EMBRIONES SOBRANTES Javier Vega Gutiérrez. Profesor de Medicina de la Universidad de Valladolid. Como es sabido, se está estudiando actualmente qué hacer con más de 30.000 embriones sobrantes de la fecundación in vitro que están congelados en España. En breves líneas me gustaría dar mi opinión sobre este tema. Se trata de embriones …
EMBRIONES SOBRANTES
Javier Vega Gutiérrez. Profesor de Medicina de la Universidad de Valladolid.
Como es sabido, se está estudiando actualmente qué hacer con más de 30.000 embriones sobrantes de la fecundación in vitro que están congelados en España. En breves líneas me gustaría dar mi opinión sobre este tema.
Se trata de embriones humanos, no de un conjunto de células envueltas en la zona pelúcida; son vivientes humanos, son individuos de la especie homo sapiens, con las características propias de todos los seres vivos (novedad biológica, unidad, continuidad, autonomía, especificidad).
De ello se deduce que no debería haber embriones “sobrantes”, como ocurre en otros países europeos: en Alemania, la Ley prohibe “la fecundación de más óvulos de los que puedan ser transferidos a una mujer en el curso de un ciclo”, y la Constitución Suiza de 1 enero de 2000 dice textualmente: fuera del cuerpo de la mujer pueden ser cultivados como embriones sólo tantos ovocitos humanos cuantos se puedan implantar inmediatamente.
Pero en España sí hay embriones humanos sobrantes, crioconservados; ¿qué hacer con ellos?
Por lo dicho anteriormente, en primer lugar se debería cambiar la Ley para que cuanto antes dejen de producirse embriones sobrantes, como ocurre en otros países de nuestro entorno, y, a la vez, facilitar la adopción prenatal de esos embriones congelados (al descongelarse mueren la mitad, y al implantarlos, otros tantos, por lo que es una solución factible en unos años.
No pueden estar congelados indefinidamente por lo que, si no se realiza lo señalado en el párrafo anterior, sería lícito descongelarlos y que no se congele ya ninguno más, pues el objeto moral de esta acción no es su destrucción, sino terminar con un estado que atenta contra la dignidad humana, como es la “congelación sin paternidad”, y con el agravante de estar expuestos a manipulación.
Experimentar con los embriones no es la solución: un ser humano no debe ser tratado nunca como un medio, sino como un fin. La clonación experimental con fines terapéuticos no es pues lícita. Como es sabido, se está investigando con células madre no embrionarias (procedentes de médula ósea, sangre del cordón umbilical…), presumiéndose idénticos resultados y no existiendo ningún inconveniente ético.