnel -ha explicado su abogado-. En vez de recuperar a los toxicodependientes, les enseñan sus sistemas de contracepción, y los castiga con la cárcel”. Muchos temen que por miedo a ser denunciadas, las drogadictas embarazadas evitarán las curaciones.

Cuando se ha leí­do el verdicto, McNight, que tiene ya tres hijos y está de nuevo encinta de dos meses, ha roto a llorar. Pero algunos miembros del jurado popular, que ha necesitado menos de 15 minutos para condenarla, han afirmado sentirse “con la conciencia tranquila”. “Debe considerarse afortunada porque se arriesgaba a la pena de muerte”. “Matar es un crimen – ha afirmado otro- no importa si la ví­ctima es una persona adulta o un feto”.

De hecho hay una ley aprobada en 1996 por la Corte Suprema de Carolina del Sur -uno de los estados puntales del movimiento provida- según la cual en cuanto el feto llega a la autosuficiencia (y por tanto puede sobrevivir fuera del útero), “debe ser considerado un niño a todos los efectos”. Visto que su caso entraba en esta categorí­a, a los ojos de la ley Regina McKnight es una asesina.

Así­ lo piensan, además, según un sondeo, la mayorí­a de los ciudadanos de su Estado.

Hace algunos dí­as la Cámara de representantes de Washington ha aprobado una ley que equipara el feto al neonato, haciendo posible la incriminación por homicidio de quien ataca a una mujer encinta provocando la pérdida del niño. “Una decisión -han protestado las feministas- que en la América de George W Bush sólo puede preludiar la desaparición del aborto”

 

Alessandra Farkas

(Traducción propia de la web)

© Corriere della Sera

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